Olas que llevaron hasta la locura, concierto de flauta Beethoven Novena, dedicado a Fabricio otra vez
Hay cangrejos, conchas y sobretodo gaviotas blancas sobre árboles en la Laguna
Desde el mes de julio he estado viajando al mar, tanto añoro París y Berlín que con la COVID se convierten en arenas de la Riviera Diamante, azules Cerúleo, Zafiro y Egeo del Pacífico, arbustos de Las Brisas. Pasión de olas que llevaron hasta la locura, nostalgia de la infancia en el Atlántico. Oigo música, a veces Pedro Infante y otras sinfonías de Mahler; escribo y corrijo blogs, me pongo sábila en el pelo, cremas de Sisley en la cara, saco vajillas de porcelana y copas de cristal para la comida. Veo series de política en Netflix y cuando ya no se qué hacer vuelvo al Océano donde todo tiene sentido.
Viajes inolvidables con Esther y Hugo, Joel y Emilio. O sola yo al Revolcadero con mar, montes y cielo, uno en otro como olas que confunden realidad con magia, cómo estrellas que escriben en el pálido firmamento.
Sin embargo la ansiedad me embarga, ni la poesía ni la música pueden evitarlo, me pico las piernas, les abro agujeros y saco sangre. Con pinzas del saca-cejas.
He leído muchos libros, American Dirt, Ensayo sobre la ceguera, Sobre los huesos de los muertos, Los detectives salvajes y Klingsors letzter Sommer, este último para practicar el alemán. Quizás me gustó When the Crawdads sing. En los pantanos de Carolina del Norte vive una niña abandonada. Sensible e inteligente pero sola. Hay cangrejos, conchas y sobretodo gaviotas. Tengo en el pensamiento la imagen de mil gaviotas blancas dormidas en los arbustos de la Laguna.
Veo las palmeras preámbulo del mar y sus olas, arena sin fin. Atrás de la cortina de mi ventana dos cuervos graznan. Cuervos... negros, ominosos. Y entonces lo veo, sobre la tortuga que trajeron las olas. Un vuelco en el corazón. Nooo. Amo las tortugas, quelonios que cavan sus nidos en la arena, ¿te acuerdas Ninón? Allá en Varadero cerca del borde de piedra de la casa. De ahí salían las tortuguitas, de los huevos abiertos y hacia el mar, con sus patitas iban rápido, oían el llamado de las olas y de un Atlántico azul claro y verde.
Mi mar, mi cielo, mis nubes, Nostalgia y melancolía. A veces las tortugas viven muchos años, como Harriet de las Galápagos que ¡llegó a los 175! Normalmente entre 50 y 80. Son hermosos reptiles muy antiguos, desde el Triásico hasta hoy. Hace poco los vi jugando y nadando en la Bahía de Acapulco. El Triásico viene antes que el Jurásico, comenzó hace 251 millones de años y acabó hace 201.
Playa del Revolcadero lista para el 15 de septiembre, sombrero charro, escudo y sarape. Verde, blanco y rojo. Nunca vi cuervos tan grandes, quizás entre los 55 cm de largo y gordos. Nocivos y carroñeros. Alguien toca la flauta. Oigo Beethoven 9 - Ode to Joy, quizás pueda volver a la playa, olvidar que la tortuga está muerta. Trombón y trompetas, tuba, un Golden en el agua, arena infinita, nubarrones. Un niño dibuja, “Te amo Abybon”, otro cava su tumba. Ella se retrata con el viento.
Hasta pronto Fabricio, adiós Stephan. Las aceras de mi barrio son hermosas, son hermosas. Árbol gebogene, inclinado, planto un maguey en mi jardín. Rosales en la banqueta, un hongo entre hierbas, Mónica recoge varas de color. Entonces veo al cachorro loco que corre en la Tercera, color café oscuro. No lo meto al coche, lo pierdo. Siempre te buscaré. Flor color lila. Josué Isaac murió aquí, cruz blanca 1994 – 2016. Las flores silvestres, coches antiguos, Ford rojo. El jardín de mi casa es hermoso, es hermoso.
Muy, muy poético y nostálgico 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
ResponderBorrarQuerida Nina:
ResponderBorrarMe encanta tu naturalidad narrativa, tu amor por el mar y por todo lo que haces.
Eres genial. Tu espontaneidad es única.
Cariños,
El mar puede purificar casi todo y en sus olas hay matices de los grandes compositores
ResponderBorrarMuy nostálgico y bonito ma. Felicidades!!!
ResponderBorrarFabulous
ResponderBorrar