Lluiz Simoes llega a México con proyectos interesantes


Con mi nieta Eugenia la Bella recorrimos la ciudad de Gaudí

Hace rato que ando perdiendo la memoria. No tanto de los días que acaban de pasar -y de cualquier forma llevo un breve diario- pero sí de épocas de mi vida. Enormes lagunas. A veces Joel cuenta una historia donde aparecemos ambos, pero como que yo nunca vi esa película. Jorge, el chofer, también narra episodios divertidos de mi galería de Zacatecas, colonia Roma, y los protagonistas de entonces éramos los artistas y yo. Me río divertida al oír, sorprendida, tales extravagancias. Por eso me apuro a escribir la historia de la galería, con ayuda de los que ahí convivieron conmigo y los creadores que exhibieron. También tengo pendiente una novela algo autobiográfica. Y ahora Lluiz Simoes me escribe, que viene a México y quiere verme. Yo sé quién es, artista barcelonés que me enseñó su divina ciudad cuando estuve por ahí hace años, con Eugenia la bella, mi nieta. Pero no sé más. Así se lo dije ahora que estuvo aquí. Quedó en mandarme una breve crónica de nuestros encuentros “desde La Habana en 2009 hasta hoy”. Dijo que lo haría con mucho cariño. Y a continuación está su texto que transcribo. 

El 29 de marzo siempre es para mí una fecha especial. Es el cumpleaños de mi madre y de mis dos hermanas. Pero aquel 29 del año 2009 fue uno de los días más felices de mi vida. Acababa de inaugurar la décima Bienal de la Habana y yo tenía el enorme placer de recibir en mi sala y enseñar mi proyecto “Las Cosas” al maravilloso equipo de la Bienal, integrado entre otros por Margarita González, Ibis Hernández Abascal, José Manuel Noceda, Margarita Sánchez Prieto, Dannys Montes de Oca, Jorge Fernández y Rubén del Valle Lantarón. Les acompañaban el querido Vicente Tolodí, en la ocasión director del Tate Modern de Londres y diversos curadores, críticos y galeristas internacionales. Entre estos estaba Nina Menocal. Me acuerdo como si fuera hoy el vestido lindo que llevaba y su sonrisa brillante. Se me acercó y dijo unas palabras que tampoco puedo olvidar…”Lluis Simoes, qué placer conocerte personalmente. Estoy encantada con tus obras y me gustaría que participaras como artista invitado en la feria Bâlelatina, que estamos organizando en el entorno de la próxima Art Basel, en Suiza.” 

 


“Pero eso será en Junio y estas obras todavía estarán aquí en Cuba”, le contesté. Y entonces me dice Nina…”Escoge tú lo que vas a exponer conmigo. Estoy segura que nos sorprenderás con algo tan bello como lo que acabo de ver.” 

Cuando todos se fueron y mi sala se quedó vacía y silenciosa, entró por la puerta la gran artista española y querida amiga Sabina Simón, que había venido desde New York a ver la Bienal y encontrarme. Nos dimos nuestro primer beso, estamos juntos hasta hoy, tenemos una hija maravillosa y muchos proyectos por delante. 

Tres meses más tarde atendí a la invitación de Nina y participé en la feria Bâlelatina con algunas obras de mi proyecto “10 Triptics”, una reflexión sobre la desnudez del pensamiento, el rostro como la parte más íntima del cuerpo humano. Aquellos días vividos en Basel, Suiza, fueron también inolvidables. En el año 2015 Sabina y yo acabábamos de presentar ”Prost” en la Fundación Miró de Barcelona, y luego me fui a Art Basel. Tuve el gran placer de encontrarme otra vez a Nina, esta vez junto a los queridos Gianfranco y Caterina De Pietri, de la Fundación De Pietri -Artphilein. 



Pocos días más tarde Nina y su nieta Eugenia me visitaron en mi ateliê de Barcelona. Entre las visitas a las obras monumentales de Gaudí y los paseos por el Barrio Gótico, tuvimos otra vez días inolvidables que consolidaron aún más nuestra amistad. 

Años se pasaron y la distancia limitó nuestro aprecio a mensajes y comunicados sobre lo que ambos íbamos haciendo. Cuando en diciembre de 2023 leí su blog sobre la visita a la Bienal de São Paulo, le escribí... Nina querida, visité la Bienal un día antes que tú. 

Esta vez el destino no quiso que nuestros caminos se juntaran, pero no te preocupes, en febrero y marzo estaré trabajando en un bello proyecto de arte en México e iré a visitarte. 

Y así fue, una tarde maravillosa en la que Nina me recibió en su casa y me presento a su encantador marido Joel Rocha y también a Ricardo Ávila, Betsabeé Romero, Karen Cordero, Jules Carp y José Manuel Springer. Uno más, de esos felices encuentros que nos regala la vida y que van tejiendo el mosaico de cosas que vamos realizando. Y que vengan muchas más. 

No tengo más que decir Gracias Lluiz y Gracias a la vida.

 

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