Son los edificios construidos por gobiernos corruptos los que se convierten en asesinos


Grupo de artistas en la escalera de la Escuela Nacional Preparatoria. 1923 entre los que se encuentran : Abraham Ángel, Roberto Montenegro, Adolfo Best Maugard, José Clemente Orozco, Jean Charlot, Jorge Juan Crespo de la Serna, Ignacio Asúnsolo, Amado de la Cueva, Carlos Mérida, David Alfaro Siqueiros, Germán Cueto, Juan Olaguibel, Emilio Amero y Ann Goupil madre de Charlot. Reproducción digital . Col. Cristina Navas Mérida.

Carlos Mérida, le gustaba más ser indígena que un poco criollo (dedicado a mi amigos queridos Armando Colina y Víctor Acuña)
Multifamiliar Benito Juarez en la colonia Roma antes de que se cayera en el terremoto de 1985, ¡lo que cuesta la corrupción! Vidas y obras de arte

Trágicamente el glorioso Multifamiliar Juárez se derrumbó en gran parte durante el terremoto de 1985 y mató a varias personas. Qué pena que son los edificios construidos por estos gobiernos posrevolucionarios corruptos, el de Miguel Alemán en este caso, los que se convierten en asesinos. “Las extraordinarias piezas de arte (murales de Carlos Mérida) desaparecieron después del gran temblor, dejando solamente ecos melancólicos de lo que alguna vez fue uno de los proyectos arquitectónicos más ambiciosos de nuestra ciudad.” (MXCITY, Guía Insider).

Entramos al MUNAL por la calle de Donceles, donde esperaban mi nombre y apellido, es que soy bloguera, pase Usted. Ya dentro del edificio olvidé el tráfico horrible e intenso calor de sábado, había un ridículo desfile navideño de Liverpool. Cada día es más difícil gozar de nuestra ciudad.

Me sentí bien dentro de la arquitectura ecléctica de principios del siglo XX, piedra gris, mármol blanco y herrería neoclásica de la escalera más bella del mundo, diseñada por el italiano Silvio Contri quien llegó a México gracias a que Porfirio Díaz quiso “engrandecer el país”. Parecería que añoramos a Don Porfirio…
Dalila Gálvez Mérida, compañera de la vida del artista, murió en 1974

Alma y Anita, las hijas



















Carlos Mérida. Orgulloso mestizo guatemalteco nacido en 1891, por un lado hijo, nieto y biznieto de Mayas-Quichés, nación precolombina del altiplano de su país y por otro, nieto de zapoteca y española. Le gustaba ser mucho más indígena que algo de criollo. En 1906, a los 15 años, tuvo, otosclerosis enfermedad que afecta la capacidad del sonido en el oído, por lo que no pudo dedicarse a su primer amor, la música. Pero ella nunca lo dejó por lo que su pintura siempre tiene ritmo entre los elementos mesoamericanos, la abstracción, geometría y arquitectura.

Era hombre de familia, siempre al lado de Dalila; recién casado llegó a México en 1919. Eran tiempos de la Revolución justo cuando Emiliano Zapata conocido como el Caudillo del Sur y por su lema “la tierra es de quien la trabaja” fue asesinado. En esos primeros años nacieron las dos hijas de los Mérida, Ana y Alma, casi al mismo tiempo de los siguientes asesinatos de Venustiano Carranza y Francisco Villa. Fue la época en que colaboró con Diego Rivera en los murales de la Escuela Nacional pero estuvo al margen de las ideologías de los tres grandes Rivera, Orozco y Siqueiros.

Mérida nunca contempló atarse a luchas obreras y campesinas que podían significar cadenas no siempre fáciles de romper. Mejor las vestimentas y textiles, colores, paisajes y emociones autóctonos de Guatemala y México.
Las Indias de Mi Pueblo, 1926, Colección particular
Antes del asesinato del Presidente Obregón-, Carlos, Dalila y las niñas viajaron a Europa en 1927; era el segundo viaje, a los 15 años había conocido a Picasso a través de su mentor, el poeta barcelonés Jaime Sabartés, también a Kandinsky, Klee y Miró. Retomó su relación con los artistas y entabló profunda amistad con el poeta Luis Cardoza y Aragón, bien escribió Picasso, La pintura es poesía; siempre se escribe en verso con rimas plásticas. Y la música también ¡en el espíritu de Carlos Mérida!

En la GAM de izq. a der: Mathias Goeritz, Ruth Rivera Marin, Ricardo Martínez,
Inés Amor, Carlos Mérida, Guillermo Meza, José Luis Cuevas y Luis García Guerrero,
Milán 18, el 5 de abril 1962
Otros mecenas del artista y gigantes de la cultura mexicana fueron Inés Amor, fundadora de la GAM, Galería de Arte Mexicano y los Arviles, Armando Colina y Víctor Acuña de la Galería Arvil. Ellos fueron los amigos imprescindibles de Mérida y su familia. Inés Amor fundó la primera galería de arte del país posrevolucionario en 1935 con pinturas de Diego Rivera, Angelina Beloff y por supuesto Carlos Mérida, además de grabados de María Izquierdo, Tamayo, Orozco y Siqueiros.
Fue una época de romance y artes plásticas, se reunían todos los días en la GAM grupos de artistas, escritores - André Breton, fundador de movimiento surrealista- y líderes de la alta sociedad de México a cuyos hijos Inés daba clases de inglés.

En el caso de los Arviles, la galería y ellos acompañaron a Mérida hasta su muerte y siguen ahora apoyando la espléndida obra de arte abstracto y constructivista, matemática, geométrica, musical, surrealista, muralista, escultórica y de leyendas mayas prehispánicas (“El Popol Vuh” acerca del origen del mundo).
Los Arviles y Carlos Mérida al centro
Armando Colina y Víctor Acuña son amigos muy especiales, los conozco desde 1969 cuando abrieron la librería de arte y música culta, Arvil, en la calle de Hamburgo. La "ensalada popoff” de Agustín Barrios Gómez se reunía allí y luego los “Cuic” de Nina Menocal (yo, quien escribía en El Heraldo de México) y Nicolás Sánchez Osorio, inolvidable y adorado amigo.

Los Arviles siguieron a la fama nacional y mundial con artistas mexicanos, Carlos Mérida, Dr. Atl, José Clemente Orozco, Diego Rivera, Frida Kahlo, Enrique Guzmán, Lola Álvarez Bravo, Kati Horna, Tina Modotti, Mariana Yampolsky, Angela Gurría, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Remedios Varo. Y los que aún viven, Francisco Toledo y Graciela Iturbide. Han dado gran impulso a la mujeres artistas, han puesto a México en los grandes museos del mundo, son sencillos, sensibles, generosos, honestos y muy inteligentes.

Cuando se casó Alina mi hija le regalaron una obra pequeña de Carlos Mérida, misma que ella cuida y aprecia entre las joyas de su colección. Alina vive en Londres con su marido e hijos en un precioso townhouse de Luxemburg Gardens.

Actualmente los Arviles viajan a los grandes museos alrededor del mundo con los Phillips Olmedo, Charlie y Lupe, se divierten y gozan mucho juntos. Presentan las obras de Frida, hay muy pocas, casi todas, creo 27, en manos del Museo Olmedo y las otras 4 -naturalezas muertas-, pertenecen a los Arviles. En este momento las obras de Frida están viajando de Budapest a Moscú.
Edward Weston, Carlos Mérida (Doce pruebas para el retrato de artista), 1925

Regresando a Mérida, en 1951 él realizó su obra más ambiciosa trabajando al lado del legendario arquitecto Mario Pani, para el Multifamiliar Juárez en la Colonia Roma. El tema de los murales en las fachadas de los 19 edificios fueron las leyendas de “El Popol Vuh”, “Los ocho dioses del olimpo mexicano”, “El Ixtlexilt”, y “Los Cuatro soles”. Entre las construcciones había parques y áreas recreacionales. El complejo contaba con una guardería y área comercial.

Además de las fachadas, toda se decoró con motivos prehispánicos en escaleras, azoteas y un paso a desnivel; las obras de arte de Carlos Mérida cubrían un total de 4,000 metros cuadrados, "arquitectos, dibujantes artesanos y el artista formaron un solo núcleo, tal como se hacía para la construcción de las catedrales medievales" (Alfonso Soto Soria, museógrafo del INAH). Y Mathias Goeritz:  “Una coordinación extraordinariamente feliz, de una integración rara vez obtenida... verdadera armonía. (citado por Louise Noelle).

Trágicamente el glorioso Multifamiliar Juárez se derrumbó en gran parte durante el terremoto de 1985 y mató a varias personas. Qué pena que son los edificios construidos por estos gobiernos posrevolucionarios corruptos, el de Miguel Alemán en este caso, los que se convierten en asesinos. “Las extraordinarias piezas de arte desaparecieron después del gran temblor, dejando solamente ecos melancólicos de lo que alguna vez fue uno de los proyectos arquitectónicos más ambiciosos de nuestra ciudad.” (MXCITY, Guía Insider).
Multifamiliar Benito Juárez a pesar de haber sido proyectado
por Mario Pani lo construyó el gobierno corrupto de Miguel Alemán y
se cayó con el Terremoto de 1985, perdieron la vida seres humanos y
se perdieron los espléndidos murales de Mérida

En 1949 Carlos Mérida trabajó el friso de vinílica sobre concreto de la Guardería del Centro Multifamiliar Miguel Alemán, que fue destruida también por el terremoto de 1985.

“Las bailarinas”, telón del entonces cine de lujo Manacar que realizó Mérida con el arquitecto Enrique Carral en Insurgentes Sur y Río Mixcoac en 1964 era un espectacular mural de 294 metros cuadrados con incrustaciones en madera y alusiones a la cultura maya. El cine fue muy popular con su primera función La Conquista del Oeste; después del terremoto del 85 quedó dañado y en desuso. Sin embargo la obra de arte ha sido devuelta actualmente (2018) al lobby del centro comercial Torre Manacar, un proyecto emblemático de nuestra ciudad del arquitecto Teodoro González de León.
Los Danzantes o Las Bailarinas regresan a su lugar de origen, solo que ahora es la gran Torre Manacar en el Sur de CDMX

También en 1964, con Mario Pani, Mérida inauguró los murales abstractos de vidrio y mosaico veneciano “Tláloc, Dios de la lluvia” y “Ehécatl, Dios del Viento” en la Torre de Banobras o Torre Insignia, edificio piramidal Tlaltelolco; y con otro legendario arquitecto, Pedro Ramírez Vázquez, el vitral de acrílico translucido y coloreado montado en caja de luz en la sala Cora-Huichol de Museo Nacional de Antropología e Historia, tiene motivos luminosos en los diseños huicholes.

En 1967, “Abstracción Integrada” fue hecho en la empresa Bujías Champion en Azcapotzalco con mosaicos de cerámica sobre soporte de concreto, el mural fue donado a la UNAM y en 1984 se montó en Avenida Insurgentes Sur.

Carlos Mérida hizo su último mural también con Pedro Ramírez Vázquez en el Edificio Omega de Polanco, enfrente a los elevadores, creo que el edificio pertenece a Andrés Holzer, amigo al que le cuesta mucho gastar su dinero, lo felicito por invertir en este artista guatemalteco que murió cuatro días después de terminar la obra de arte y cuatro años después de recibir el Águila Azteca, máxima condecoración mexicana. Solo puedo añadir que murió en 1984, un año antes del terremoto, no vio cómo se derrumbaron y dañaron algunos de sus edificios con los murales que tanto trabajó y tanto amor puso.

Ana bailando (retrato de Ana Mérida, 1954), Colección Lic. Miguel Alemán Velasco

Recuerdos del Viejo Oriente, 1964, Gouache y tinta/papel
amate, Colección Pérez Simón 
Ehecatl-Tonatiuh (Sol del Viento) o Los hombres se convierten en mono (estudio para los frisos del Multifamiliar Juárez 1951)
  

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