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Mostrando las entradas con la etiqueta Peacock Room

Ilia y DeWitt admirados, sorprendidos y enamorados

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Yo ya había visto el Peacock Room en Londres  De los días maravillosos en el desierto de Durango pasé a otros, igualmente hermosos, en Washington, capital del país del norte. Una ciudad llena de plantas, flores, árboles, monumentos y museos. Primavera plena, nuevos comienzos. Mi hermana Ilia , mujer elegante, alivianada, inteligente, generosa y suertuda. Quien iba a decir, cuando fui al DC hace cuatro años al cumpleaños de Ilia, que iba a regresar para su boda. Hasta marché con el hijo del novio. Él, DeWitt , también hombre de bien, WASP (White, Anglo-Saxon & Protestant) -aunque no estoy segura de su religión-, retirado de los negocios y con casas en varias ciudades de los Estados Unidos. Lo importante es lo feliz que los vi y sentí. Enamorados, admirados, sorprendidos. Con ganas de cantar, bailar, reír y comerse al mundo.  La noche de mi arribo nos reunimos en el patio de “Mi casita”, que da a un bosque. Ilia había llegado aquí después de su divorcio del padre de los tres...

Londres 2, día del santo de mi hermano Carlos, dedicado a Viviana Corcuera. Las aceras de mi barrio son hermosas, son hermosas

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Muy nerviosa esta mañana de miércoles 4 de noviembre, día de San Carlos Borromeo (1538 – 1584) -cardenal, arzobispo de Milán y gran reformador. Para empezar las elecciones en los Estados Unidos nos dejaron en shock, un país polarizado y violento. Mientras Antifa (grupos de protesta anti-fascistas) y BLM ( Black Lives Matter , movimiento en Nigeria afirmando santidad de vidas negras) andan ruidosos, los gringos serios están “boarded up” temiendo lo peor. Gane o no gane Trump habrá rudeza pues esa es la señal.      En segundo lugar, perdí todo mi dinero, un sobre lleno de libras esterlinas. Caminaba con 5 bultos (incluyendo la bolsa) enganchados al paraguas horizontal que sostenía como barra de gimnasia. Yo venía de la exhibición de Bruce Nauman en el Tate Modern, muy contenta, cantando “las aceras de mi barrio, son hermosas, son hermosas”.  Agarré un taxi pero había tanto tráfico que me bajé en Kensington High Street para llegar a casa en Brook Green. Al bajar con l...