La Habana I. Mi tierra en la miseria, como en tiempos primitivos
La belleza de La Habana Vieja me embelesa Desde el avión veo rectángulos de tierra colorada, aquellos que miré hace más de 30 años, cuando llegué a mi tierra después de la muerte de mis padres. A Cuba regreso con cualquier motivo, siempre importante. Ahora porque amigos coleccionistas norteamericanos, de Colorado Springs, vienen por sexta vez a visitar a artistas cubanos y comprar obras. Sentimientos encontrados. Me encuentro entre la belleza de palacios coloniales de ayer y el caos cotidiano de escasez y desesperanza. En un país donde nada funciona y todo está al revés. Jóvenes que pudieron se fueron ya, el resto se prepara para lo mismo. Los apagones y las colas para comprar el pan son “el pan de cada día”. Mientras tanto arriban turistas de España y Canadá, brindan con mojitos en restaurantes de comida rica y no tan cara. La Habana siempre me ofrece sorpresas. Me hospedo en el barrio Loma del Ángel, donde vivió Cecilia Valdés , protagonista de la primera novela cubana...