La Inteligencia, motor del arte de Toirac y Ramos (Dedicado a los artistas José Ángel Toirac y Sandra Ramos)


 La inteligencia de Sandra Ramos es natural; no intimida,  cautiva

La cualidad más notoria de los artistas cubanos: su inteligencia (Parte 1)
La inteligencia y la historia de Cuba, sus mayores cualidades


Serie de obras no expuestas








José  Ángel Toirac. “Soy un artista político” fue lo primero que dijo este hombre grueso, bajito, de unos cincuenta años, con pelo blanco que le veo por primera vez en la barba. Gran artista. La Revolución cubana le ofreció también grandes oportunidades: las escuelas de arte y el Instituto Superior de Arte. Luego todo lo debe a su inteligencia. Fue artista residente en el Ludwig Forum de Aachen, Alemania y en otros institutos mundiales como el Rhode Island School of Design, el Art in General, New York o el Mattress Factory Museum de Pittsburg, este último es museo pionero de la instalación de arte site especific.

Ser artista político tiene que ser muy difícil si eres un verdadero artista que vives y trabajas en un país comunista. Toirac vive y trabaja en La Habana. Tuvo que pensar muy bien qué quería compartir con el público y cómo lo iba a hacer. No importa que estábamos en la XIII Bienal de La Habana, no se trataba de eso, la obra de Toirac siempre ha sido muy inteligente: cómo digo lo que digo sin decirlo. “Sobre todo tenía estas obras magníficas de marcas muy conocidas con Fidel como protagonista que no enseñaba al público aún" , comenta mi hija Alina Rocha Menocal quien nos acompañó al viaje a Cuba con su esposo Chris Rossbach e hijos, Teo de 12 años y Andrés de 9. 

– El arte ha sido para él un esfuerzo de navegar los espacios políticos de poder y lograr mostrar lo suyo de manera que no lo censuren. Eso me llamó mucho la atención – repite Alina. – Como le ha hecho para tener no una, ni dos, sino hasta tres ideas en la cabeza del trabajo que quiere hacer para asegurarse de que puede pasar por lo que el gobierno permita ¿no?– 

Sí, ese es el Toirac que he conocido desde hace casi 30 años. Amante de la Historia, retratista de Fidel y del Che, archivista de imágenes de los periódicos, revistas y libros de historia que conforman su material de trabajo. 
– Lo que pasa es que Toirac quiere exhibir la serie completa de las obras de publicidad, pero seguro está ideando la forma de buscar un espacio en Cuba sin censura– dije.

Ron Brasch, considerado entre los más finos coleccionistas de arte contemporáneo cubano, compró el pañuelo con la impronta del rostro del Che Guevara muerto. Tal como Verónica, la mujer que ofreció a Jesús un paño donde quedó impreso el Santo Rostro con sangre y sudor.Gran parte de la historia de la Revolución cubana de 1959 están en ese pañuelo del Che, guerrillero argentino y uno de los ideólogos y Comandantes del alzamiento armado.
El pañuelo del Che como Santo Rostro

Toirac se ha dedicado a hacer un recorrido por la Historia de Cuba, por el sentir y alma de su gente, por los desatinos de sus gobernantes; de ahí su grandeza como artista. 
Se que ya no estás con Meira– , le tomé la mano y lo miré a los ojos.
– Estoy bien, Nina.

Me imagino que quiso vivir. El amor, la pasión, la locura. Nunca he entendido bien por qué hay que separarse de la primera para estar con la segunda o la tercera. Pero estas cuestiones son complicadas.

Siempre me sucede con él que quiero comprar una obra. La del Che acostado, muerto. No tengo el dinero. Cuando pintó la obra/instalación “Los Presidentes, 1869 - 2006” de retratos históricos de todos los dirigentes de la nación desde la Guerras de los Diez Años hasta Fidel y Raúl Castro, yo estaba debatiéndome en alguna feria de arte. La compró un museo atípico, el 21c Museum Hotel de Louisville, Kentucky. Haberla dejado ir está anotado en La Libreta de los Errores, libro que algún día escribiré.

The Crime of Cuba, historia del rol criminal de los EEUU
 en Cuba
Toirac tiene en la mano “The Crime of Cuba” de Carleton Beali sobre la vergonzosa política imperialista que los Estados Unidos ha desempeñado en la historia cubana. Estados Unidos siempre permitió dictadores corruptos que torturaban y asesinaban. Cuando Fulgencio Batista, el último de estos, se asoció con la Mafia estadounidense de Lucky Luciano y Meyer Lansky, prendió el levantamiento socialista mismo que ha empobrecido a toda su gente y echó fuera del país a muchos de los mejores. No obstante, sigue siendo un pueblo con fuerte identidad: glamoroso y divertido hasta la muerte, español, negro, mulato, chino, criollo, orgullosamente cubano. La gente se carcajea, goza la música y baila en medio de cualquier drama y navega a través de la peor tristeza, como lo viene haciendo desde hace 500 años de la fundación de La Habana. 

Video de Sandra Ramos, la historia del Presidente más ridículo de los EEUU

Sandra Ramos. Diosa rubia, dulce, amorosa, sensible, de gran imaginación. Una de las más importantes artistas de la isla. Me la encontré en la exhibición de Ponjuán en la galería 23 y 12, que está en una esquina casi en frente del viejo departamento de Sandra. – Mira qué lindo quedó este espacio– dice ella. – Recién reparado, pintado de blanco–. Nos reímos las dos porque era solo un cuadrado blanco con cinco magníficas pinturas del virtuoso Eduardo Ponjuán. Nos acordamos de cuando yo decía “Sandra vive en la dirección más elegante de toda Cuba”: en el Vedado entre la ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos) y la galería 23 y 12, y delante del Cementerio Colón que por sus esculturas de mármol de Carrara es el segundo en importancia mundial después del Staglieno en Génova.
Grimanesa Amorós, Sandra Ramos y yo 


Desde entonces mucho ha llovido, Sandra se mudó a los altos de un inmueble  en la Avenida Paseo y ahora vive en su señora casa  en uno de los buenos barrios residenciales.
Nos fuimos a cenar al restaurante nuevo y de “swing” en Centro Habana, el Michifú, Sandra y Alejandro -su primer y quinto marido–, y la artista peruana Grimanesa Amorós que tenía una instalación de luz en el Malecón.  La pasé muy bien. Con Sandra siempre me he sentido segura. Al día siguiente fui a verla en Kholy, donde vive. Tiene una exposición de fotografías con la artista chilena Eugenia Vargas, curada por Dermis León.

Las fotos de Vargas son de una mujer vestida de rojo portando armas y con una maleta; las de Sandra son de la niña con el uniforme rojo de “pionera comunista”, au alter ego. Mientras que Vargas subvierte la visión de la fragilidad femenina –ella es Caperucita Roja que “no le tengo ningún miedo al lobo”-, Ramos usa a la pionera, ahora en la figura de su sobrina Ana Lucía, para hablar de la repetición de la historia a través de  generaciones, sobre todo de la misma ansiedad por la migración.
De la series de Maletas, todas objetos muy reconocidos
de Sandra Ramos

En ambas artistas las imágenes están relacionadas con el performance, una acción está sucediendo. La mujer de rojo se lleva armas a un tren, la niña con el traje rojo está metida en una maleta, ambas viajan.

Comimos con la familia de Sandra, sus padres Margarita y Rubén, su hermana Liane quien la representa en Cuba, sus sobrinos Ana Lucía y Rubencito. Ropa Vieja, pargo, arroz, frijol negro y puré de guayaba con queso. Los artistas más influyentes son hoy en día la clase alta cubana. Viven bien porque han trabajado bien. Son especialmente inteligentes. Inteligencia sutil, inteligencia humorística, inteligencia diabólica en el sentido que parece inofensiva pero que golpea muy duro.

 Me quedé un rato atrapada dentro del video-animación de Sandra Ramos donde aparecen los personajes que ella utiliza, el Bobo de la Yuga, Tiburcio, José Martí, la pionera de rojo, Cristobal Colón. En este veo a Trump, un hombrecito regordete con mecha de pelo naranja que se menea en un vaivén entre brinco y brinco. El personaje está basado en el caricaturista Thomas Nast (1840 – 1902), uno de los padres de la caricatura política de los Estados Unidos. Sandra se apropia de esa caricatura para mostrar todo lo ridículo del gobierno estadounidense en estos momentos. Trump dándole de besitos a Putin, Trump bailando sobre el globo terrestre y finalmente Trump en el podium recibiendo aplausos.
  
Conozco a Sandra y la quiero desde hace 25 años cuando llegó a la Ciudad de México siendo pareja de Ibrahim Miranda. Mientras Ibrahim exponiá Sandra me ayudaba en la galería de Zacatecas en la colonia Roma. Después exhibí series inolvidables de ella, preciosas y conmovedoras, instalación de cofres de tesoros y maletas sobre arena; instalación de lágrimas como gotas de cristal que colgaban del techo. Fuimos a ferias internacionales, la FIAC en París también con obras en espejo que hacían olas del mar. Otra vez cuando inauguró Art Basel en Miami (2001) me llevé su “Máquina para ahogar las penas”
. Era una pipa de metal para cerveza que también llevaba un video- instalación interactivo insertado en la parte de atrás. Se oía el sonido del mar y se veían los azules que rodean su isla nativa.
La pipa de cerveza o "Maquina para ahogar las penas", 1999, video-instalación interactivo








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