Zelika día uno. Parte II

 
Con Ricardo Barroso y su pareja

















Deslumbrando a Luis XIV

Zona Maco se llamó primero Muestra y fue lanzada en Monterrey, Nuevo León en 2002; de la Ciudad de México solo participó una galería, nina menocal, única en respaldar a la organizadora Zélika García. Después en la Ciudad de México la feria se convirtió en MACO, finalmente Zona MACO. En las primeras épocas la dueña tuvo fracasos con sus socios y clientes por “angas o mangas” y recuerdo una edición en Avenida de las Palmas en un edificio en obra negra, todos los galeristas y varios coleccionistas nos enfermamos por los días de respirar polvo. No había internet y nuestra Zélika se había escapado a la boda de Paulina Rubio.

Yo bien sé por experiencia que de los fracasos surgen éxitos. Lo que cuenta es el valor y la pasión de continuar con el sueño, en este caso un "business" o feria internacional.
MACO y Zona Maco se consolidaron –a pesar de las marchas en las que alguna vez participé caminando desde mi casa en las Lomas hasta el edificio de Expo Reforma en Avenida Morelos casi frente al mítico Café La Habana. Ahí se reunían personajes históricos como Fidel  y el Che quienes vivieron en la Colonia Tabacalera, donde es ahora la competencia, Material Art Fair. ¡Eh!

Volviendo a Zélika. Ella, joven, logró hacer de ZM la feria más importante de América Latina, contó con la ayuda de Verónica Gonzáles Casas desde el primer día –después Vero se fue, y desde hace un tiempo regresó-, Eugenio López, Patricia Ortiz Monasterio entre otros personajes del mundo de arte contemporáneo. Pablo del Val, director y persona clave en traer a las grandes galerías del mundo, fue figura oscura, hombre siniestro que cobraba comisiones por ventas. Por suerte se fue lejos de México.

Zélika logró situar a México como mercado de arte y cambió la mentalidad de nuestra gente joven, que habiendo heredado gustos y prejuicios conservadores de las generaciones anteriores, a través de ZM y las galerías mexicanas llegaron  a conocer y codiciar arte conceptual y contemporáneo. Ha surgido un gran número de galeristas jóvenes inspiradas por ZM que trabajan por la promoción del arte más vital nacional e internacional. Estos son los verdaderos logros de ZGarcía, “Z” como ZM.

Lo malo es que el coleccionista mexicano sigue siendo malinchista en general, se deja llevar por los nombres y marcas del momento. Me preocupa porque aunque la identidad y personalidad de México es mucho más fuerte que los demás países Latinoamericanos, nuestros coleccionistas no tienen por qué emular. “Galerias que venden blue chip traen el pellejo a los mexicanos y estos la compran, creyendo que son obras maestras”. Dijo un analista.

Fui a ZM con Liliana Melo de Sada quien llevaba 8 años de no asistir. Estaba impresionada “orgullosa de ser mujer mexicana y de ver que otra mujer, ZG, se haya abierto camino en un mundo controlado por hombres”. Iba con nosotras Sari Bermúdez, en tres horas no pudimos ver mucho pues la gente no paraba de saludar a una, otra y la otra. Conversar y politesses

Estaban los del arte contemporáneo, coleccionistas como Rodrigo Alonso Herrera de Genomma Lab,  Rossana y Jorge Vergara de Omnilife, Sergio Berger con su grupo, Ricardo Barroso arquitecto con mucho éxito, Riccardo Salmona con el Consejo del Museo de San Francisco, Marie Thérèse Arango y demás. Entre profesionales del Arte, Mac Zavala, Lydia Camacho, Taiyana Pimentel, Patricia Sloane, Paloma Porraz, Pilar García. Le dije a Rossana, “Oye vi tu foto con Jorge y el candidato Me-a-de”, “Sí”, contestó “creo que estamos en bandos diferentes”.

Eugenio López no estaba, un escándalo para las galerías. Es después de todo el coleccionista y heredero mexicano más conocido y cool del mundo. Parece que esa noche se ocupaba de la muy exclusiva cena snob para VIPS y galeristas “picudos” de Rusia y Londres, que hizo en su casa con Guadalupe Ramos Cárdenas como anfitriona. Después se fue a Los Ángeles.

Durante el tiempo del primer día vi la instalación/escultura de Patrick Coutu en la Galerie Division de Montréal y Ontario. Me pareció fuera de serie, sus dimensiones ni pequeño ni gran formato, el bronce da la impresión de plantas semidesérticas o bosque y quizás una ciudad futura. No, Récif es obra mayor del escultor canadiense formada por grupos de segmentos de metal en formas irregulares y extrañas.

Me quedé en la galería Division enamorada de Coutu y de otro artista, Nicolas Baier, sin saber de antemano lo extraordinarios que son para México: juntos expondrán en solo shows en el MUAC a fines de este año.
Ambos quebequenses, considerados entre los artistas vivos más importantes e interesantes de su país, usan la ciencia, tecnología y matemática para hacer arte que tiene que ver con el clima, el mundo natural y lo divino. Obra nueva que propone procesos de mediación, abstracción y conceptualización, nada que ver con los globos rojos metálicos de Philippe Parreno que me dieron dolor de ojos cuando los miré solo un segundo antes de salir.

Día tres, volví:
El Centro Banamex es sede de la feria desde hace años, un espacio para convenciones de nivel mundial, en mi opinión más apto para ferias industriales. Yo lo siento frio sin el sabor de la Ciudad de México, aunque cumple con su propósito para los grandes stands de arte con obras de Richard Serra al igual que los lotes más pequeños para Zona Maco Sur.  Los coleccionistas pueden circular a sus anchas, ser vistos y saludarse, tomar barquillos de Roxy y aburrirse un tanto. De repente los Boteros y los Anish Kapoor se nos vienen encima. Y también obras de dudosa procedencia como dos M. Goeritz dorados en distintas galerías, más piezas francamente malas o muy vistas.

Salí a comer y cuando regresé pude ponerme “blinders” invisibles como usan los caballos. Con los blinders vi lo que me gustó. En Galería Servando de La Habana Osvaldo González ganó el Premio al Artista Emergente ZM 2018 por sus obras con cintas adhesivas sobre acrílico con luces. Cajas para mudanzas minimal, pobres, muy hermosas, ilusión de profundidad. La Servando de La Habana pertenece al gobierno que paga sueldos ridículos a sus directores. Por eso el esfuerzo de Niurma Pérez Zerpas vale mucho.
La galería francesa Mark Hachem presentó una estelar y serena obra del cinético venezolano Jesús Soto (1923 – 2005) en pintura sobre metal, maqueta para Sphère Lutétia. No es un penetrable, sino pintura con péndulo que cae a un lado. “Quieta, observa, esta es atípica”, me dije. Entré como en una ventana que se abría del horizonte al cielo, sentí la ligereza de la libertad y supe que podía hacer cualquier cosa.
Otras obras que resaltaron por su belleza, la escultura de Jaume Plensa, Wilsis, de $275.000 dólares en la Galerie Lelong y dos gouaches pequeños del brasilero Hélio Oiticica (1937 – 1980), una del Grupo Frente y la otra de los Metaesquemas, ambas con precio de $300,000. dólares. Mary Sabbatino es la directora a quien conozco desde hace 28 años, y no se cansa de trabajar ella personalmente en las ferias de todo el mundo. Es una mujer refinada, sencilla que ha apoyado a los artistas latinoamericanos desde antes que fueran “famosos” como es el caso de Ana Mendieta, Cildo Meireles y Alfredo Jaar.

Los tejidos dorados de la colombiana Olga de Amaral, de 86 años, en la galería Cometa, grandiosos, hubieran deslumbrado a Luis XIV. En Caja Negra se vendieron enseguida la serie de proyectos arquitectónicos “Constelaciones” y literalmente “con estrellas y series cromáticas”, un tesoro mexicano de Mathias Goeritz.

Y de Zona Maco Sur la curaduría de Kiki Mazzucchelli, nacida en Sao Paulo, me pareció una tomada de pelo -no se entiende la propuesta que pretendía empoderar los materiales para crear significados-, tampoco me dijeron nada las zanahorias de Minerva Cuevas que recibieron el Premio Cuervo. Ahí me tocó una mujer muda pelando zanahorias quien  luego me extendió una y con body language me dijo que la ayudara a pelar, yo contesté moviendo la cabeza para decir No, Gracias.


Todo sea por el negocio del arte, ZM seguirá adelante -¡enhorabuena!- a pesar de que Bogotá se ha llevado a las mejores galerías de América Latina.

El paisaje como algoritmo en Galerie Division. Patrick Coutu. Récif. Extrait 5a y 5b. 2018. Bronce y aluminio 

La exactitud científica en las obras de Nicolas Baier. Connectifs 2D. 2017. Inkjet Print (Galerie Division)

Galería Servando, Osvaldo González. Isabel, Ambar y Claudia de la serie Espacio de fe. 2018. Cinta adhesiva, plexiglass y luces. 

En la galería francesa Mark Hachem, obra histórica de Jesús Rafael Soto, 

Galerie Lelong & Co, Jaume Plensa, Wilsis, Mármol, 2017

Galerie Lelong & Co. Hélio Oiticica, época de colores primarios  

Olga de Amaral en la galería Cometa de Bogotá, una de las artistas mujeres 
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