Un regalo para los mexicanos, Damien Hirst en el Museo Jumex

We're Born; We Look Around; We Die, Eugenio convirtió a Don Eugenio en billonario 

Es una estrella, su llegada a la sala 3 fue un espectáculo. Corre, corre y el gran abrazo a las hermanas Carmen y Estela Vega. Él vestido cool, moderno, en pantalón negro ajustado, chamarra negra, camisa blanca, mocasines negros. Amigo mío y cómplice desde hace muchos años, desde cuándo empezó a coleccionar con Estela Provas. Aún cuando desaparece yo sé que él está ahí. Guapo e inteligente, buen hijo, Eugenio López Alonso, quien convirtió a su padre millonario, en billonario, todo sí, a través del arte, arte contemporáneo, arte global, conceptual, maravilloso, de grandes formatos. Museo mundial, privado, un regalo para los ciudadanos de esta gran urbe. Yo, y seguro la mayoría de los invitados a la inauguración, hemos visto muchas obras de Damien Hirst, repetidas. Pero el pueblo de México, no. Gracias a Eugenio los mexicanos y extranjeros que llegan podrán gozar de pinturas de punto, las farmacias, cráneos, instrumentos quirúrgicos, moscas y resina, diamantes sobre oro, especímenes entomológicos (estudio de los insectos), tiburones, mariposas, pescados, navajas, pintura brillante sobre sartenes, patos y solución de formaldehido (químico bactericida y conservante), zirconia cúbica, hoja de oro, motor eléctrico, radiografías, platino, dientes humanos, granito negro, mármol de Carrara y bronce dorado. 

 




Los títulos de obras me parecieron divertidos, como Towards a Better Understanding of a Life Without God Aboard the Ship of Fools, 2005, vitrina con uniformes, botas, utensilios, medicamentos. We're Born; We Look Around; We Die, 2006, una pieza con moscas negras y resina. Me encontré con personalidades en el Museo Jumex. Enrique Norten, fundador de TEN arquitectos, dijo que las obras puestas en un museo “adquieren una estética totalmente diferente, este es un basurero, pero en el muro es bellísimo”, se refiere al círculo lleno de colillas de cigarros. Eduardo Egea, crítico de arte: una revisión extensa, la primera monográfica de Damien Hirst en México, las cerca de 60 piezas son gigantes. Y el artista fotógrafo Omar Torres: Hoy vi una pieza que nunca antes había visto, escalpelos o navajas, bisturís, armados en una composición como un tejido, increíble. A Carolina Estrada, asistente curatorial de la muestra, le pregunto, ¿Cuál es la época más característica del artista en esta exhibición?. Ella lo piensa y dice: Es la época en la que desarrolla la serie de Historia Natural, empieza a hacer experimentaciones, observaciones con la conservación de especies y no solamente los tanques con especímenes, sino toda esta exploración en torno a las ciencias, el sistema de creencias, anota en forma precisa los estatutos de verdades y cómo se transforman a través del tiempo. Bravo, bien. 


 

 

Me asusta esta pulsión de muerte en la obra, creo que lo dijo Erika Bianca. Me lleva a compararla con la obra de la República de Weimar, las naturalezas muertas, piezas tan duras. Entonces Erika saluda a Damian Fraser, lo felicita por la boda de su hija. Christian Zarate es una voz distinta, eso me gusta, no todo el mundo tiene que opinar igual, hay que respetar la diversidad. Puro bluff, dice, me impresiona que le hayan dejado tres salas, todo el museo. ¡Por el amor a Dios! Oigo a Claudia Peña. Eso gritó la mamá de Damien Hirst cuando vio la calavera hecha en diamantes. Con 8,601 brillantes ha de ser una de las obras de arte más caras del universo, por lo menos la que más brilla. Eugenio querido, felicidades por tu regalo a esta Ciudad de México y a todos los mexicanos que, si nunca pudieron viajar para ver a Hirst en los museos del mundo, ahora tienen la gran oportunidad.




Comentarios

  1. Sensacional Nina! Habrà que ir! Es de verdad uno de mis museos favoritos, voy mucho y me voy sola y gozo sin que nadie me apresure.

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