Dinero primero, seguridad después, Estados Unidos culpa a China, dedicado a Conchita Olavarrieta

El más hermoso parque de bugambilias

Vuelven, vuelven, vuelan, vuelan, así es, dinero primero, seguridad después 

La historia se repite ¿o es el hombre el que se repite? La enfermedad más letal de la humanidad quizás sea la Peste Negra de 1348 a 1350 que se llevó a un tercio de las personas viviendo entre India e Islandia. Los historiadores han atribuido las causas de la plaga a las guerras, impuestos, bandidaje, mal gobiernos, insurrección y cisma en la iglesia. Deduzco que los humanos hemos vivido por peores crisis antes que el Coronavirus 2020. 

Sin embargo hay más de 82,000 muertos en los Estados Unidos, cifra que sobrepasa a las de cualquier otro país. Habría que preguntarle a los chinos dicen dos de mis más inteligentes amigos. Nombres no. Hay seis nuevas infecciones de CV19 en Wuhan, China, en tanto escribo. 

Las economías mundiales empiezan a reabrir: Alemania, Estados Unidos y México lo hará muy pronto. La vida sigue con o sin plaga. Los parques y otras áreas de recreo buscan a sus visitantes. Vuelven, vuelven, vuelan, vuelan. Mientras algunos se quedan al Home work -perdón, es el work from home quizás permanently-, otros quieren resumir la producción de automóviles. Así es esto, dinero primero, seguridad después. Mientras Estados Unidos trata de culpar a China por la pandemia, Beijing quiere detener todo esfuerzo internacional para encontrar el origen de los Tiempos del Coronavirus. 

Mariana en la esquina de Monte Líbano de 8 a 8

Lo cierto es que hay especulación y culpabilidad. Dicen los sabios de salud que si encontramos la fuente podríamos prevenir el brinco del virus de los animales a las los humanos. Solo sabemos que los Chinos en un momento sostuvieron que el Covid venía de animales salvajes en los mercados de Wuhan. Woooaaaa!!! 

Pues ahora ya ni contestan a las llamadas internacionales, nadie sabe y nadie supo. 

Mientras tanto yo sigo caminando por la calle de Alpes, desde Auvernia hasta Montes Himalayas, calles que significan algo para mí. Tachito no me acompaña porque está viejo y se cansa, lo quiero tanto, es un perro tan dulce y bueno, un perro que sufrió mucho amarrado con alambres de púas y tiene municiones por todo su cuerpo. 

Tachito quiere bien a mi nana Anita Jiménez, atrás Mónica Martínez

En la mañana temprano la calle empieza vacía. Luego aparecen las personas que salen de sus moradas, uno barre, otro tiene un cubo en la mano, dos guaruras frente a una casona, otros bajan maderas a un terreno baldío que ha de costar un buen: esta es una de las calles más caras de la Ciudad de México. 

Hay flores muy bien cuidadas y queridas en una banqueta, la del colegio ETON para niñitos ricos. 

El único con tapabocas es el jardinero de la casa de Juan y Doris Beckmann, casa divina que construyó como palacio el arquitecto Jorge González Loyzaga, tiene lindos faroles con cuatro bombillas en los jardines de la acera. Luego vienen las bugambilias del condominio horizontal que antes era la casa de Don Carlos Trouyet, y cuando él murió de Francisco y Lucero Trouyet. Paso por la casa de mi amiga Macarena y por fin llego a los fantásticos condominios de Juan, Julie y Juan Diego Gallardo que están frente al parque de la gasolinera, refugio de las más hermosas bugambilias que mujer o hombre hayan visto.

El penthouse de Julie / La casa de Macarena

La casa de los faroles y cuatro bombillas