Juana, mujer del campo, pelo al viento, mirada al cielo
Un conejo partido a la mitad, ofrece la gran Ciudad de México A recoger las obras de Juana, vive en Tlalpujahua, Michoacán, hermoso pueblo mágico y ella mágica también. Creció en las montañas hasta que llegaron los evangelistas y la dejaron en la gran ciudad. Aquí fue nana de dos niñas en las Lomas de Chapultepec. En las noches, sola en un cuarto lejos, se puso a hacer su obra de arte intuido. Con papeles de la basura, fotos, folders, sobres de Fed-ex, cartulinas. Recortados muy finitos, uno a uno. De pronto aparecen piezas contemporáneas, papelito picado muy pequeño sobre papelito. Artista innata, aislada, sin computadora, sin visitas a museos. Escucha únicamente su interior, escribe el título de la pieza. La dibuja en su pensamiento, la hace realidad. Un día Manolo me llama. Veo la obra de Juana. Le hablo a Paloma y ambas decidimos ir a la montaña. Allí estaba ella, con el burro, pollos y gallinas. Una mujer del campo con pelo gris que el viento revolvía. Petite. Hermosa. Sus cuadr