Territorios de la Memoria en el MAM, Parte II, 34 años de corrupción, pobreza y migración en México (dedicado a Boris Viskin y Antonio Gritón)

Boris Viskin, Retrato en familia, 1998, óleo y collage sobre tela, 150 x 180 cm

lejos fue a caer su cabeza cercenada, otros comenzaron a matar con lanzas y espadas...

José Manuel Springer, el curador de la exhibición en el MAM, Museo de Arte Moderno, recuerda y recalca que Territorios de la memoria “está dedicada a explorar los 34 años en los que el país se nos fue de las manos”. Habla de 1985, después del Terremoto hasta 2018. Y añade las causas: “corrupción (pública y privada), ausencia de gobernanza, aparición de los carteles, incremento en la pobreza y la migración, y la destrucción sistemática de la naturaleza.” El preludio fue el gobierno de Miguel Alemán y su gabinete, los Pasquel, los Parra Hernández, los Perrusquia y los familiares de todos, con el “caudillismo” que garantizó  impunidad para la clase política en nuestro abusado y pobre  país.

Boris Viskin se refiere a las familias criminales y corruptas en uno de sus óleos Retrato en familia,1998. Se trata de una pieza grande donde la crítica política y social “se cuela en mi obra”,  lo que no es usual en este artista formalmente abstracto (formas geométricas y lineales que hacen homenaje a Malevich y a Mondrian) y romántico-humanista en cada una de sus creaciones. Confunde lo figurativo con lo abstracto haciendo volúmenes desiguales entre estos –es la gracia de su estilo- y le gustan las variaciones de tono en un solo uso.

Este autorretrato partió de un viaje en lancha que hizo Boris por la zona de Zihuatanejo, le impresionó el Partenón del Negro Durazo (Arturo Durazo Moreno, 1924 – 2000, exjefe de policía quien construyo la réplica del edificio griego a finales de los años 70 y a quien se le rememora como uno de los ladrones más ricos de México, criminal dedicado al narcotráfico y la extorsión). Sin embargo, los excesos y promiscuidad del Partenón de Guerrero no fueron, para el artista, causados solo por Durazo, sino por “lo corrupto que somos los mexicanos”.  La culpa fue y es nuestra, de todos nosotros que nos hicimos pendejos.

En efecto, solo hay un sobreviviente en el mar, el propio artista Boris Viskin, “por eso me coloco en esas aguas”, dice.

En la pintura que es un islote (“para mi ese monte es como la pelona de Salinas”, apunta el artista), aparecen los nombres de las familias del PRI de la época de Carlos Salinas: Fam. Fernández de Ceballos, Fam. Ruiz Massieu, Fam. Figueroa (dueños de entonces y ahora del transporte en Guerrero, jefes del narco-gobierno y señalados por las investigaciones actuales como responsables de la desaparición de los 43). 

El cuadro de Boris Viskin es de 1998, dos años después de que Rubén Figueroa renunciara a la gubernatura de Guerrero como consecuencia de la masacre de Aguas Blancas (junio de 1995 cuando la policía de Guerrero disparó contra campesinos de la Organización de la Sierra del Sur, los que iban desarmados y sin poner resistencia).

– Así es el trabajo artístico, lo bueno de la pintura es que el mensaje no es directo, se deja al observador– dijo Antonio Gritón, otro de los artistas que participó en la muestra. 
– En el caso de Viskin es impresionante el tratamiento del cielo y del mar, pintura-
pintura, embarrar, trabajo con la espátula – añadió en referencia al estilo de la obra. – Mucho trabajo desenfadado y al mismo tiempo muy delicado.
Otra de las obras de Viskin El mojado, 2008,  es el migrante que huye no solo de la miseria de su pueblo natal “sino también de la demagogia y cinismo de sus líderes que optan por no solidarizarse con él”.  Dice que el cuadro de 200 x 165 cm pertenece a su primera época en la pintura donde figuras pequeñas se enfrentan a inmensos espacios. 
Boris Viskin, El Mojado, 2008, 200 x 165 cm
– ¿Qué querías decir?
– Por un lado siento la fragilidad y soledad del hombre y por otro, su valentía.
– No se me ocurre valentía más grande que la del migrante, se enfrenta a este inmenso espacio que pretende devorarlo – añadió Boris, justo unos días antes de que el mundo entero quedara en shock y conmovido  por la imagen de un joven padre con su hija de 23 meses, boca-abajo y abrazados, ahogados al tratar de cruzar el Río Bravo. El Mojado fue pintado 11 años antes de esta imagen que me persigue, pienso en Oscar y la niña Valeria, de apellidos Martínez Ramírez.

Boris Viskin es un artista muy sensible, además de uno de los grandes contemporáneos mexicanos. Exhibición inolvidable en mi galería de la Roma fue “Los Condes de Urbina”, en 1996 y recuerdo también El marino que perdió la gracia del mar, nombre de la novela del afamado escritor japonés Yukio Mishima, quien murió por Seppuku con el fin de defender los valores tradicionales japoneses y devolverle la importancia al Emperador.

En 1999 nos fuimos a Art Chicago y vendí obras de Boris Viskin, llevé sus trabajos a otras ferias mundiales, sin embargo a la de ARCO, Madrid, cuando México fue el país invitado (2005), yo “perdí la gracia del arte” y Boris no estaba entre los artistas participantes. Tengo esto anotado En la libreta de los errores, libro que algún día escribiré.  
 
Gustavo Monroy, El Chapo, los narcos y el ejército en lugar de los españoles masacrando a los nativos
– Aquí El nuevo biombo de la Conquista (2011) de Gustavo Monroy basado en El biombo de la Conquista, anónimo del siglo XVII que se expone permanentemente en el Museo Franz Meyer y que da cuenta de la vida en la Nueva España – dijo Antonio Gritón quien me acompañaba con Adriana, su pareja – este da idea de la violencia actual en la Ciudad de México.

No recuerdo el biombo original de la Conquista pero seguramente habla de la matanza en el Templo Mayor, cuando Tonatiuh, así le decían a Pedro de Alvarado por el pelo y barba color del fuego, masacró a jóvenes guerreros desarmados que bailaban y cantaban en honor al dios de la guerra, Huitzilopochtli. 

 «Dieron un tajo al que estaba tañendo el tambor, le cortaron ambos brazos y luego lo decapitaron, lejos fue a caer su cabeza cercenada, otros comenzaron a matar con lanzas y espadas; corría la sangre como el agua cuando llueve, y todo el patio estaba sembrado de cabezas, brazos, tripas y cuerpos de hombres muertos», según se lee en la Historia de México (Wikipedia).

Gustavo Monroy, en su nuevo biombo, cambia los personajes de los conquistadores españoles por los narcos y el ejército, pone cabezas decapitadas y cuerpos sin cabezas (las propias, pues se inmola en la obra) y dedica un panel a la victoria del Chapo quien está en una especie de pedestal con helicópteros sobrevolando y hombres con rifles y pasamontañas que masacran a la sociedad civil. Típicamente Monroy describe nuestro país, violento y mortífero en sus historias cotidianas.
 
14 obras en la instalación de Antonio Gritón que recuerdan las 14 estaciones 
––Esta es mi obra de 1999, quería hacer un paralelismo entre un momento de depresión profunda y el Vía crusis , estuve investigando las 14 estaciones y leyendo a San Agustín  – explicó Gritón.
– Parte de tu vida personal.
– Sí, en ese momento te explayas en lo que estás pintando.
– “Un trozo de carne fresca solamente eres” escribes en una de las piezas.
– Sí.
– Pues al revés, un gran artista eres.
 
Los caballos de La Visión de los Vencidos
La Visión de los vencidos de 2014, de Rubén Rosas (Ciudad de México 1958), es un gran tríptico de 280 x 375 en blanco y negro que representa a los caballos en la Conquista. La pintura  lleva el título del libro dentro del Codice Florentino, escrito en Nahualt en los primeros años después de la caída de Tenochtitlán, cuenta las guerras desde el punto de vista de los indígenas.  El artista estaba en el museo con su hija.
 ¿Por qué está la palabra Ayotzinapa en la obra? – pregunto.
–  Lo pinté en 2014 porque en cierta forma es una guerra que sigue actual, la gente tiene que recordar.
Rubén Rosas me habló de que Miguel León Portilla, quien recopiló los textos de La Visión de los Vencidos y que alguna vez dijo “me gustaría que un artista retomara este relato que es muy plástico de cómo veían los naturales al caballo”.
– Si hubieran sido estudiantes de una escuela de paga, la Ibero, La Salle, no hubieran sido desaparecidos, esa guerra continua contra la gente indígena.  Oh-oh, pienso, ¿y los dos asesinados por el Ejército del Tec de Monterrey en 2010? Aquí matan a todos.
Ruben Rosas y su hija en el MAM, Ayotzinapa sigue vigente









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Comentarios

  1. Hola Nina !
    Me gusto mucho tu articulo de Territorios de la Memoria !!!
    Me hiciste recordar muchas cosas!!! ����������

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