En la noche se oye el ruido de la hojarasca bajo la luna y las estrellas, estamos en un valle, dedicado a mi amiga Paloma Porraz


Otras joyas de la zona, las casas de los artistas Pedro Diego Alvarado y Betsabé Romero 

Un fin de semana en el campo de Malinalco, pueblo mágico a una hora de la gran ciudad, por el camino de La Marquesa. Aunque tiene historia precolombina -el santuario mexica labrado en piedra del cerro- y católica porque ahí se encuentra Chalma, centro de peregrinaje, lo mejor son las casas de amigos artistas de cine o plásticos e intelectuales. Varias generaciones se juntan a caminar, conversar, leer, nadar, tomar el sol y ver como en la naturaleza todo se sobrelleva mejor.



En la casa Los Angeles, quizás la primera de esa zona, el jardín es imponente, no solamente la alberca de Jan Hendrix que en su momento glorioso fue expuesta en MUAC, nuestro museo de arte contemporáneo. El jardín es parte de la historia de quienes lo concibieron hace 18 años, Paloma Porraz y Damian Fraser. Primero se enamoraron del pueblo, Malinalco, después compraron la casa al entonces banquero Alejandro Escudero quien la había construido según gusto del decorador en que pronto se convertiría. 

Damian también era banquero y con cada bono en vez de irse al Sur de Francia con la familia, empezó a coleccionar más y más terrenos, plantas, árboles. Todo con visión a crear un paraíso bajo las montañas. A Paloma le gustó la idea, se puso a diseñar huertos donde brotaron las lechugas, cebollas y brócolis. Así pasaron muchos años, las tres hijas también crecieron. 


Más tarde la pareja encontró diferentes caminos y la casa Los Angeles, igual, otra historia. Le pertenece a Damian y ha sido escena de bailes, reuniones, fiestas, bodas. Se construyeron baños y otras casas más chicas con albercas y dos o tres habitaciones para jóvenes con niños o amigos. El jardín sigue glorioso, parece fundirse con el paisaje de montañas que lo rodea y acoge a lo largo del día; en la noche se oye el ruido de la hojarasca que va y viene y la luna sale en su esplendor a brillar sobre la biblioteca, arriba de la alberca. Todo oscuro pero con luz tenue, misteriosa de estrellas que se miran diferentes porque estamos en un valle. 

Hay espacios dedicados a lavanda y salvia que crecen en el Estado de México; la lavanda es color violeta o wisteria, tiene verdes como rústicos y marrones, de ahí sale la floración como los radios de una circunferencia. La salvia no es lo mismo, aunque la gente tiende a confundirlas. La Salvia es de colores verdes más brillantes y crea conjuntos bajos de floración vertical, hacia arriba. 

El pasto como lawn inglés siempre va a dar a bancas bajo los árboles. Paloma y Damian fueron a los invernaderos a comprar árboles, plantaron muchos ahuehuetes que son naturales de la zona llena de riachuelos, después descubrieron los podocarpus que encontraron en la vegetación camino a la casa, estos crecieron gigantescos, son de la familia de las coníferas. 

Los muros de las casas son de arquitectura de riego, hechos de piedra de la zona; los arriates o sendas alrededor de los árboles y los apantles (para regar) al igual que los caminos, también de piedra integrados al paisaje. Los distintos espacios del jardín quedaron divididos, primero el lawn de pasto con manchas de flores azules, agapandos, salvia, plúmbago, el clavellino y árboles que plantaron cacaloxóchitl (flor de Mayo), cabellín, ahuehuetes, arboles frutales: guayabo, cítricos, ciruelos criollos, naranjos...Y las hierbas o pastos son diversos entre ellos malinalli, luego bajando las escaleritas donde había un río aparece el jardín tropical y del lado izquierdo el de pastos con distintos colores.

Otras casas alrededor y fantásticas, la de Pedro Diego Alvarado, nieto del gran Diego Rivera y Guadalupe Marín, artista y paisajista él mismo, muy bueno y exitoso. También arquitecto pues su casa se mueve por el terreno, tiene terrazas con macetas, sillas azules pintadas por artesanos y hamaca, la perra Sombra es la más feliz corriendo entre pasto y estanque, peleando con culebras de la montaña. La casa de Betsabée Romero es otra joya con las instalaciones de llantas, objetos de arte contemporáneo y alberca diseñada por ella.




Comentarios

  1. Super me encanta todo lo que escribe y nos comparte 👍🥰

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  2. Como siempre excelente relato, disfruto en especial el énfasis que pones en las diferentes especies vegetales que encuentras y sus características distintivas.

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