El racismo en los Estados Unidos no cambia desde épocas de los esclavos hasta hoy, dedicado a Luis Menocal III
En la Ciudad de las Brujas, Salem, caminé con mi hermano Luis por la calle más hermosa del país
Chesnut Street en Salem "la calle más hermosa de América", bordeada de árboles e inmortalizada en postales, pinturas y películas se encuentra en la ciudad de las brujas en Massachusetts, Estados Unidos. Una tarde de junio me llevó mi hermano Luis a conocer los lugares de este pueblo donde las jóvenes lucen pelo largo color violeta y se visten de negro. Hay varios muelles sobre el Salem Harbor con sus respectivas marinas y clubes, un viejo velero como joya de exposición. Hay casas y antiguos cementerios; más casas y más cementerios; varios museos de brujas; un gran museo, el Peabody Essex Museum (PEM), que muestra obras sui generis de arte marítimo, americano, asiático, oceánico, africano, instalaciones lúdicas y por supuesto toda una sala sobre las brujas. Y hay más cementerios con tumbas que datan de la época de las brujas.
Cuál sería mi sorpresa y el gusto de ver en el PEM una escultura en vidrio, azul rey, de la artista cubana María Magdalena Campos Pons. Era una salvajita talentosísima cuando la conocí en Cuba hace muchos años, luego se casó con un músico de fama bostoniano y se convirtió en gran dama. Más tarde exhibió en mi galería de la Ciudad de México obras de fotografía, con tema de santería cubana tan cercana al alma de todos los que nacimos en la isla.
La First Church in Salem de estilo gótico fue construída en 1836 por puritanos, ahora es iglesia de la espiritualidad Universalista unitaria, una de tantas del abanico Protestante. Seguimos por el gran bulevar de Chestnut Street, construida entre 1796 y 1805 y que se convirtió en refugio de marineros ricos como las familias Pickering y Neal que buscaban paz en aquel barrio ruidoso de paseo marítimo. Entramos en el Hamilton Hall, nombrado en honor a Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos y “Padre de los Papeles Federalistas” que interpretan la Constitución. Un hombre tan interesante como inteligente, creó y lideró el Partido Federal con banqueros y empresarios, primer partido político en la historia del país. Hamilton dominó la política nacional hasta que perdió en la elección de 1800 al Partido Demócrata-Republicano de Jefferson.
Hamilton Hall (HH) es uno de los mejores edificios federales de los Estados Unidos, completado en 1807 era punto de reunión de los elegantes marítimos del barrio. Ahí llegaba a dictar conferencias el Marqués de Lafayette, héroe de la Independencia de los Estados Unidos; ahí recibían a mediados del siglo XIX John y Nancy Remond, esclavos negros ya libres y activistas sociales. Los Remond fueron famosos no solo por abolicionistas, sino porque dirigieron una empresa de catering en Hamilton Hall que servía platos deliciosos y tan exóticos como sopa de tortuga, pastel de ostras, ganso de Bremen y cabeza de ternera al horno. Ahí vimos el horno de ladrillos, orgullo de Hamilton Hall.
También nos interesó la exhibición sobre los esclavos que llegaron a las costas de Nueva Inglaterra desde Sierra Leona para ser vendidos, 94 hombres saludables, 24 mujeres y 16 niñas; estaban destinados a trabajar en plantaciones de azúcar, café y tabaco en Charleston, Carolina del Sur y alrededores. Años después en 1946 un negro veterano de la II GM decidió ir a votar en Georgia. Se llamaba Maceo Snipes, sirvió a su patria con honor. Pero le habían advertido que “el primer negro que vote, eso será lo último que hará jamás”. Fue la única persona negra en Taylor County, Ga. presente en las urnas. Una noche estaba en su casa cenando con su mamá cuando un blanco a quien conocía tocó a la puerta. “Sal al Porch”, le dijo. Habían otros tres blancos que lo esperaban afuera, así este pelotón de fusilamiento lo hirió en el abdomen. Su madre lo ayudó a caminar seis millas hasta un hospital donde dijeron que no tenían sangre negra disponible, estaba segregada. Antes de morir Maceo dio el nombre de su asesino, un compañero veterano de la II Guerra, a la policía. El jurado mas tarde decidió que este había actuado en defensa propia y salió libre. Así es el racismo hasta el día de hoy.
Que bonito Salem gracias por compartir tus aventuras
ResponderBorrarQuerida Nina: No sabes cómo disfruto tus textos-memoria, Gracias por enviármelos!
ResponderBorrarQué lástima que ya no nos vemos!