Es un día maravilloso, yoga mirando al mar
Días felices en el Pierre pintados en mi corazón
Mar, cielo, arena y sol, días felices en el Paradiso. Acapulco de mis amores, Acapulco íntimo y hermoso, Acapulco azul. Largas caminatas en Punta Diamante del Princess a “Maralago” y vuelta. Las bravas oleadas zumbando e invitando; el carrito con nieve de coco; niños diseñando castillos; Ofelia y sus obras de arte en madera, charolas, platos, cazuelas; gemelitas de rizos dorados; gaviotas jugando entre brincos; Odin en la obra de teatro ¡A Vivir!; atardecer rojo a lo largo de playa y montaña; tulipanes mexicanos en arbustos, inglesitos en la alberca; adiós para siempre adiós a Beto Godoy; palmeras en las nubes, surf en olas, futbol en arena. Indómito el mar Pacífico. Escucha, oye, siente, ama. Yoga todas las mañanas mirando al infinito, “es un día… ¡MA-RA-VI-LLOSO!” En el Shu de La Isla esas almejas a la mantequilla, muy caras pero qué delicia. Hijas y nietos, baila y baila, buggy, buggy, I will survive. Ceviche acapulqueño, pescado a la talla, pasta con camarones, camarones al ajillo, sopes, chilaquiles y tacos. El Paradiso.
Al salir de México desde la ventanilla del avión miré y miré. El Popo y la Bella Dormida rodeando el Valle de México, guerrero que la cuida, enamorados eternos, mundo que los abraza. Un río Papagayo por el centro de Guerrero y cae en el Pacífico, espectáculo de los bosques. Tres Vidas, PlayaMares, palmeras, nubes, cielo y mar otra vez Azul. Vida azul. Corazón azul. Las palmeras se menean en el viento y oigo los murmullos de olas que revientan, se van y vuelven.
El mar regresa siempre
Porque siempre está solo;
Vuelve a buscar las playas.
Regresa.
Sabe que te hallará
Porque los que están solos
Saben que alguien está siempre esperándolos.
Poema que me encanta. Es del mexicano de Chetumal Juan Domingo Argüelles; como cubana que soy el mar es todo.
Una palmera sobre la arena, cerca del agua, no sé cómo llegó ahí. El pescador con trapo y gorra sobre su cabeza. “Es para mi casa”, dijo, “uno o dos peces”. Fotógrafos con pantalla negra para dar luz. Familia de cuatro en fila, la instantánea del día. Perros paseando y jugando entre pozos salados. Cubetas y palas, palacios, torres y puentes. La maldita circunstancia del agua en todas partes del poema de Virgilio Piñeira (1912-1979). Claro que Acapulco no es una isla, pero no importa, recordé al escritor cubano que construía mundos absurdos en su poema La isla en peso. Camino frente al hotel Pierre. Íbamos mis hijas y yo hace tantos años, cuando no había nada en esa playa más que los icónicos Pierre y Princess, ¿se acuerdan ustedes, lectores?. Nada. Salvo la casita a la derecha viendo hacia al mar, que era el set de las cintas de Tarzán. Cruzando la carretera del otro lado estaba la granja de mi suegro, cientos de árboles de mango. El Pierre tan querido con muebles de Clara Porset, cuyos jardines diseñó Luis Barragán en 1955 y que inauguró J. Paul Getty en 1957, entonces el hombre más rico del mundo.
En el Pierre se filmó la película “Sube y Baja” de Mario Moreno “Cantinflas”, cómo me gustó. Pasaron importantes días ahí los presidentes Adolfo López Mateos, Dwight D. Eisenhower y John F. Kennedy. Desfilaron por la alberca las chicas más hermosas del mundo en el Concurso Miss Universo 1975 y su campo de Golf fue sede de la Copa Mundial en 1982. En el jardín del Pierre las clases de yoga, los divinos desayunos, las piscinas, los gatos color caramelo, las amplias habitaciones con vistas periféricas… He pasado temporadas inolvidables, grabadas en mi alma para siempre.
Si Nina, tengo la edad para recordar que únicamente estaba el Pierre, divino!
ResponderBorrarEl Pierre solito, muchos años después el Princess. El Pierre precioso.
ResponderBorrarQue bien escribes Niña y cómo traes recuerdos tan queridos… de Acápulco!!!
ResponderBorrarQué lindo relato! El mar es cautivador
ResponderBorrarGrs mil. Hermosos posts de Nina. Ya los disfruto con gozo.
ResponderBorrarQué bonito escribes! Me encanta leerte, saludos desde las playas de Coronado (también Pacífico pero nada que ver con la belleza de las de mi Acapulco querido..)
ResponderBorrar! Que envidia !
ResponderBorrarQue delicia Ninu!
ResponderBorrarGracias!
ResponderBorrar<3 Gracias
ResponderBorrarGracias Nina, muy interesante y divertido tu blog, FELICIDADES
ResponderBorrarGracias :*
ResponderBorrarGracias :)
ResponderBorrarGenial!
ResponderBorrarQue crónica más hermosa sobre Acapulco. Un abrazo Nina.
ResponderBorrarQué increíble!!!!
ResponderBorrarHermoso Nina! Un abrazo con mucho cariño!❤️
ResponderBorrarQue gran viaje Nini! Amo como disfrutas la vida!
ResponderBorrarVeo difícil poder ir a Cuba, en noviembre estaré 2 semanas en Nueva York con Carolina.
Espero ir a México en septiembre, te aviso para vernos
Te quiero y extraño
Gracias
ResponderBorrarBesos
ResponderBorrarMe encantó !!
ResponderBorrarQué maravilla, Nina! Seguro que vengo al DF con mis nietos a mediados de este mes. Estarás por ahí? Abrazos. Leandro
ResponderBorrarPrecioso texto Nina querida!!
ResponderBorrarque gran capacidad para hacer de la narrativa cotidiana algo extraordinario,
me encanta leerte!!!!
Te mando un besote desde este otro lugar tmb rodeado de agua: Santorini, otro paradise!!
Que dichosa. Acapulco. Y yo aquí naufragando !!!
ResponderBorrarEn una aventura que por poco. Me cuesta la VIDA. Amo Acapulco
Hola Nina hermosa acabo de leerte, qué barbaridad! tus escritos me transportan, me encanto!
ResponderBorrarMe encantó! Bravo
ResponderBorrarQué ricas vacaciones !
ResponderBorrarQue rico Nina, sigue disfrutando.
ResponderBorrarQue delicia Ninu!
ResponderBorrar