Día 3, miércoles 6, París

La Vierge de la Saint Sulpice, me dejo llevar entre sus nubes


Un día perfecto, secreto, inaudito y destinado 
Mouseé Marmottan Monet

Muy temprano hice los ejercicios para las rodillas, sacando un tapete de yoga rojo. Un baño rápido y bajé a desayunar con mi amiga. La llevé después a conocer L’église de la Saint Sulpice. Inmensa, la más grande de París construida en 1733 cuyos techos y cúpulas veo y casi puedo tocar desde la ventana de mi cuarto número 14 del Relais St. Sulpice, hotel que había sido casa particular, al que vengo desde hace 30 años.

Tantas ferias FIAC de las que fui galería pionera mexicana.

Como siempre entré a la Chapelle de la Vierge, primera construcción de esta iglesia de un quartier que se desarrollaba de prisa. La Virgen y el niño sobre el gran núcleo de nubes son de mármol blanco y es en ese cuerpo esférico de meteoros donde cada año me dejo llevar. 

De ahí seguí sola a L’église de Saint Germain-des-Prés, como siempre. Lo que más me impresiona son  las piedras tan antiguas que conducen a la entrada. Cuántos pies habrán pasado por ahí desde que fue la abadía benedictina, la más prestigiosa de París fundada en el siglo VI por un rey merovingio. La Revolución la convirtió en fábrica de salitre en 1792 y desde 1803, nuevamente parroquia, está en restauración. 

Esta vez me rebasó la confusión, ¡Dios mío! dije en silencio al ver los frescos de Saint Germain-des-Prés y sus decoraciones pintadas, resplandecientes como originalmente fueron. 

Seguí derecho por el Pont de Carrousel y el Louvre para llegar a Tony & Guy en rue Saint Honoré, mi peluquería de hace 30 años. Antonio me esperaba para crear el new look que seguro me quitó varios años de encima.

Por fin el Bois de Boulogne, Jardin de Ranelagh donde están los maravillosos hôtel  particuliers que eran casas de campo para la cacería. Uno de estos es el Museé Marmottan al que no mucha gente conoce porque está muy lejos, en los límites de la ciudad. 
Pocos visitan el palacete que fue comprado en 1882 por Jules Marmottan (1829, Valenciennes - 1883, Burdeos)  donde vivió con su hijo Paul Marmottan (1856 -1932, París), quien fuera historiador, escritor, crítico de arte, coleccionista y mecenas francés. 

Cuando entré sentí que no era casualidad ese empeño de ir al Marmottan, no era precisamente por ver la exhibición de Corot, sino algo más que tenía que ver conmigo. Llegaba a un mundo donde personas como los Marmottan, sin grandes preocupaciones, coleccionaban de todo, Edad Media, Renacimiento y Primer Imperio. Vivían en un Siglo XIX sin guillotina: durante el Segundo Imperio Bonapartista de Napoleón III (1852 to 1870), la Segunda y Tercera República de Francia; esta última (1870 a 1940) permitió que la República se instalara de manera duradera en la historia francesa.

Jules Marmottan fue abogado y alcalde en Bruay-la-Buissière, comuna francesa situada en el Norte-Pas de Calais; ahí asumió la Presidencia de la Compañía de minas de carbón de Bruay (1850 – 1978). Hombre de consciencia construyó ciudades para los mineros, estableció el servicio médico gratuito, caja de efectivo y escuela para niños. 

Jules y su hijo Paul formaron una dinastía apasionada en el 16e arrondissement. Al morir Paul en 1932 dejó a la Académie des Beaux-arts su hôtel particulier  y todas sus colecciones incluidas las de su padre, dedicadas a los primitivos italianos, alemanes y españoles. Así se fundó el museo Marmottan que después se convirtió en Marmottan Monet por las donaciones de Michel Monet (1878, Vétheuil – 1966 Vernon). 

Michel Monet heredó la propiedad de Giverny de su padre Claude Monet en 1966 quien había legado todo a la Académie des Beaux-arts, creando la colección más grande del mundo de pinturas de Monet y de muchos otros impresionistas.
Murió en un accidente automovilístico –al igual que mis padres, Alina y Luis Menocal, quienes perecieron en México, en 1982 manejando una camioneta que perteneció a Gérald y Florence Van der Kemp.

Este paréntesis ocurrió porque los Van der Kemp, amigos de mis padres, les pidieron que guardaran la camioneta en su garaje y la usaran de vez en cuando mientras ellos estaban de viaje.

Gérald Van der Kemp, había sido conservador del Palacio de Versalles –donde yo pasé un fin de semana con Roberta Downs, hija de Florence Van der Kemp- en 1965, y fue él quien hizo la restauración de la casa y los jardines de Claude Monet en Giverny.

¿Ven como todo está conectado? El Musée Marmottan Monet con mi familia a través de los Van der Kemp, quienes por cierto, después de la muerte de mis dos padres quisieron cobrarme la camioneta de su propiedad. 
Todo en el Universo y en las vidas de las personas está relacionado. Y en este caso a través de los siglos XIX, XX, XXI.

Después de entrar en el palacete y ver los cuartos decorados con muebles Empire y colecciones de todo tipo de la época fui a dar a la sala de Berthe Morisot, (Bourges,1841-París, 1895); me fascinó la pintora francesa, fundadora y figura clave del movimiento impresionista, a quien nadie le dio importancia por ser mujer.
Participó en las exposiciones impresionistas en 1874, junto a Monet, Degas y Renoir.
Después de 40 años su talento ha sido reconocido en el mundo de sus contemporáneos varones como “la gran dama de la pintura”.

Morisot fue alumna de Corot y como todo está en comunión, la exposición de Camille Corot en el Marmottan-Monet reúne un conjunto excepcional de obras secretas donde introduce retratos de mujeres desnudas nunca vistos en sus paisajes. Es la muestra más personal y moderna de su producción.

Yo estaba tan feliz. Pensé que había visto todo y de pronto ¿Dónde están los Monet? ¿En el sótano? Fue el sótano más impresionante de mi vida, no podía respirar porque los más de 60 cuadros de Monet me paralizaron y perdí el equilibrio. Vi uno por uno casi llorando. Hasta llegar a "aquel". Me senté en la banca frente a él: Impression, soleil levant, 1873.

¡Es el Monet que dio su nombre al movimiento impresionista! ¿Cuándo iba a poder ver ese cuadro en mi vida? Sabemos que las obras modernas de los jóvenes artistas no eran aceptadas en el Salón de Paris, así que en 1874 artistas jóvenes, escultores y grabadores se reunieron en los espacios que prestó un fotógrafo llamado Nadar, en el Boulevard des Capucines. Fue una locura, 3500 visitantes que se reían de las pinturas. Entonces  el crítico Louis Leroy inspirado por el ¡cuadro de Monet! tituló su crítica enfrentada "Exhibición de los impresionistas".
Impression, soleil levant es sin duda el Monet más importante del mundo. Irónicamente escondido en un sótano mientras que todos los grandes museos del mundo, las casas de subastas y coleccionistas darían la vida por poseerlo.


Nymphéas, Claude Monet
Nymphéas, Claude Monet


Los últimos cuadros de Claude Monet, legado de su hijo Michel Monet al Museo Marmottan-Monet

Claude Monet, La Barque


Berthe Morisot, Le Cerisier, 1891

Claude Monet, retrato de Berthe Morisot

Edgar Degas


Le Bois de Boulogne


Impression, soleil levant, 1873, el Monet más famoso del mundo de los Impresionistas


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