II. París. Luxembourg, Pinault y Pompidou, tres museos: mujeres pioneras, Felix González Torres y Charles Ray

Nos recibe un ratón que abrió agujero en la pared; Sylvia, la periodista representó toda una época para Otto Dix 

En París pude ver tres museos, el Luxembourg, en los Jardines del mismo nombre, Pinault Collection y Pompidou, ¡qué privilegio! En el Musée de Luxembourg, de mi barrio, vi la exhibición Pionnières de mujeres artistas de la primera mitad del siglo XX. Ellas, fantásticas artistas, Tamara de Lempicka, Sonia Delaunay, Suzanne Valadon y Tarsila do Amaral habían sido marginalizadas y discriminadas en cuanto al acceso a galerías, coleccionistas y museos. Sin embargo jugaron un rol importantísimo en el desarrollo de los movimientos artísticos de nuestros tiempos, del Fauvismo a la Abstracción. Tuvieron que pasar muchos años antes de que fueran reconocidas y llegaran a redefinir el papel de la mujer en el mundo moderno. Brillaron también en la arquitectura, danza, diseño, literatura, moda y descubrimiento científico. Siempre hay luz después del túnel, las Pioneras emergieron luego de la Revolución rusa y de la Primera Guerra Mundial. 

En Pinault o La Bourse de Commerce da la bienvenida el ratón de Ryan Gander que abre un agujero en la pared. Otras piezas la Opera de Dominique González-Foester que hace resonar la presencia de la inolvidable Maria Callas. Por cierto conocí a la gran artista griega en París, en un viaje con el dueño del King Ranch, Bob Kleberg. También en Pinault la exhibición del cubano Felix Gonzáles Torres que murió de AIDS en 1996. Artista mundial que mostré en México por primera vez en 1991 junto con artistas de la isla, nacidos en el año de la Revolución cubana, 1959. Felix estaba extasiado. Me decía: “Nunca me habían invitado a una muestra con colegas de Cuba, extraño tanto a mi isla”. Fui a Nueva York con Joel y el artista cubano Arturo Cuenca a conocer a Felix, bellísima persona, guapo y talentoso como ninguno con sus piezas de cadenas de bombillos de luz y otras de caramelos. Ya entonces el compañero de Félix, Ross, había muerto. Felix estaba melancólico pero siempre cariñoso. 

 

En la Pinault Collection González-Torres comparte espacio con Roni Horn, con la que se había encontrado en 1990 en el MOCA de Los Ángeles. Ahí vio la obra de Horn titulada Gold Field (1982), “una simple hoja de lámina de oro colocada en el suelo, que con el más mínimo soplo de aire temblaba en sus esquinas.” ¡Qué belleza! Comenzó un dialogo entre los artistas que solo terminó con la muerte de Félix, seis años más tarde. En el Pompidou las esculturas blancas del americano Charles Ray nos sorprendieron por el juego con las escalas. Ray, uno de los más importantes escultores del mundo, interactúa en su obra con la historia de la escultura desde los griegos hasta Rodin. 

    

La otra exhibición en el Pompidou, dedicada a la Nueva Objetividad en Alemania de finales de los años veinte, presenta pinturas y retratos de Otto Dix, (1891 – 1969) que me encantaron por cierto, además de fotografías de August Sander (1876 – 1974). La obra de Dix muestra la realidad al enfatizar lo feo y lo crudo, que a mí me pareció súper atractivo. Vimos su famosa pintura de la intelectual Sylvia von Harden, de aspecto andrógino y con monóculo excéntrico. Cuando la conoció en una noche berlinesa, le dijo: ¡Tengo que pintarte! Y ella contestó: “Quieres pintar mis ojos apagados…cosas que podrían espantar a la gente”. Efectivamente, Dix no retrató a la periodista, sino que hizo el retrato de toda una época.