Jardín Botánico de Culiacán, un lugar de paz y tranquilidad en el norte de México, dedicado a Mireya Escalante

Palmas doradas y negras en el Jardín Botánico de Culiacán

Joya de Naturaleza-Arte-Arquitectura creado por la mancuerna Bilbao y Charpenel

Único en el mundo El Jardín Botánico Culiacán es un espacio público de 10 hectáreas cuya principal vocación es la trilogía inseparable Naturaleza-Arte-Arquitectura en el centro de la capital de Sinaloa. Resguarda la colección nacional de palmas además de la muestra de plantas del norte de México y cuenta nada menos que con la Colección Isabel y Agustín Coppel (CIAC) de obras de arte contemporáneo. Los curadores de esta joya vegetal son  Tatiana Bilbao y Patrick Charpenel ambos de nivel mundial.

La directora del museo, Bárbara Apodaca, mujer joven que nos contagia alegría porque adora su trabajo, explica que el jardín botánico (JB) está dividido en prados para conocer diferentes familias, ecosistemas o colecciones temáticas. 

Los increíbles Bonsai

– Los Bonsai fueron donados por un empresario mexicano japonés que tenía una enfermedad terminal– dice intensa ­– Nos encargamos de entrenar a un equipo de jardineros y contamos con un club donde enseñamos la técnica del Bonsai.

– ¿Es complejo?– pregunta Ana Paula de Haro quien iba en el grupo invitado por el Patronato de Arte Contemporáneo (PAC). 

– Súper, la tijeritas y el alambre son especiales, cualquier árbol puede ser un Bonsai pero tienes que manipularlo con técnica.

– ¿Cómo se convierten?: Ana Paula

– El suelo, los minerales, las macetas y la poda con anillos tienen que ver. Por ahí hay unos que tienen 45 años.

Fue una delicia ver la presentación de bonsáis, al igual que las colecciones de bambús y palmas, el jardín tropical, los ficus, el árbol regional Lengua de Mujer muchas mujeres hablando, chocan la una con la otra y suenan como cascabeles, jijiji, ríe Bárbara.

– Nunca había visto algo así – añade Abelardo Marcondes, otro invitado del PAC –¿Se vuelven más grandes y más grandes?–

– Los ficus se vuelven gigantes, sus raíces buscan humedad y conforme van creciendo a lo alto también lo hacen a lo ancho– contesta Bárbara.

El ficus gigante, primero a la izquierda

Las palmas se naturalizaron, palabra que usan en el JB, después de su viaje hacia el norte de México. Alguien está tosiendo, tiene que ser Mireya Escalante, ella lleva años siendo el alma de la CIAC y ofreció las obras de arte en comodato con la Sociedad Botánica.

– Look, look, look–, dice Mireya. –Ahí están las quinceañeras vestidas de largo. Posan delante de las esculturas, es una joya como la gente se apropia del espacio. 

– Estas son las cosas que me gustan de aquí– añade la jefa.

Dos de las chicas parecen hermanas, se acomodan dentro de la pieza de Valeska Soares, Caprichos, la más visitada del JB: instalación in situ de agua color negro por estar sobre un recinto volcánico, camino en acero inoxidable y encima la cama de mármol y árbol Bauhinia blakeana.

– Somos compañeras en primero de Universidad– dice una de las muchachas.

– ¿Son hermanas?– pregunto.

– No, pero ¡Eyyy! Ese colchón es como un sueño, te vas a la cama y no puedes dormir.

Las de primero de Universidad sobre Caprichos, obra de arte más visitada del JB

La otra dice que están empezando el recorrido y pregunta si recomendamos un lugar donde ver el cielo al atardecer y al anochecer. Claro, contesté, son las piezas Skyspaces de James Turrell, a eso fuimos el grupo del PAC. El viernes pudimos ver la función de la tarde aunque el sábado de madrugada no funcionó la obra de seguramente un millón…¡Que desastre! Me dijo Joel cuando se lo conté por teléfono. ¡Ustedes fueron a Culiacán a eso!

– Atínale, atínale– comanda Carolina Herrera, nuestra anfitriona por parte del PAC 

–Paloma, ponte a tomar agua en la escultura de Atelier Van Lieshaut.

Paloma Porraz, curadora, corre. Click. Todos tomamos la foto.

Quinceañera en la obra de Atelier Van Lieshaut

– La subo a Instagram– dice Carolina.

–¿Cuál es la vereda principal?– pregunto

Esa, todas son nombres de científicos o exploradores que hicieron algún trabajo para la flora nativa o para algún análisis de la colección: Bárbara.

Bárbara nos cuenta que la colección de bambús viene de diferentes regiones del mundo y algunos otros mexicanos. Alrededor hay un cuerpo de agua con los Karpa Koi, peces naranjas, donde se exhiben plantas acuáticas de humedades, ecosistema importante en Sinaloa.

– Yo no lo sabía pero hay distintos colores, crecen en verde y van cambiando después, este es el bambú dorado y en el fondo el negro.

– Muy bonitos.

– Si ¿verdad?

Mireya, nuestra jefa en Culiacán que nos trae marchando, a las 4.45 am nos lleva a los Skyspaces ¡y a las 4.45 pm otra vez a los Skyspaces!, nos muestra su lugar favorito del JB donde hay unas sillas blancas que le recuerdan “muy, muy” a Varadero, claro le dije cuando las vi, esas sillas, Mireya, son de la tierra donde nacimos tu y yo.

Jefa Mireya y Bárbara Apodaca conversando con el grupo PAC, en las sillas de Varadero

Caminamos a la sala de lectura al aire libre, luego nos encontramos con las niñas de tres años cada una, Ruth y María Fernanda. 

– Desde chiquitas les están enseñando el amor al arte y a la naturaleza – comenté

 –Claro–, contestó una de las mamás, –en este lugar de paz y tranquilidad que está muy bonito–.

Ruth y María Fernanda con sus mamás en un día de luz