Padova, exhibición de pinturas de Boris Viskin



Padova, exhibición de pinturas de Boris Viskin en el nuevo espacio de Sta. María la Ribera


 Padova, exhibición de pinturas de Boris Viskin 

“La altura y un rayo de luz” lo transportaron a la Capilla Scrovegni de Giotto 

Un mediodía de domingo en la colonia Santa María La Ribera fui a dar a la inauguración de Padova, muestra de las últimas pinturas de Boris Viskin. Ahí estaba el maestro de ojos azules y barba rojiza, tal Van Gogh contemporáneo. En su galería Acapulco 62, “la altura y un rayo de luz” me transportan junto al artista a la Capilla Scrovegni de Giotto en Padova.

Giotto (1267 – 1337) de niño fue pastor de ovejas y luego discípulo del artista más conocido de la época llamado Cimabue. Se convirtió en pintor, muralista, escultor y arquitecto florentino e iniciador del movimiento renacentista en Italia que relacionaba las figuras humanas a la naturaleza; es decir, por primera vez en la pintura, los personajes parecían reales en tres dimensiones. 

A los treinta años Giotto ya era famoso en toda Italia y el papa Bonifacio VIII lo consideraba “superior a todos los demás pintores de su tiempo”. Su arte se caracterizaba por haber captado la emoción humana en sus personajes. Estos aparecían tomando decisiones espirituales bajo presión o en crisis.

Entre 1305 y 1306 pintó los extraordinarios frescos de la Capilla de los Scrovegni en Padua considerados como el momento culminante de la obra de Giotto.  

En cuanto Boris Viskin llegó a su nuevo local junto con Alfonso Mena -entre escombros, basuras y heces de ratas-, entendió que ahí mismo iba hacer una exhibición sobre su experiencia espiritual: La Capilla Scrovegni. 

– Hice mi viaje personal– dice el artista.

– ¿A dónde?
Granada, óleo, impresión digital, resina y collage
– ¡Nina! Es la exhibición de Padova, incluí la vela en todas las pinturas. Es lo que vemos que se derrite y la pintura que pretende ser eterna, todo al mismo tiempo.

– Algo parecido a las pinturas de las paletas de agua que presentaste en mi galería de la Roma. 

– Sí, sí, pero ahí en la serie de “Paletas” era el simbolismo del derretimiento, aquí se derrite en vivo.

Son 20 óleos y collage sobre madera con vela larga dentro de una hendidura. “Fue el espacio el que pensó la exhibición”, afirmó el artista. Cuando vivió en Jerusalén él había visto la Capilla Scrovegni en un libro hebreo y este lo introdujo a la historia de Jesús.

Poco después fue a Padova y Padova se quedó en él.

– Pero si tu no eres religioso, Boris– le digo, porque lo conozco desde hace muchos años.

– Son más bien estas obsesiones de lo eterno y lo efímero. Yo tomo de la religión lo necesario para difundir mi viaje artístico.

De pronto Boris Viskin quiso resumir: “Giotto no me convirtió en católico pero me hizo pintor”, dijo. Las velas iluminaban el espacio. Se acercaron otros artistas, Miguel Ventura, Edgar Ladrón de Guevara, Mary Stuart.

Estábamos en el local que Alfonso Mena y Boris Viskin traspasaron con todo y nombre de la Roma a la Santa María de la Ribera. Las exhibiciones anteriores habían sido de Miguel Ventura, el Taca Fernández y Helio Montiel.

– A todas te he mandado invitación, ¿eh? Es un espacio muy público, entra mucha gente en la semana.

Me llama la atención una obra de color azul muy oscuro con azul más claro; está un hombre solitario agarrando la vela en el medio de un mar.

– Me gustaría ver una luz de neón dentro de la hendidura– comenta de pronto Miguel Ventura.
Nostalgia, óleo y collage / madera, 244 x 122 cm

– ¿En lugar de la vela, por qué?– pregunto

– No se, por contradecir, parece a esas maquinitas donde uno juega con la pelota pequeña que va por el hoyo, aunque la verdad es que me gusta bastante esta pieza.

– Me encantaría verla de noche– dice Edgar Ladrón de Guevara.

– ¿Por qué?

– Para ver que efecto genera la vela, el reflejo sobre la pintura.

– Estoy de acuerdo con Edgar– dice Miguel Ventura– me gustaría verlo de noche, pensar en la idea de capilla y de piedad.

– Es mi viaje, no uno colectivo– comenta el artista riendo.

– Es tu viaje.

– El viaje personal, digamos.

Una de las obras lleva signos: del dólar, la cruz, la esvástica, la estrella de David. Otra es el dedo de Dios que da la vida al hombre. Una mano, el ala de un avión que parece serrucho, un hombre enterrado, la noche, el mar, huellas en la arena, refugiados, María Magdalena o la Virgen María, manto rojo, montaña. Tantos símbolos en la obra de Boris, es como entrar en el laberinto de su mente en una noche oscura.

– Es cruzar la vela de un lugar a otro– anota Boris. 

Algunos de los títulos van descifrando el enigma del arte en Boris Viskin. Kotel, el Muro de los Lamentos en Jerusalén, tal vez es la clave a la espiritualidad en las obras. Nostalgia que quiere decir dolor y regreso en griego clásico es un querer volver a un momento de la infancia como cuando Boris a los nuevo años fue por primera vez a la sinagoga y escuchó el solo del rabino, “me quedé con la música”, dijo; Sísifo quien en la mitología griega empujaba una piedra cuesta arriba por la montaña, que antes de llegar a la cima volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose hasta el infinito el inútil proceso.

La gracia perdida tal vez se refiera al pecado y a la necesidad de una reconciliación. Granada podría ser la capital del reino musulmán y después capital de los Reyes Católicos; es también un proyectil explosivo, una fruta que ha sido mencionada en el Antiguo Testamento como la vid, el olivo o la palmera, o un color granate de variedades rojas oscuras o purpúreas como las piedras preciosas del mismo nombre.

Rohtko es el pintor asociado al expresionismo abstracto nacido en Letonia que vivió en los Estados Unidos (1903 – 1970). Sus composiciones llegaron a tomar la forma de dos rectángulos confrontado con bordes desdibujados por veladuras. Creo que Boris se acerca a él por el sentido religioso que daba Rothko a su pintura y porque usaba tonalidades oscuras, violetas, granates y negros, además de que creó la Capilla Rothko en Houston como espacio de oración y meditación.
Boris, la tarde de domingo, inauguración de Padova


La Mujer de Lot, que en algunas tradiciones judías se llama “Edith”, es aquella que el Libro de Génesis en la Biblia se convirtió en un pilar de sal después de mirar a Sodoma, ciudad a orillas del mar Muerto destruida junto a Gomorra. El Greco, uno de los artistas más grandes de la civilización occidental, cuyas figuras extraordinariamente alargadas,  iluminadas, parecen fantasmas expresivos.

Acolman podría referirse a la zona gobernada por Xocoyotzin cuando los españoles llegaron al Nuevo Mundo (1519), años después se construyó un monasterio. Ahí los misioneros agustinos inventaron las piñatas. Con el paso de los siglos las inundaciones provocaron el abandono del templo y actualmente es monumento nacional.

Monento Mori o Memento mori significa en latín “recuerda que morirás” y se asemeja en el arte al tema de la fugacidad de la vida, representada por la vela en las obras de Boris Viskin. Es más, en el imperio romano la frase era “Vanitas Vanitatum et omnia vanitas” que nos persuadía de la vanitas de la existencia. Su mensaje era que la naturaleza se descompone pero el alma o espíritu es inmortal.

El Pabellón de oro es el Templo del jardín de los ciervos en Kioto, Japón, construido en 1397, se quemó varias veces durante la guerra Ōnin del siglo XV y en 1950 cuando un novicio prendió fuego al edificio. Hoy está reconstruido y es Patrimonio de la Humanidad. Las dos plantas superiores están recubiertas en Pan de oro, el primer piso es en decoración clásica japonesa; el segundo de estilo samurái y el tercero de estilo templo Zen alberga una tríada de Budas. El pabellón funciona como guardián de reliquias del Buda.

Finalmente Rimbaud en África alude al francés Arthur Rimbaud (1854 – 1891), reconocido a los 21 años como uno de los poetas más importantes de su época; de pronto a los diecinueve años quiso abandonar los salones de Paris y se fue a África, ahí se convirtió en aventurero, traficante de armas, granjero, mercenario y hasta vidente. 

Todos los títulos de la muestra son un recorrido por la historia de la humanidad, del arte y la literatura. Con las velas en sus obras Viskin quiere dar luz o sentido a nuestro camino cotidiano.
Eros y Thanatos, óleo y collage s. madera, 70 x 35, 2020



































Comentarios

  1. Concepción Olavarrieta27 de enero de 2020, 2:09 p.m.

    Querida Nina:
    ¡ Qué maravillosa descripción !. Te felicito. Me invitaste a un viaje excepcional.
    Cariños,
    Concepción

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  2. Gracias Nina: fue un gusto verte también ; les pediré en la galería que suban tu texto.
    Un abrazo !

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  3. Nina increíble recorrido por la historia desde un punto de vista del arte moderno ,bravo!!!

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  4. Querida Nina:

    Acabo de leer tu artículo sobre la expo de Boris. Me gustó mucho la manera en que lo abordas y la cantidad de puertas que abres a los lectores que se acercan a su obra. Increíble cómo Boris nos sorprende cada vez y apunta hacia una necesidad de profundidad y reflexión. Es como si creara una pausa, un espacio de respiro donde el tiempo y la experiencia humana se pueden expandir.
    Es una lástima no haber podido estar en la inauguración. Me hubiera encantado verte. Iré a verla en estos días.

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  5. Cada que aparecen tus blogs los leo con gran interés. Te deseo un gran año y espero que en algún punto coincidamos de nuevo.

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  6. Hola Nina,

    Muy interesante. También leí lo del cumpleaños de tu hermana Ilia en Washington...

    Espero estés bien.

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  7. Me encantan tus blogs porque dicen cosas.

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  8. Nina: tu descripción de la exhibición de pinturas de Boris Viskin en la Galería Padova de Santa María la Ribera, Me encanto!!!
    Mil gracias! Me entusiasma mucho aprender contigo!!!

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  9. Maravilloso Ninush!!! Muchas gracias!

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  10. Querida Nina: Me pareció magnifica la interesante crónica del nuevo espacio de Boris Viskin y Alfonso Mena. Lo que esta produciendo Boris sigue siendo fresco e innovador. No he podido ir a visitar esa nueva galería, pero espero hacerlo muy pronto!

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