Un día maravilloso en la era del Coronavirus, el sol brilla y hay un cielo azul, dedicado a Ricardo y Mookie

Es un día maravilloso, el sol brilla, el cielo está azul

Es un día maravilloso en la era del Coronavirus

Amorcito corazón yo tengo tentación de un beso… y con esa canción de Manuel Esperón que entona Pedro Infante salgo hacia Las Ninfas. Es un día maravilloso en la era del Coronavirus, el cielo y las jacarandas azules, un sol que brilla junto con las esculturas.

Entro al Sope y voy oyendo a los pájaros, el parque da las gracias, adelante dos jóvenes trotan, hacia arriba los árboles alcanzan el cielo, más y más se elevan. Camino rápido, son 10 minutos y vuelvo a ver Las Ninfas. Una vuelta.

Las Ninfas gloriosas en el Sope

Las veo atrás de los árboles, también veo a Jorgito y mi camioneta Honda roja. Me acerco y abro la puerta. Me espera Tachito, se hace a un lado para hacerme lugar junto a él. Querido amigo. Jorgito enciende la marcha.

Vamos saliendo del Sope, hacia Las Lomas de Chapultepec, hacia mi casa. Ya veo mi casa, la puerta naranja, una obra de arte en la pared, sí de Carlos Aguirre. Voy subiendo la escalera. Tachito delante sube y sube. Las flores de un lado y el árbol alucinógeno, el Floripondio, nos saluda.

Entro a la casa. Ahora subo las escaleras de adentro, toda una pared con los retratos de la gente que he amado y que amo. Hay un vitral de Mayito Gallardo, Sol de los Alpes, rojo, amarillo, azul. Es una belleza.

Llego a mi cuarto, Joel me recibe con El Reforma, primera plana: Albazo efectivo…sí reelección…imagínense. Después del baño me visto y me maquillo. Oigo a Aristegui, veo CNN, me entero de las embestidas del Coronavirus en México y en Estados Unidos. Ay corazón, la vida me está cambiando.

La suerte me está fallando, no te dejes, corazón. Claro que no. Me pongo a hacer ejercicios con las pesas color de rosa, subo a mi oficina, salgo a la terraza a tomar sol y sigo con las pesas.

Sube Aquilino con la botana de queso Oaxaca y Humus. Muy rica, muy rica. Aquí están ya Ricardo y Mookie, todos en la computadora, él revisa los pagos que hizo esta semana y ella sube comentarios a mi blog.

Yo estoy alerta a mi cuerpo. ¿Cómo me siento? Unida a todos los demás en la era del Coronavirus. This too shall pass! Oigo canciones rancheras, la voz de Pedro Infante, amor de todo un pueblo, amor de todo México, voló, voló y voló.

Pedro lleva la canción en el corazón, enamorado él quisiera vivir a su lado nada más. Pero le dice adiós. Se cansó de rogarle, ella ya no quiso escucharle y sus labios se abrieron para decirle ya no te quiero. 

Pero aquel Mariachi y aquel Tequila lo hicieron llorar, ¡qué mexicano y qué romántico! Era el último brindis, los mariachis callaron, pero estaba escrito que aquella noche él perdiera su amor. 

Y aquí estamos en mi oficina viviendo otro día de la era del Coronavirus. This too shall pass!