Un óvalo o ano por donde entraban los invitados, dedicado a Miguel Ventura

La cultura siempre salva, obras de Judd, Sol Lewitt y Matta-Clark 

Miguel Ventura, una obra excepcional. Hace años que trabajamos juntos. En la galería de Zacatecas hizo una instalación con televisores, objetos de peluches, videos, fotografías y quizás más cosas. Para entrar a la obra cerramos con madera el espacio entre una sala y otra. Había un óvalo, se suponía que los espectadores accedieran por el “ano” a ver la muestra. Sí, ano, orificio en la última parte del intestino por donde vamos al baño. No quiero ser grosera y pido perdón de antemano a todas y todos los que leen mi blog. Lo que pasa es que la obra de Ventura es agresiva, fuerte, de colores, hermosa, repleta de contenido político y social, guerras, caras, gente rica, gente famosa. Cuando pregunté “Aparezco yo”, contestó “dame las gracias que no”. 

El fin de semana reciente inauguró en la galería Acapulco 62, en Dr. Atl 217, Santa María La Ribera. Vale mucho la pena ir y de paso gozar del Kiosco Morisco en la Alameda del barrio. Fue diseñado para ser el Pabellón de México en la Exposición Universal de 1884 en Nueva Orleans. Gracias a Andrew Carnegie, dueño de la primera gran acerera de Pittsburgh, que el kiosco cobró vida, una estructura de acero. Se expuso en Chicago y en la Feria de San Luis Missouri antes de llegar al costado de la Alameda Central de nuestro país. Porfirio Díaz la cambió a la alameda de Santa María la Ribera y se reinauguró ahí con un gran baile público en septiembre de 1910. 

Muy cerca está la muestra de Ventura con el nombre Fuck me Bauhaus: “apuntes sórdidos e imágenes”, según escribe la critica Naief Yehya. Símbolos de dólares y nazismo, zorros y armas, penes y anos, salchichas como intestinos, rostros de AMLO, Alberto Bailleres, Ricardo Salinas, Eugenio López, todos del sexo masculino porque el artista habla de “falismo” o machismo, sociedad donde prevalece la supremacia del hombre. Cinco meses le costó hacer una sola obra. Mucho trabajo quitando, pegando, formateando tamaños, bajando fotos del internet, trabajando el Photoshop y después en capas. Me acerco para mirar las piezas. Veo a los Presidentes de México, Echeverría, AMLO, Miguel de la Madrid; los hombres más ricos del mundo ya mencionados arriba; curadores, directores de museos, Eugenio López, Graciela Reyes Retana. Señoras de sociedad, Lulú Creel, arquitectos modernistas, rebeldes e insurgentes mexicanos, seguidores de AMLO, mujeres y hombres, bombardeos en Siria y Gaza “de los que nadie habla”, dice Ventura. 


 

La cara bonita de las obras son el Bauhaus y el arte, piezas de Donald Judd, Matta-Clark, Joe Shapiro, Clara Porset, Sol LeWitt, Barnett Newman. Sociedad, curadores, presidentes. Fotografías sobre cartón y pintura, mucha pintura. “Los falos son lo que se ha convertido en modernismo”, explica Ventura. La Bauhaus es una especie de robot, monstruo asesino, además sumamente agresivo, machino, y añade: “el modernismo está siempre acompañado de una destrucción continua”. Como quiera que sea, la obra de este artista pertenece a los museos del mundo. Por atrevida, honesta, inquietante y extraordinaria. No dejen de ir a Acapulco 62 a verla, vale la pena y nos hace ponderar: ¿Quién soy y adonde voy? ¿Me están manipulando? ¿Puedo zafarme? Quizás la cultura siempre salva. FUCKMEBAUHAUSMEXFESTRELOADED, dice el cartelón.



Comentarios

  1. Miguel Mariano Freyre3 de mayo de 2022, 3:04 p.m.

    Nanette que linda estás

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  2. Super photos de nina et artiste avec decor tableaux en arriere plan interessants

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