Juana, mujer del campo, pelo al viento, mirada al cielo

Un conejo partido a la mitad, ofrece la gran Ciudad de México 

A recoger las obras de Juana, vive en Tlalpujahua, Michoacán, hermoso pueblo mágico y ella mágica también. Creció en las montañas hasta que llegaron los evangelistas y la dejaron en la gran ciudad. Aquí fue nana de dos niñas en las Lomas de Chapultepec. En las noches, sola en un cuarto lejos, se puso a hacer su obra de arte intuido. Con papeles de la basura, fotos, folders, sobres de Fed-ex, cartulinas. Recortados muy finitos, uno a uno. De pronto aparecen piezas contemporáneas, papelito picado muy pequeño sobre papelito. Artista innata, aislada, sin computadora, sin visitas a museos. Escucha únicamente su interior, escribe el título de la pieza. La dibuja en su pensamiento, la hace realidad. Un día Manolo me llama. Veo la obra de Juana. Le hablo a Paloma y ambas decidimos ir a la montaña. Allí estaba ella, con el burro, pollos y gallinas. Una mujer del campo con pelo gris que el viento revolvía. Petite. Hermosa. 

Sus cuadros y ollas intervenidas, pintadas de papelitos de color. Primera y segunda exhibición en la San Miguel Chapultepec. Hasta el Metropolitan Museum compró una pieza. Ahora en las Lomas de Chapultepec esculturas intervenidas con troncos, ollas, jarras, comales, maíz, huevos de avestruz, barro, cortezas. La artista se descubre, sabe quien es. Su talento es tranquilo y confiable, es amor a la tierra, a la piel. Gracias, Juana. 

Otras exhibiciones en esta gran Ciudad de México fueron las de Julio Galán (Múzquiz 1959 – Monterrey 2006) en el Tamayo, Urs Fischer y Rodrigo Hernández en Jumex. Un conejo partido a la mitad fue el título de la Julio Galán, brillante talento conflictivo y sufrido a la vez. Buscaba su identidad, se perdía en laberintos, todo para él era complicado y rico. Se disfraza en los autorretratos para engañarnos. Nunca se pareció a nadie más que a su muñeco, el alter ego, a quien vestía y desvestía, a quien le contaba todo y le decía los nombres de todo, además de sus sueños, secretos íntimos y pensamientos salvajes. Mascaradas y travestismo. Lo conocí una vez en Monterrey en casa de Liliana, me pareció tímido y precavido. 

Urs Fischer nos encantó con su pieza monumental Lovers, en dorado, a la entrada del museo Jumex. Artista que ya conocía en la Colección Pinault de París, justo cuando se inauguraba La Bourse de Commerce. Un edificio redondo dentro de otro, creador del genial arquitecto japonés Tadeo Ando. Entonces eran figuras en cera que se iban derritiendo, una cabeza a piso, un brazo. Lentamente. Ahora en México una lluvia de colores, un dinosaurio, una Pietá. Muebles que bailan de cabeza, al revés. Escultura, fotografía, dibujo, pinturas y ediciones gracias a la generosidad de Eugenio López Alonso. 

Ya. Camino por mi barrio con Jorgito. Parque Vía Reforma es una delicia, cuidado, jardines verdes, flores. Respiramos y pensamos que es un día Ma-ra-vi-lloso. Extraño a polito. En la clase de Geopolítica todas dicen que se van a París. Al Grand Palais, los y las mexicanas bajo el manto de Amanda Echeverría. Me encantaría ir pero no puedo. Tengo que vender. Adrián Burns y Juana Martínez. Mientras, veo a los amigos, me invitan y los invito. Es septiembre mes patrio. Comemos chiles en nogada. Vamos a las galerías. GAM, Patricia Conde y RGR, muy buenas exhibiciones, aquí en Casa Alpes también.