Pinka/Flush había estado vivo, ahora estaba muerto.
Deprimida puso piedras en los bolsillos de su abrigo
Según Virginia Woolf su perrita Cocker Spanial era un ángel de luz, la llamó Pinka y tenía su rutina. Por las mañanas daba la vuelta en Tavistock Square Gardens, Londres. Ya después el día podía comenzar. Ay Pinka, te convertiste en Flush, el perro del libro que leí en clase de literatura. Una biografía del perro de Elizabeth Browning, la poetisa. A ver, Virginia Woolf es la escritora famosa británica del vanguardismo moderno del siglo XX y del feminismo internacional. Es la que escribió La señora Dalloway (1925), y el ensayo Una habitación propia con aquella famosa frase «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción», uno de los textos más citados del movimiento feminista. Como Pinka, Flush tiene pensamientos humanos, pero como perro que es, siempre feliz de tirarse junto a la poetisa, siempre a su lado. Así como Colmillo conmigo y como Tachito antes. El Flush baila en las praderas y es el personaje más fresco de los libros de Woolf, le sacó a la autora su gran sentido de humor. Flush es aquel que cuenta la historia de amor de dos poetas universales, Barrett y Browning.
Sigo con Virginia Woolf, la que se tiró al río Ouse con su abrigo y piedras en los bolsillos. Se ahogó. ¿Qué habrá pensado mientras moría? ¿Se acordaría de su perrita? Y la perrita seguro que aulló y aulló. ¿Y su esposo Leonard? Virginia nació en 1882 y murió en 1941, sufría de depresión y estaba atormentada. Con todo y eso su narrativa del monólogo interior y estilo poético y sensible son la más importante contribución a la literatura moderna. Su verdadero nombre fue Adeline Virginia Stephen, antes la gente se llamaba varios nombres. Su padre era crítico literario y alpinista famoso, su madre miembro de familia de importantes editores. Pienso que eran ricos pues ella y sus hermanos se educaron en casa por tutores y por artistas, escritores y políticos que venían de visita a menudo, también todos leían y leían. La vida se complicó porque ella tenía hermanastros y dos de ellos la violaron, por lo que finalmente se convirtió en lesbiana.
A los nueve años Virginia creó el periódico familiar The Hyde Park Gate News, después de todo ella vivía en 22 Hyde Park en Kensington. También en Cornualles pasaba los veranos con vistas a la playa y el faro, de ahí los primeros recuerdos de paisajes y personajes. Su madre murió cuando ella tenía 13 años, golpe duro, depresión o lo que ahora conocemos como trastorno bipolar. Todo empeoró después de la muerte de su hermanastra Stella y de su padre. Ella siguió escribiendo. Con sus hermanos fue a vivir al barrio de Bloomsbury y allí se reunía con intelectuales de la época como el economista Keynes y el filósofo Bertrand Russell, buscaron juntos el conocimiento, el placer estético y el anticonformismo político y moral.
En 1912 se casó con el economista Leonard Woolf y ambos fundaron la editorial Hogarth Press. En 1915, a los 37 años publicó su primera novela, Fin de Viaje. Su estilo: pensamientos, consciencia, visiones, deseos y olores, sueños, metáforas, simbolismos, monólogos interiores. Y así una gran escritora. Regresemos a Pinka/Flush el Golden Cocker Spaniel, lleno de espíritu, inquisitivo y educado. Vivió en Wimpole Street de Londres, después se fue a Florencia, Italia y se enamoró de una perrita seguramente mestiza. Regresó en su vejez a Wimpole Street, también Elizabeth Barrett estaba vieja. El perro precioso murió a su lado. “¡Flush!” grito ella. Silencio. Había estado vivo, ahora estaba muerto.
Me gusta leerte y aprender.(Sabes qué? me llamo Victoria María Guadalupe)
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