Las aceras de mi barrio son hermosas, son hermosas, dedicado a Nancy Mookiena
Deliciosa caminata por Sierra Paracaima, todos encerrados
Por Sierra Paracaima las aceras de mi barrio son hermosas, son hermosas. Iba con esa cantaleta recién inventada “son hermosas, son hermosas”. Feliz paseando por esta calle de mansiones, casas curiosas, palmas blancas, pinos, pirules, Sotol verde, árboles de Júpiter, Chochas y Casuarinas. Además flores como el Hibiscus marítimo, Hierba del susto africano, Plumbago, Verbena rastrera, Copa de oro y Avecilla. Deliciosa caminata, las aceras de mi barrio son hermosas, son hermosas.
Casas bi-colores azul añil y naranja fuerte, verde perico y beige, verde y arena, rosa y gris; otras en rosa pastel, amarillo intenso, verde, durazno. Hay puertas reales y otras mínimas. Bardas gigantes en gris prisión, otras cubiertas de hiedra o con altos árboles delante. Árboles que enredan, que entran al jardín, que rompen bardas o dan paso a cercas. ¡Ay! esas mansiones están encerradas, van para adentro, se esconden, son íntimas, oscuras y quién sabe si ominosas. Las de La Habana en cambio son desparpajadas, abiertas, sinvergüenzas, dan la bienvenida a cualquiera y quienquiera las puede ver.
La gente en Cuba se tira a la calle, se mece en el portal, quiere ver la vida que pasa. Grita. Llama. Aquí todo lo contrario, adentro, entra, cierra, calla. Silencio. Aquí todo es encerrado, allá es a ver qué pasa. Aquí me asomo a la ventana, allá salgo al atrio. Aquí oigo un timbre, allá un alarido. Aquí el jardín está dentro, allá afuera. Mi terraza en la Ciudad de México da al jardín, en La Habana a la calle.
En las aceras de mi barrio hay ramas como rizos africanos, otras salen a la derecha. Palo que rompe cerca de aluminio, árbol de bronce empotrado en muro de piedras. Casa portuguesa con gigantesca palmera real al frente, terraza con muebles de hierro naranja, cactus, sábila. Mansión con grecas en frontispicio. Niño barriendo en zaguán, ciprés dentro de la ventana. Trabajadores empacando en la entrada. Embajadas de Rusia, Japón, Pakistán, Francia, Perú y Colombia todas se agarraron las mansiones más suntuosas. Arbusto con florecitas rosas, palo grande con rojas, banquetas con tapetes de losa verde, camión de verduras y plátanos, condominio de piedra y mampostería. La embajada color de rosa en Corregidores, las aceras de mi barrio son hermosas, son hermosas.
Ramas para hacer escobas, ahí va uno con su cubrebocas. Paso por la casa de Santiago Urquiza mi lindo vecino y de Arturo Dubson otro igual. Doblo por casa de Juan Beckmann, subo hasta la de Eugenio López, luego viene la de Tere y Alberto Baillers. Bajo a la de Marusa y Toño, la de Paty Segués. Me pierdo. Cuando voy a ver estoy en Sierra Paracaima, tantas palmas, tantos arbustos, brazos y florecillas acariciando troncos y postes de luz.
Eres hermosa, eres hermosa.
ResponderBorrarGracias Nina! Voy a ver de diferente manera las calles de Las Lomas
ResponderBorrarGracias Nina!!!
ResponderBorrarQuerida Nina:
ResponderBorrarMil felicidades. Tu narrativa de hoy es muy alegre y auténtica. Es muy tú. Me encanta tu libertad y espontaneidad. Me fascina tu canto.
Un abrazo
Gracias!!! <3 <3 <3
ResponderBorrarQUE ALEGRÍA DE VIVIR, QUE BUENA COMPARACIÓN ENTRE LAS CASAS ABIERTAS DE LA HABANA Y LAS CERRADAS DE MÉXICO Y SIN EMBARGO, PERSISTE EL AMOR A LAS FLORES, SEAN CACTUS, SUCULENTAS O PLANTAS DE ORNATO. TE FELICITO NINA NOS HACES VIVIR CON TUS ACERAS DE MI BARRIO.
ResponderBorrarSon las más hermosas!!
ResponderBorrarGracias Ni. Me encantó el paseo, observar a las plantas, reconocer algunas y preguntarnos el nombre de otras; fachadas de diferentes estilos por aquí y por allá, íbamos felices y tú con esa canción: Son hermosas, son hermosas..., contagias el ánimo y entusiasmo por la vida. Te quiero <3
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