IV. El oro llegaba de Brasil para construir la capilla más costosa de Europa, dedicado a Jakob y Polito M.

Pedro e Inés un amor desesperado en los jardines del Las Lágrimas del siglo XVI 

El destino me llevó a Lisboa, ciudad que siempre he querido conocer. Hubiera necesitado mucho más tiempo, claro. Lo poco que estuve fueron momentos preciosos llenos de luz. Me recibió en el aeropuerto Jakob, amigo muy querido de un artista de la galería. Recorrimos lo que pudimos, subiendo y bajando las calles llenas de historia. En cada esquina sentí el alma de Lisboa de siglos de antigüedad. De pronto nos tropezábamos con la modernidad como un mirage. Por ahí los clásicos tranvías amarillos y de madera que son de principios del XX, nos montamos en uno y llegamos a un parque y mirador. Arriba de la ciudad vi los techos de tejas rojas, casas blancas que parecían cantar, subían y bajaban. A lo lejos las olas del mar. Comí probablemente el mejor arroz de marisco de la ciudad en la terraza de Mar ao Largo. 


Me llamaron la atención las aceras de adoquines tan particulares que se llaman empedrado portugués. Resulta que son los restos del terremoto de Lisboa de 1755 que se produjo en el Día de Todos los Santos. El Marqués de Pombal, Sebastiao José de Carvalho e Mello, a mediados del siglo XIX mandó a reutilizar los muros y piedras de los escombros para convertirlos en adoquines de banquetas. En la iglesia de Sao Roque, primera de los jesuitas en Portugal y construida en el siglo XVI me deslumbraron las capillas barrocas y rococó labradas con el oro que llegó de Brasil. La de San Juan Bautista (siglo XVIII), la más costosa de Europa, luce muchas piedras preciosas, filetes dorados sobre lapislázuli, mármoles preciosos y mosaicos. Joya de nuestra cultura católica. 


En tren a Coimbra, ciudad ribereña en el centro de Portugal y la primera capital del país entre 1131 y 1255. Encantadora con el centro medieval de calles estrechas, patios, escaleras y arcos medievales. Cuna de la primera Universidad de Portugal, una de las más antiguas de Europa, atravesada por el río Mondego. Tradición de siglos son las capas largas y negras para los nuevos estudiantes que se inician en una especie de bautizo en el río, antes de entrar a la Universidad. Los vimos ¡sí! arrodillados al borde del afluente. 


La gótica parroquia de Santa Cruz de fachada románica con su monasterio, fundada en 1131, es del periodo manuelino que se desarrolló en el reinado de Manuel I (1495-1521). Uno de los principales monumentos de Portugal, variación portuguesa del gótico final y del mudéjar que más tarde incorporó ornamentación del Renacimiento italiano. Un descubrimiento maravilloso de azulejos de Lisboa en tonos blanco y azul, tumbas de los primeros reyes de Portugal, pinturas importantes del siglo XVI. Todo el conjunto con el llamado Claustro de Manga es de gran valor simbólico y artístico, la primera obra de arquitectura completamente renacentista hecha en Portugal. Gocé recorriendo los pisos, paseando por donde cantaron religiosos y estudió San Antonio de Lisboa o Antonio de Padua en la notable biblioteca. 

La Quinta das Lágrimas, también en Coimbra, es un palacio del  siglo XIX cuyos jardines del XVI guardan árboles, magia, poesía y secretos de la romántica leyenda de amor y dolor de Pedro e Inés. La Fonte dos Amores y Fonte das Lágrimas son el lugar de amor del entonces príncipe de portugal Don Pedro (futuro Pedro I de Portugal) y de la hidalga Doña Inês de Castro, de donde nacieron muchas obras de arte, literatura y cine a lo largo del tiempo. Para mi fue muy real imaginarlos ahí, ella corriendo desde el convento en el que vivía con su abuela hasta un riachuelo donde encontraba en forma de barquitos de papel las cartas de pasión de él. La propiedad es del año 1326, en el que reinaba Santa Isabel de Aragon, Reina de Portugal quien mandó a hacer un canal para llevar agua de dos nacientes para el entonces Convento de Santa Clara. 

Así, al sitio donde salía el agua se le llamo "Fuente de los Amores". Inés era de la corte de damas de la soberana Doña Constança, esposa de Don Pedro, nieto de la soberana. Un día Pedro vio a Inés y la amó hasta después de muerta cuando la hizo su reina y obligó a los vasallos a besar la mano inerte. Esta fuente aún tiene acceso por un arco gótico del siglo XIV. La otra fuente está un poco mas adelante, denominada por Luís de Camões famoso escritor portugués de "Las Lusíadas", como Fuente de las Lágrimas porque nació de lágrimas vertidas por doña Inês cuando fue asesinada por mandato de Afonso IV de Portugal. La sangre de Inês se quedó presa en las rocas debajo del agua y aún al pasar de los cientos de años se ven rojas. Dice parte del poema: De los amores de Inês que alli passaron Ver que fresca fuente riega las flores Que las Lágrimas son agua y el nombre amores.


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