La Habana II. Cuando te toca comprar, se va la luz y se acabó la venta


El negro, el indio y el blanco, iguales a los ojos de la Patrona 

Es un deleite pasear por las calles de La Habana Vieja, sus casas, castillos, fortalezas, iglesias, museos, librerías, droguerías y tiendas. La ciudad más bella de América Latina con arquitectura de la corona española y las posteriores fachadas neoclásicas. Aunque desde que Eusebio Leal desapareció las calles están sucias. En la esquina de Obispo y Cuba, vigilada por cámaras de seguridad, dos morenos nos empujaron y robaron el celular de mi artista. Así empezaron los días de sentimientos encontrados, jóvenes desesperados por irse, la majestuosa ciudad, rumores de apagones y más apagones, Cuba en deuda comercial con el mundo. Los jóvenes se van de cualquier manera, toda una generación. La artista Lidzie Alvisa hizo un censo de su cuadra. Dice: Solo queda una muchacha, pero cuando tenga la mayoría de edad, 18, ella le va a pedir a sus padres que la dejen ir a España. Manolo, chofer, comenta: Llevamos 60 años tratando de destruir esta isla; es la incompetencia de los que dirigen el país, egocéntricos, incompetentes, autosuficientes. 

Los primeros días me quedé en un departamento hermoso. El edificio del siglo XIX es de arquitectura colonial. El trabajo de herrería y de ebanistería, desde las rejas y los pasamanos cuando uno entra, hasta la biblioteca en el interior de la casa, es espectacular. Los mármoles de la escalera, los techos de puntales altísimos, los espacios para recibir y la vista desde los balcones a la Iglesia y la plaza Del Ángel, un lugar maravilloso. La Habana Vieja me acogió. El Palacio del Conde de Lombillo, al lado de la Catedral de San Cristóbal, es típicamente colonial, construido en 1741, fue habitado por los primeros pobladores de la ciudad durante 300 años. Perteneció a la familia Pedroso -sí, a los antepasados de mis amigos Vivian, Alina, Victor-, y se le llamó “Lombillo” a finales del XIX cuando José Lombillo se casó con una Pedroso. Fue sede de importantes centros culturales; hoy el Palacio está totalmente restaurado en su esplendor. Gracias a Eusebio Leal, querido desaparecido. Hay banderolas por todo el casco antiguo con el lema “Leales a Leal”. 

 

 

Mi amigo de siempre, Rubén, vuelve al tema obligado, los apagones. Sin electricidad no se pueden arrancar las bombas de agua para regar el campo, funcionar las gasolineras y empresas de manufactura. Hemos estado en la tienda de allá abajo haciendo cola y cuando te toca comprar no hay electricidad, se acabó la venta ¿entiendes? Abel, recepcionista del hostal Fresko, explica que hay programación para quitar la electricidad según los barrios. Te tienes que organizar porque para hacer el arroz, es en la olla eléctrica, hoy se va la luz, hazlo temprano. Es un caos, la laptop se quedó sin batería y no la puedes cargar. No hay cobertura ni en celular ni de internet. La gente dice que es una comunidad primitiva, como los indios. 



Me dicen que Cuba le debe al mundo entero, a Castrol, marca número uno de aceite de puerco, a todas las marcas importantes, millones de dólares. Pero los artistas son más alivianados. José Ángel Toirac, Premio Nacional de Artes Plásticas habló sobre la libertad y la Virgen de la Caridad. Dice que cada persona tiene que luchar por ser libre de mente y cuestionarlo todo. Cualquier gobierno te va a joder, tienes que batallar por una causa, una idea, a pesar del gobierno. Son los relatos lo que dan sentido a la vida. – Yo sé que tú eres muy mariano– le dije. Y él me contestó. –Sí.– Luego comentó que antes de que políticamente el cubano se planteara la libertad de Cuba, ya la Virgen de la Caridad representaba un bote, que era el país, y los tres troncos fundamentales todos iguales a los ojos de la patrona: el negro, el indio y el blanco. Esa idiosincrasia de sentirse diferente al padre, que es España, representa la Virgen de la Caridad ¡desde el siglo XVI! por eso me encanta.


Comentarios

  1. Siempre súper interesante y muy enriquecedor. Gracias Nina para compartir con migo.

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  2. En Cuba no quedo casi ningun indio.

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  3. Me encanto pudiste ver por tus ojos una realidad que no se puede esconder me encanta decir que soy cubano pero este cubano quiere sueña una cuba mejor. Y tú de mis cubanas preferidas me acompañas en este sueño besos para ti siempre.

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  4. Qué preciosa Cuba y qué lástima verla mal!!!

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  5. Ana Luisa Presno Alemán6 de diciembre de 2022, 3:48 p.m.

    Excellent!

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  6. Qué belleza Nina!

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  7. Nina, gracias por compartir el entresijo de mundos de la Habana.

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  8. Hola Nina,
    Qué fuerte tu relato sobre tu última estancia en Cuba. Me da mucha tristeza. Tuve suerte de haber estado en un momento bueno, un año después del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Los Estados Unidos y Cuba. Había bastante optimismo….. un abrazo

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  9. Pobre Cuba, la pesadilla que no se acaba

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  10. Rezare por Cuba siempre Cuba abusada con todo su lado de Paraiso maltratado. Gracias Nina voy a compartir est historia con mi amiga española Isabel Pedroso. le gustará la

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