La Habana II. Contradicciones en mi tierra, lo bueno y lo malo Fiesta, mar y arte, mejor no se puede
Feliz en mi tierra, infeliz también. Feliz por el mar, las nubes y palmas, sistema de salud que funciona, me consta por un amigo extranjero a quien atendieron de emergencia, rápido, en el hospital Ortopédico Docente Fructuoso Rodríguez. No pidieron ni documentos ni dinero. Infeliz por La Habana que se derrumba y los mosquitos que han enfermado a casi todos mis conocidos: Chikunguña, oropuche, sika o dengue por ahí. Fiebre alta y muchos dolores, no se puede ni caminar, no hay fuerza en las manos, como si tuvieses artrosis de un anciano, Detergente siempre, hasta en la cara, orejas y dedos de los pies. Apagones a cualquier hora, de 12 y 16 horas, a veces tres días seguidos, salgo a caminar en la oscuridad, brisa, noche y gente preciosa. Gasolina tampoco hay, se consigue a sobreprecio. Así las cosas. Y sin embargo…fiesta el segundo día de mi llegada en la Embajada de Noruega, como si nada. Mucha gente contenta en la isla tropical. El Embajador es coleccionista de arte contemporáneo y conceptual, con obras de los cubanos Campins y Lázaro Saavedra, arte con temas de la homosexualidad, como El banquete de Platón, fragmento del discurso de Aristóteles. Casa en el antiguo Country Club, barrio de mi infancia.
Peter John Opdall es el nombre del embajador Reino de Noruega en Cuba, ha repetido, así que como 8 años aquí, abiertamente gay, está casado con Paco, mexicano, nada menos. La casa, antes de la Revolución de 1959, perteneció al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo (desde 1930 hasta su asesinato en 1961). Recordamos que cuando otro dictador, Fulgencio Batista, huyó de Cuba en 1959 fue a refugiarse a República Dominicana con Trujillo. Bueno, pues Trujillo construyó la casa para su hija Flor de Oro, entonces casada con Porfirio Rubirosa, embajador de República Dominicana, precisamente. Rubí (1909 – 1965), también militar, piloto automovilístico y jugador de polo, fue famoso playboy mundial, de legendarias proezas sexuales con las mujeres, entre sus esposas, dos de las más ricas del mundo, Doris Duke (heredera de fortuna tabacalera) y Barbara Hutton (la “pobre niña rica”, heredera de las tiendas Woolworth, la de todo a diez centavos, y coleccionista de esposos, entre ellos el actor Cary Grant).
En 1960 la casa fue entregada por Fidel el malo, a uno de sus comandantes, y así sucesivamente hasta 1990, que se restauró y amplió por parte del gobierno noruego, que la alquila. Es moderna, muy hermosa, con gran jardín. Y el fiestón con shows de las drags Queens. Canciones de la grandiosa Celia Cruz, Reina de la salsa del siglo XX. Derroche de dinero, bebidas y canapés para 200 personas.
Luego al mar claro, la siempre mar, la mar de mi tierra, de mi isla. En colores transparente, blanco, crudo, verde desvaído, verde más claro, turquesa, azul cielo, y el cielo en color azul cielo. Aguas cristalinas, arena fina y blanca, la arena cubana. Las nubes de Cuba. Es tan sencillo ser feliz, meterte al mar y mirar el horizonte, pensar o no pensar, ser totalmente libre. A solo 20 km de La Habana está Santa María del Mar, pasa un marchante con bolsas y sombreros para vender, un señor con tabacos buenos a precio de 45 dólares por 25 Cohibas. Recados de amor en la orilla de olas tranquilas. Paraíso perdido en el cocodrilo que también quiere irse, como todos los emigrantes jóvenes cubanos, o no tan jóvenes, más de un millón de personas desde 2021---en un país de 10 millones de habitantes.
Luego obras de artistas jóvenes en el concurso Malayerba, que patrocina una fundación panameña. Gran Premio para el creador de la pieza de 3 bolas de resina con un mensaje adentro, para el futuro del país. Esas bolas las enterró en 3 extremos de Cuba. En la exposición se mostraron los videos del proceso y también otras tres bolas hechas de tierra que procedía de los lugares donde se colocaron las de resina, con mensaje. Obra interesante, divertida y que dio mucho que pensar, ¿a dónde vamos? Quizás habrá esperanza. El Primer Premio, que viene después del Gran Premio mencionado, era el retrato de Pinocho hecho con sellos de puño, donde se leía “Decir la verdad es deber de todo revolucionario”. La otra obra de este artista era un caballito de palo, también con sellos de puño, y el lema “avanza Cuba”.












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