La Habana IV. Yo buscaba conchitas y cangrejitos en la arena blanca
El africano Agustín encontró a Yemayá entre las olas
La Habana, a media hora está Santa María del Mar, playa de aguas transparentes, azul turquesa, azul cielo, verde claro, verde esmeralda y azul oscuro. Un paraíso de arenas blancas y finas, palmeras y horizonte infinito. Salvaje. Los paraguas azules en la arena, con sus varillas al aire que rajan la tela. Me dormí, de pronto, una hora entera. El viento muy suave en la cara, el murmullo de olas que rompen tranquilas, el sol me da rico en el cuerpo. Todo es paz, ensueño y felicidad. Arena limpia con conchitas. Cangrejitos que corren a sus agujeros. Mar sabroso, cálido, sin algas ni aguas malas. Hay muchas familias cubanas, niños de todas edades, bebés recién nacidos. Él se fue a nadar, yo caminé en la playa. Respiré el mar y di gracias al Señor por tanta belleza. Entré a los bancos de arena, moviendo el agua cristalina. Recogí piedritas, ahora están conmigo en mi altar entre libreros, en casa Alpes. Mar que cura todo, mar que consuela, mar del Caribe, el más hermoso.
Cruzamos el túnel del Vedado al Castillo del Morro construido en 1585. Restaurado en 1990, es sede de las Bienales de La Habana. Centro Cultural, aunque guarda las huellas de balas donde el Ché ejecutó a cientos de personas sin juicio previo. Tremendo asesino. Desde el restaurante La Divina Pastora se ve el fantástico litoral de La Habana. También desde El
Castillo. ¡Qué vista maravillosa a la ciudad donde nací! Hay una capilla barroca del siglo XVIII que perteneció al Monasterio Santa Catalina de La Habana, azul turquesa con nichos en láminas de oro. Ya en la Plaza de Armas, jóvenes practican los bailes para los 503 años de La Habana. La capital de los cubanos y ciudad del siempre historiador Eusebio Leal los cumplió el 16 de noviembre con bailes y cantos. Pensé mucho en Eusebio y lo extrañé, amigo incondicional, no solo mío, sino de todos los habaneros. Caminante empedernido, inteligencia sin límite, memoria privilegiada.
Una quinceañera afuera de la Iglesia del Ángel, con tacones amarillos. Preciosa. Le estaban haciendo una sesión de fotografías. Otra vez recordé a la Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde y la pasión prohibida por Leonardo Gamboa, su medio hermano. Por fin llegó Polito a La Habana, el último de salir por la puerta 10 del aeropuerto. Antes, en casa de Lidzie, hablamos del desastre que es este país donde nada funciona y todo está al revés. Al día siguiente me sentía muy mal, era la gripe o influenza, quién sabe. Todavía hoy tengo secuelas, dolor de garganta, mormada y flemas. Hace más de cuatro semanas. En la esquina de Calle Cuba y Obispo le robaron el celular a mi artista, cosa que no pasaba antes. Por fin llegaron mis coleccionistas y amigos queridos, Ron y Una Brasch, nos fuimos a almorzar al restaurante Claxon que recuerda y hace homenaje a Juan Manuel Fangio, piloto de automovilismo argentino, con cinco títulos mundiales de Formula I en la década de los cincuenta. Fue secuestrado en La Habana por los guerrilleros de Castro en 1958. Cuando lo soltaron se declaró partidario de sus captores.
También fuimos a rezar a la Iglesia de Nuestra Señora de Regla, justo al otro lado de la Bahía, frente a La Habana Vieja. En el altar, la imagen de la Virgen Negra con un niño blanco entre sus brazos. Ella es la orisha Yemayá, reina del mar. Su imagen estaba en el mar y la encontró Agustín, el africano. Fue llevada a España en el año 453 y hubo una terrible tormenta en Gibraltar, pero la Virgen salvó a todos. Por eso es la Patrona de los marineros. Católicos y santeros Yoruba veneran a Yemayá en una relación sincrética, hermosa. Así el mestizaje criollo es la base de la nacionalidad cubana...
Maravilloso tendre que ir contigo a visitar y conocer tu tierra La describes con tal amor y pasion yo ya me bañé en esas bellas aguas y senti ese aire en mi cara y sin salir de mi casa. Gracias
ResponderBorrarMe encantan tus historias sobre Cuba! Gracias!
ResponderBorrarHola Nina leyendo tu magnifico blog. Estas fotos son de mi amiga Isabel
ResponderBorrarPedroso le mande tu blog. Ahí esta ella de visita en la Habana.
Gracias :D
ResponderBorrarMuy bueno!
ResponderBorrarAh que bonito este; extraño a Santa María Del Mar de La Habana (pues la original está en Cádiz), la playa mas bella que he conocido en toda mi vida: la más humana, alegre e incluyente.
ResponderBorrarGracias Nina. Muy bellas tus palabras y tus imágenes
ResponderBorrarEscribes muy bien querida Nina me gusto mucho deberías de publicarlos un beso. Cómo colección de anécdotas o pasajes son muy buenos.
ResponderBorrarMami que duro. Besos
ResponderBorrarGracias!
ResponderBorrarNina te escribí largamente haciendo recuerdos de aquel increíble viaje que hicimos tú, Claudio y yo hacen ya muchos años . Y de la inmensa suerte de cómo la vida ha hecho que cada vez estemos más unidas y que la vida ha permitido que la gocemos con nuestras queridas amigas.
ResponderBorrar¡Bravo!
ResponderBorrarQue lindo Nina, me encantan todas tus historias, y aventuras!!
ResponderBorrarBesosssssandra
Dear Nina:
ResponderBorrarGreetings and best wishes on this important day of Mexico's patron saint.
Merry Christmas to you and your family.
I am waiting for my Florida condo to be repaired after Hurricane Ian.
Sincerely
Margaret (Molly) Wilmer Bartlett Foxcroft 1962
Que delicada y sensual es esta descripción del mar cubano
ResponderBorrarMil felicidades Nina.
Linda reflexión Nina
ResponderBorrarEs verdad que el mar de Cuba es el más hermoso.