Días 9 y 10 de junio: Me encanta Berlín



James Turrell, dos velas, dos hermanos


HERR GOTT DU BIST UNSERE ZUFLUCHT en el pórtico

En menos de 20 años el arte contemporáneo convierte al mundo en uno solo
Hace años Goethe Institut me concedió una beca en Berlín y estuve 6 semanas ahí, en un quinto piso de Kreuzberg en el departamento de unas arquitectas que se bañaban una vez a la semana. Cuando subí la pesada maleta rompí en pedazos la viejísima escalera de madera. Mi cuarto de techos altos estaba lleno de luz y yo también. México era entonces, en 2005, el país invitado a Art Forum Berlin, feria que ya no existe.

Me interesa la arquitectura colosal de Berlín que sobrevivió a la II Guerra, fascista-racionalista y vinculada al historicismo; fantaseo acerca de lo grandes que nos creemos los hombres, cuando en realidad no somos nada, ni una gotita de agua en el Universo.
Para mí la décima Bienal de Berlín fue una fiesta. Anduve por toda la ciudad en el Emmy Scooter (ahora la moda) y mi casco en la cabeza, libre como el viento, llena de vida.
Me exaltaron dos piezas de arte particularmente.

La de Dominique González-Foerster (DG-F), video en el Gropius Bau donde se veían dibujos de una abstracta modernidad occidental, idea de mundo y subjetividad. De ahí se pasaba a un infinito con centenares de estrellas que iban y venían, se hacían grandes y pequeñas. En poco tiempo yo estaba ahí. Vi claramente las caras de mis hermanos Teo y Carlos, estábamos los tres juntos, muy felices.

Teo con su sonrisa dulce, melancólica y carismática que siempre lo elevó al cosmos, era un hombre espacial. Cuando ponía los pies en tierra era culto con memoria extraordinaria. Sobre la historia del mundo y del individuo podía decirlo todo. Teo se sentía estupendo en su piel y se acoplaba a toda circunstancia. Era alegre y optimista. Casado con la mujer equivocada y luego enamorado de quien mucho lo amó, vivieron en Zihuatanejo, Guerrero, durmiendo en hamacas sobre casa compuesta en la arena.

Carlos con la carcajada al verme. “¡Hola Pinocha!” me dijo y los corazones de ambos comenzaron a saltar. Era poeta que soñaba e inventaba utopías, adoraba estar en su finca de Nicoya, Costa Rica, “Las Mercedes” ---como se llamaba la de nuestro padre por Ciego de Ávila, Cuba---, lejos de la humanidad y al lado del mar. Nunca estuvo satisfecho con sí mismo, quería triunfar y ser reconocido. Empezó a escribir un libro que si algún día lo llego a terminar y publicar, el nombre de Carlos brillará sobre el cielo.

De repente la pared de luz en el video de DG-F se fue apagando con rayos grises diagonales; mis hermanos dejaron de estar vivos en ese umbral de transición de realidad en espacios virtuales.

La segunda obra fue de James Turrell (JT) en la capilla del cementerio del Dorotheenstädtishen Friedhof I, con inscripción en piedra en el pórtico HERR GOTT DU BIST UNSERE ZUFLUCHT (Señor Dios eres nuestro refugio). Habían dos velas azules añil que cambiaban de color en el altar, yo entendí que eran Teo y Carlos. JT hizo el resto: los recordó a ambos de forma serena y contemplativa con su arquitectura de la luz, en un sitio de culto divino y la atención espiritual de quienes ahí estábamos en absoluto silencio.

Otra fantástica exhibición en el instituto DAAD fue la de Teresa Margolles de Culiacán, Sinaloa, “Los Otros”, una intervención minimalista que le ocupó todo un año en producir: la historia de mexicanos pobres que ella encontraba en la calle, los entrevistaba para saber cómo y por qué vivían en Berlín y luego los llevaba a un cuarto. De pronto ahí expuesta la sábana ensangrentada que había cubierto el cuerpo de una mujer asesinada en Tijuana. Cada inmigrante que aceptó participar en el proyecto bordó una línea horizontal como símbolo de violencia y muerte. Así es Margolles, amenazadora con finalidad.


"Los Otros" de la mexicana Teresa Margolles, posiciona los asesinatos en debates públicos

Comprendí con lucidez que el arte contemporáneo ha llegado al mundo entero –cosa que no hubiese sido posible hace 20 años. Es un hecho y gran logro de las ferias y bienales internacionales. Curadores, galeristas, artistas y coleccionistas originarios de cualquier país del mundo hablan el idioma único del arte. Se sientan en las mismas mesas a comer, discuten ideas y describen obras que el tiempo les permite contemplar.

La exhibición en l’Akademie der Künste fue una joya, bien curada por Gaby Ngcobo Sudafricana que vive y trabaja en Johannesburgo y São Paulo, con piezas que se iban hilando en espacios amplios. Me conmovió el video sobre un maravilloso caballo blanco del que se cae cíclicamente Basir Mahmood, artista que pasó su infancia en Lahore (Punjab, Pakistán). 

¡Qué no para de caerse del caballo blanco!

Belkis Ayoninolvidable cubana, se hizo presente a través de dibujos, sobre temas de creencias, ritos y mitos de la sociedad secreta Abakuá.

Se suicidó en 1999 a los 32 años. Sucede que la gente superior se quita la vida porque está deprimida, los que estamos cerca deberíamos enterarnos de cómo poder ayudar.
 
Los que estamos cerca tenemos que saber ayudar a los candidatos suicidas...en la foto estamos la coleccionista española mercedes Villardel, la curadora y directora de museos Taiyana Pimentel y yo

Los  Acryl-Gouache de Firelei Baez, de República Dominicana, se refieren a las iteraciones del nombre Sanssouci (Palacio de campo de Federico El Grande, Rey de Prusia, edificado entre 1745 y 1747 en las afueras de Berlín; Sans-Souci, un castillo en Milot, Haití, mandado a construir para el Rey Henri I, 1810–1813, quien fue esclavo del pueblo igbo, luego participó en la lucha haitiana por la independencia; el tercer Sans Souci fue el llamado Coronel Jean-Baptiste del mismo apellido, revolucionario prominente que traicionó y ejecutó el Rey Henri. 

Firele Baez:"Memory like fire is radiant and immutable", 2016
Paréntesis: Hubo también un súper cabaret y casino Sans-Souci en La Habana, mis padres lo mencionaban con alegría inverosímil; era el antro de la alta sociedad y de los mafiosos Lucky Luciano y Meyer Lansky  , el boxeador Rocky Marciano, Frank Sinatra, Nat King Cole, Kirk Douglas, Mario Moreno Cantinflas, Pedro Vargas y Libertad Lamarque. Ay mi Habana ¿quién te hubiera conocido en esas épocas de lujuria?

Las acuarelas con lápiz de pastel, carbón y agujeros de aguja aparecían como señuelos, montadas sobre vigas recicladas. Johanna Unzueta, chilena que trabaja y vive en Brooklyn crea formas en el dibujo con aros de bordado, geometrías activadas por luz que transmiten la sensibilidad del tejido. ¡Wow!


Johanna Unzueta, chilena, vive y trabaja en NY

Hernan Mbamba
 nació durante la última década del apartheid en Sudáfrica y creció en el tiempo de la post-independencia de Namibia, vive y trabaja en Oslo. Sus acrílicos y óleos son abstractos orgánicos que enseñan el alma en forma hermosa y conceptual por la fuerza de movimientos interculturales de inmigraciones políticas.

Mbamba pinta para él mismo, no para cumplir lo que se espera de un artista negro

Oscar Murillo, nacido en Armenia es colombiano futbolista que juega en el club Pachuca de México.

Oscar Murillo, la estrella del show. Su orgánica, loca, y enorme instalación, involucra el proceso industrial de hornear pan de maíz y arcilla que parecen rocas, evocando ideas sobre el consumo de una sustancia básica. Incluye formas de intestinos y otras que parecen cuerpos en descomposición. Lúgubre y lúdica se refiere al trafico cotidiano de obreros a espacios de fábricas y mataderos donde el trabajo les agrede, cosa que hemos tipificado. 

Signe, Leyla y yo en el clásico restaurante Borchardt

Otra gran alegría fue reunirme con la familia alemana que vive en Berlin, los padres de mi yerno Chris Rossbach, Oma y Grammy; su hermana Signe y los sobrinitos Leyla y Gabo. Chris lleva en mi vida desde que Alina y él fueron novios en Yale University, cuando  tenían 20 y 22 años en 1998. Celebramos en el Borchardt, el mejor restaurante de Berlín; regresé a pie a mi hotel de siempre en Behrenstrasse, Mitte, barrio que siento mío.

Comentarios

  1. Me encanta leerte! Es como estar allí, de repente,

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  2. No tienes idea lo mucho que disfruto tus escritos.... Siempre! y ahora que vuelvo de Berlín, un poquito más.

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