Parte I: 2000 mil estudiantes y campesinos fueron secuestrados, desaparecidos y asesinados en los años setentas

Las flores nacen en silencio. Exhibición arte y política de Gritón en el Quinto Piso

PALOMA PORRAZ, JAIME RIESTRA, RAFAEL TOVAR Y DE TERESA Y GUILLERMO OROZCO

Apenas había llegado de un largo viaje por los eventos de arte contemporáneo en Berlin, Basilea y Palermo, me encuentro con un email invitándome al conversatorio “El Movimiento Armado Socialista con los maestros Alberto Hijar (crítico de arte y especialista en las relaciones entre arte y política), Alfredo López Casanova (escultor) y Antonio Gritón (artista visual).”  Era en la galería El Quinto Piso del estacionamiento de Venustiano Carranza 70 en el Centro Histórico. El nombre de la exhibición Las flores nacen en silencio y la nota introductoria: “Entre los años 70 y 80 fueron decenas de miles los campesinos y estudiantes que decidieron levantarse en armas…”.

Pensé que era importante regresar a la historia de México contemporánea desde el arte, ya había visto demasiadas ruinas antiguas de los griegos y los romanos, nuestro México me estaba buscando y la izquierda había recién conquistado su espacio con la elección de AMLO como próximo Presidente.

Gritón, Gritón, ¿me llevas a tu exhibición? ¿Eres activista? Yo pensaba que solo hippie y muy buen artista. Conozco a Gritón desde hace más de 30 años. Una vez llegó a mi galería en la calle Zacatecas 93 de la Roma. –Vamos –dijo y me monté en una carcacha VW oxidada y descuidada con papeles tirados en los asientos y el piso. Le pedí a mi chofer que nos siguiera a un estudio en Echegaray donde me gustaron algunos cuadros abstractos con aplicaciones de animales marinos en miniatura. Desde entonces nos veíamos de vez en cuando, especialmente cuando quise que Gritón participara en el 1er Certamen de Escultura al Aire Libre del Corredor Cultural de la Roma, en 2004. No lo olvidaré nunca, lo organizamos Jaime Riestra y yo e invitamos a Casa Lamm a acompañarnos. Mario Vargas, Teresa Serrano y Alejandro Escalante ganaron los primeros tres Premios; Paloma Porraz, muy joven, coordinó el evento; el jurado estuvo formado por el inolvidable arquitecto Ricardo Legorreta y Juan Acha, principal teórico del arte latinoamericano; Sylvia Pandolfi quien había sido directora del Museo Carrillo Gil, el jalisciense Aurelio López Rocha coleccionista del momento de arte contemporáneo, Jorge Juanes, filósofo y crítico de arte y Jorge García Murillo, crítico de arte y director de museos de Monterrey.

Cuando le dí el Segundo Premio de Escultura a la artista Teresa Serrano

Entregó los premios el irremplazable Presidente de CONACULTA, Rafael Tovar y de Teresa, ya no está entre nosotros y lo extraño todos los días. 

Juan Acha teórico y crítico de arte peruano, muere en Mexico en 1995
y Arquitecto Ricardo Legorreta, grandes personajes

3 cuadros abstractos sobre mesa de noche

Otra vez adquirí varios cuadritos abstractos de Gritón en una exhibición de la galería Traeger y Pinto -los tengo siempre en mi cuarto- y luego lo llamé para que viera las cortinas rojas de tafetán que había comprado para mi comedor. Eran demasiado fulgentes.

–Llévatelas, hazles algo.– pedí. Cuando las devolvió estaban pintadas con ondas de agua, círculos y flores, las más hermosas que se puedan imaginar. 

Cortinas de tafetán pintadas por Gritón

–¡Hola Nina! Mañana sábado te invito a mi exposición en El Quinto Piso, el Lunes por la tarde se desmonta. 

Fui a recogerlo a su casa de Río Niagara y nos enfilamos al primer estacionamiento de varios niveles que se construyó en la calle de Venustiano Carranza. Fue todo un logro llegar al quinto piso con mi camioneta roja que maneja Jorgito. –Estuvo cruel –comentó el chofer más tarde, –era un espacio muy reducido de doble sentido, dando y cediendo el paso a los demás vehículos, fueron maniobras heroicas y complicadas tanto para subir como para bajar.

Arribamos con mucho calor a la una de la tarde y salimos al cuarto para las tres, Tachito entró con Gritón y conmigo a la galería Quinto piso y Jorge se quedó en el coche, según dijo “me estaba ahogando”.

Una aventura llegar al Quinto Piso

Nos recibieron Marco Aviña y Daniel Pérez Coronado, los curadores de la exhibición. –Nos interesó trabajar con Gritón porque estamos viviendo en el país un tiempo muy importante, había que hacer una conglomeración estética de su trabajo y sus bases militantes e ideologías.

– ¡Ah! –me sorprendo.

– A principios de los años setenta Luis Echeverría decidió adjudicar 614 mil hectáreas de la selva chiapaneca a 66 familias lacandonas, no tuvo en cuenta a las cientos de familias indígenas de otros pueblos que también habitaban ese terrero. Detrás habían intereses de una compañía paraestatal para explotar maderas preciosas. 

–¡Pobre México!

– Eso fue de las cosas más salvajes que hizo el gobierno. En  Chihuahua igual, enormes extensiones de tierras donde vivían los indígenas, las repartieron a hacendados o a ciertas familias –añadió Gritón, el artista.

– Por eso se levantaron.

– Empezaron los campesinos, indígenas y luego estudiantes de aquí, Guadalajara y Monterrey por solidaridad. Ya desde el 68 dijeron ‘nosotros no somos ni libres para expresar nuestras demandas porque nos mata el gobierno, entonces no queda otro camino más que el de las armas.’

– ¿Cuantos grupos en la República?

– Desde grupos de 50 personas a otros muy grandes como la Liga Comunista 23  de Septiembre, ellos fueron 2000, ahora sobreviven solo 10. A los otros 1990 los mataron o desaparecieron.

– Bueno, luchaban por la revolución socialista y comunista a nivel internacional.

– Lo cierto fue que el llamado “Piojo Blanco” secuestró y violó a Amadeé Barraza, hija del embajador de Bélgica en 1981. El gobierno de México lo capturó y masacró en la calle – volví a decir.

Mientras Tachito el perro paseaba por la exhibición, un galpón blanco bastante grande y de difícil acceso, Gritón me explicaba que en México habían Leyes.

Tachito, Daniel Pérezcoronel y Marco Aviña, Gritón al centro

– En Alemania también se levantaron en armas pero el gobierno no transgredió sus propias leyes, los aprendieron, estuvieron en la cárcel durante años y luego salieron. En cambio aquí fue agarrar a los muchachos sin orden de aprehensión, meterlos en el campo militar No.1, algunos llegaron a salir pero la mayoría no.

– Sí claro –afirmé entristecida, fueron Echeverría y López Portillo.

Luego Gritón gritó como siempre grita al hablar. “¡Los dos!”