La envidia, en la amargura de los mediocres, por el éxito de Jennifer, dedicado a los que triunfan

No me Olvides dice Cristina Ochoa, mientras Dubrovsky explica las estrellas de oro 

Vamos hacia la Finale del Morning Show en Apple TV, serie buenísima sobre el periodismo noticioso donde Jennifer Aniston se luce como la gran artista que es. Con ella Reese Witherspoon y Néstor Carbonell entre otros. No conocía a Steve Carell quien le hace del “depredador sexual” Mitch Keller, en realidad es monísimo y todo fue consensual, pero cuando alguien cae en desgracia la depresión puede ser muy fuerte. El pobre de Mitch se suicida aunque se dice que fue un accidente automovilístico en Italia. En fin, todo es muy dramático, al mismo tiempo humano. Me gusta Alex Levy, ella es Jennifer Anniston, la principal, a quien le tiene envidia una periodista del New York Times amargada, “Maggie”, ésta escribe un libro horrible sobre Alex y lo que pasa atrás de las cámara con su co-anchor, el depredador. Así es esto de la envidia, muy fuerte, el que triunfa tiene que lidiar con el odio de otros mediocres que se creen “gente”. 

Jennifer Aniston en 1990 interpretó otra serie, Friends y ganó el Emmy además de un millón de dólares por capítulo. ¡Fregona a sus 52 años, directora y productora de cine! En 2000 se casó con Brad Pitt y se separó en 2005 cuando se dijo que Pitt había sido infiel en épocas de Mr. & Mrs. Smith con Angelina Jolie. Del segundo esposo de Aniston, Justin Theroux se divorció en 2018. ¿Qué tan difícil ha de ser una mujer exitosa? 

Por otro lado también veo los viernes The Shrink Next door, comedia que en realidad es la vida. Un siquiatra que se apropia de su cliente, un cándido del 2021, rico, por supuesto. Y lo va a hacer pedazos; ya lo separó de su única familia, la hermana Phyllis, le está robando el alma que da gusto, dentro de poco se quedará también con su negocio. Me recordó mucho la obra de Voltaire donde el protagonista Cándido es un optimista que busca todo lo bueno y lo mejor de los mundos posibles. Pero la novela muestra los horrores del mundo del siglo XVIII y Cándido vive una serie de terrores aunque cree que suceden para bien. Me gusta la serie del Siquiatra Vecino, ¡véanla! 

Otra, Narcos, está muy bien hecha, aunque fuerte; anoche me tocó la parte del Profesor Hank González y su relación con Amado Carrillo y el narcotráfico. Se trata de una ficción histórica realizada por Netflix basada en el narcotráfico por los años 1990. En la primera parte se presentó la lucha de la DEA contra Pablo Escobar. Siguió con el Cartel de Cali y luego Narcos: México con temporadas de diez episodios. 

Mi exhibición Nuevo Verdor en Casa Alpes ha tenido contundente éxito por las obras de Martín y Sicilia, dúo de Tenerife con el chico metido en el aro de Basketball en el jardín; Cristina Ochoa y No me Olvides de flores del mismo nombre. Adentro Moda Kitsch y Colonización de Arturo Cuenca, genio homenajeado en los museos de Miami y en el Finantial Times de Londres. Las fotografías de Atelier Morales, documento histórico de la Pandemia en el corazón de París, se oye el silencio, nadie en las calles, el Louvre desierto; cajas de luz de Juana, campesina de las montañas de Michoacán que con caramelos, plumas y papel picado conquista los corazones de todos quienes ven su obra; Lírica del Cosmos o mapa de las estrellas de Irene Dubrovsky con tinta de oro, letras del alfabeto griego dentro del Infinito; los paisajes de colores de Juan Miguel Pozo Cruz cubano que se hizo famoso en Berlín porque el arte tiene remedio, así cómo Weapons of Mass Communication de Fabricio Do Canto cuyo mensaje vincula la naturaleza al humanismo, el bosque al ritual de la infusión de Mate, sí contra la angustia y la incertidumbre que estamos viviendo. Antón3000 con sus flores pintadas que tanto aplaude Eric Pérez, Ariel Orozco exitoso sus dípticos tan elegantes de oro y plata y los fuegos de Enrique Minjares que prenden en símbolo de transición, purificación, amor y pasión.