​​Oswaldo, el pajarito que encontré, dedicado a Osvaldo Sánchez, brillante curador y crítico de arte


No te preocupes, te llevaremos a un lugar seguro 

Amigas y amigos, primero agradezco de todo corazón que lean este mi blog, que trata de arte y experiencias personales. Mil gracias y sobre todo a los que me ponen comentarios. Segundo: antes de seguir con los “Recuerdos de París” quiero contarles de Oswaldo, el bebé Zanate que me encontré ayer, durante mi caminata diaria con Jorge Martínez, chofer y amigo. Resulta que decidí llevar el ramo de flores que Emilia, mi hija me trajo el día de Las Madres, a la Virgen. La Virgen que está en el Sitio Rojas de Parque Vía Reforma, casi esquina con Palmas. Por cierto, esta terminal de taxis fue fundada por Ignacio Rojas en 1935, para transportar a los primeros habitantes y trabajadores de Lomas Virreyes y Lomas de Chapultepec, barrios que entonces estaban en construcción. Con el tiempo la base de taxis se conoció con el nombre de Taxis Rojas, en recuerdo al promotor del grupo. 



Llegamos con las flores. Mientras Jorge las iba arreglando en los floreros de La Virgen, me fijo que, a mi lado, en el piso frío de cemento, temblaba un pajarito pequeño. Pensé que estaba herido. Llamé a Mookie, mi curadora, que estaba trabajando en Casa Alpes. Ven, Mookie, hay un pajarito herido. Es bebé, quizás cayó de su nido. Mookie ama a los pájaros, tiene una amiga con santuario de aves en su casa. Llegó Mookie y envolvimos al pajarito en el papel de las flores. ¿Qué hacemos? De cualquier forma, yo tenía que ir a la farmacia por una crema para la cara. Vamos a la farmacia y lo pensamos. El pajarito venía con nosotros y Mookie le decía en tono dulce, “no te preocupes, te vamos a regresar con tus papás”. 

 

Ahí estamos de nuevo en Parque Vía, Sitio Rojas. Jorge se encarama en una banca, Mookie le pasa al bebé Zanate. Jorge lo coloca en una rama, abre un poco la envoltura donde está para que sus papás puedan recogerlo, sin problema. Regresamos a casa rezando para que no llueva, que nuestro bebé no se enfríe. Cayó la noche. La amiga de Mookie la llamó. “Noooo, el pajarito va a morir, si los papás lo tiraron del nido es porque no lo querían.” Nos dijo que fuéramos de vuelta por él, que lo trajéramos a la Colonia Condesa, a su casa aviario. Ya ella lo llevaría al veterinario de aves para desparasitación y que comiera algo.


En mi casa llamo a Polito, artista alemán de la galería, le encantó esta historia. ¿Cómo le ponemos al pajarito?, pregunté. “Oswaldo”, contestó enseguida. ¿Por qué? “Me gusta un poeta de mi ciudad, su nombre Osvaldo Aranha, fue presidente de la Asamblea General de la ONU …y recordé a tu amigo cubano a quien vi en Berlín, que parece tenía un pajarito en la cabeza”. Pues así será. Le puse Oswaldo en honor de Osvaldo Sánchez, brillante curador y crítico de arte, más que eso, muy querido amigo. 



Osvaldo Aranha (1894 – 1960), político en los gobiernos de Getúlio Vargas y en las Naciones Unidas cuando presidió la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, 1947 – 1948. Importantemente iniciado en el candomblé, culto de los orishas, religión del Brasil cuya esencia, ánima, es el espíritu de la naturaleza. Sacerdotes animistas, esclavizados y transportados al Brasil, transmitieron sus creencias a otros esclavos. Estos escaparon y formaron colonias de cimarrones, llamados también quilombos, junto a sus orixás/ nkisis/ voduns, su cultura y sus dialectos, entre 1549 y 1888.

Comentarios

  1. Gracias pelo Blog. Aqui um poema que só funciona bem em português, de Mário Quintana, conterrâneo de Osvaldo Aranha, assim como eu. Eu passarinho, meus inimigos passarão!

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  2. Adoro Nina querida que cuidas tanto de animalitos por doquier cuando la necesitan 🙏

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