El Museo del Prado en Torreón, 13,200 niños, maestros y padres de familia descubrieron las obras de arte (dedicado a Luisa Villegas Camil)

Más de 13,200 asistentes entre niños y adultos en las conferencia del Museo del Prado en Torreón 

Impactó la mirada tan limpia de los niños, su capacidad transformadora de ver el mundo y el arte

Fui verdaderamente feliz en Torreón, Coahuila, la última semana de agosto, quizás porque la historia que tengo que contar es una de éxito, hermosura y voluntad imparable.  Llegaron de Madrid tres personajes mágicos con ganas de dar todo y poner una semilla de inquietud, imaginación y fantasía: los profesores Carmen Escardó y Tomás Larredo, y la representante de Patronos Internacionales de la Fundación Amigos, Patricia Jiménez. Cuando Luisa Villegas los invitó a presentar por segunda vez en 10 años, en la comarca Lagunera, el recorrido virtual Viaje al corazón del arte a través del Museo del Prado, ellos no lo dudaron ni por un segundo. Se trataba de mostrar a alumnos de entre 12 y 15 años las 20 obras maestras más significativas de uno de los museos más importantes del mundo, que justo ahora celebra 200 años de existencia. 

 

El gran equipo: Eduardo Tricio, Presidente Grupo Lala, Flor Rentería Medina, coordinadora de Educación de la Laguna, Patricia Jiménez, Fundación Amigos Museo del Prado, Tomás Larredo, profesor, Gloria Amtmann, miembro del  Patronato de Amigos del Prado, Carmen Escardó, profesora y Luisa Villegas

– Luisa es una impulsora sin igual, con su entusiasmo va trasmitiendo la idea, al final esto es un equipo de más de 50 personas–  dice Carmen quien junto con Tomás conduce las pláticas que se llevaron a cabo durante 4 días, para presentar en dos grandes pantallas lo que es un museo y sus principales obras maestras. – Todos estos proyectos requieren de un alma que con su impacto y fuerza movilice a patrocinadores, sistema educativo y gente, esa es Luisa Villegas. Es lo que hace que vengan tantísimos chicos, esto es bestial, muy lindo, muy lindo–, añadió.

Hojas de control, numero de alumnos, docentes,
padres de familia y horarios de las conferencias

– ¿Luisa?”–, contesta Tomás cuando le pregunto. –Yo diría que es una rara avis con un entusiasmo que desborda energía y alegría extraordinarias que la caracterizan y, además, es divertidísima.

Llegué un miércoles en la tarde a ver a mi amiga, estar con ella y conocer el proyecto,  después de comer en familia fui a las pláticas en el recién estrenado Centro de Convenciones. El auditorio ya estaba lleno, 900 personas, casi todos eran alumnos de escuelas públicas de Torreón y de los municipios de  San Pedro de las Colonias, Matamoros, Viesca, Francisco I. Madero, y de comunidades rurales muy alejadas como Boquilla de las Perlas, Xilitla y Lequeitio.

 ¡Algunos chicos venían de  ejidos, ni siquiera habían conocido la ciudad de Torreón! 

Hubieron cinco conferencias cada día. Participaron 13,200 estudiantes, maestros, padres de familia y público en general. Los organizadores estaban felices, sorprendidos, eufóricos. ¡Se habían superado todas las expectativas! Los niños llegaron en 277 camiones proporcionados por el gobierno del estado, estaban muy bien uniformados, ellos con corbata, ellas con lazos en el pelo, relucientes. Emocionante verlos con esas caras llenas de curiosidad y amor, con libretas y lapices en mano para tomar notas. 

Las voces de Carmen y Tomás, melodiosas, nos dieron la bienvenida, usando lenguaje universal: el español y el del arte. Vimos en las proyecciones el edificio neoclásico del Museo del Prado en Madrid, sus jardines y luego entramos a su interior para descubrir Las meninas de Velázquez, La maja desnuda de Goya, la copia de la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, El caballero de la mano en el pecho de El Greco,  El juicio de Paris de Rubens… 

 

La Mona Lisa del Museo del Prado (derecha),
copia de la original y para algunos, más vibrante

Los especialistas se movían en el escenario, indicaban con punteros láser los detalles de las obras maestras, explicaban lo que es entrar a un museo, ver el arte y entender como “estas imágenes están congeladas en el tiempo”. Es decir, quedan intactas desde que fueron creadas en el Siglo XVI, en el caso de La Mona Lisa, hasta las obras POP de la actualidad.

Cuando llegó el momento de las preguntas los alumnos querían saber “¿cómo un padre pudo comerse a su retoño?” en referencia al Saturno devorando a su hijo de Goya, ¿cómo se dieron cuenta que la Mona Lisa de fondo negro no concordaba? comparando la copia del Prado con la original del Louvre de Paris, ¿cómo se saben los secretos que están en las pinturas?, recordando El Lavatorio de Tintoretto “¡Silencio!” pidió Tomás. “Así todos podemos oir preguntas y respuestas”. 

– Yo hago pinturas con mi instinto y corazón– aseveró una niña –pero cuando las enseño a los amigos, ellos dicen que no están bien.

– ¡No importa!– contestó Carmen –muchos maestros han muerto sin fama y son reconocidos después, lo importante es que busques temas y lenguajes sin descanso, que sigas aprendiendo y que te sientas viva por tus ganas de conocer.

Las preguntas de los niños fueron conmovedoras 

Hubo que cerrar la sesión con niños con manos levantadas, se acababa el tiempo y ya llegaban los siguientes grupos. Los aplausos fueron como una bomba de júbilo.

– Me ha impresionado la capacidad de los mexicanos de organizar una estructura tan bien coordinada, parece que estamos en Suiza, llega un grupo de alumnos y se va otro– dijo Tomás –Me ha  encantado la honestidad de estos chicos, su mirada tan limpia y la relación con su interior; ellos comunican cosas con una capacidad de ver el mundo y el arte que es transformadora…

Rubens (1638-1639) "El Juicio de Paris"

Después de las conferencias los niños recogieron catálogos didácticos que entregó la Fundación Lala con imágenes, historias y textos sobre las obras maestras del Prado. ¡Que alegría verlos pasar en fila, sonriendo, entusiasmados por seguir aprendiendo y dando las gracias a cada uno de sus anfitriones: Eduardo Tricio, Presidente de Grupo Lala y Brenda Baños, responsable de relaciones internacionales de la Fundación Lala; Miguel Riquelme, Gobernador de Coahuila y Flor Rentería Medina, coordinadora de Educación de La Laguna.

Una de las niñas dando las gracias

El jueves y el viernes regresé a las conferencias, fui al coctél ofrecido por el Siglo de Torreón donde Antonio González Karg habló sobre el valor que tiene la historia del arte para cambiar y mejorar las posibilidades de los niños y estuve en las exhibiciones del Museo Arocena: retrospectiva del pintor mexicano Saturnino Herrán (1887 – 1918), la presentación del MAP (Museo de Arte Popular) de obras hechas por artesanos y artistas en conjunto, y piezas de la Colección Arocena de arte hispánico siglos XV al XVIII. 

Luisa Villegas nos despidió con una comida muy agradable en su jardín de árboles de olivos. El plato principal fue carne asada y las típicas  gorditas. Su casa en el residencial campestre Las Villas es en estilo Provence con la piedra blanca de la región, desperdicio del mármol travertino. Adentro los muebles y cuadros son europeos, suma del bagaje de Antonio y Lou, hay libros en todas partes y una pared con el árbol genealógico de Antonio, pinturas basadas en fotografías de su famiia del siglo XIX en adelante.  

Chicas recibiendo la publicación que regaló Fundación Lala

Lou nació en Torreón donde su padre Rafael Villegas Attolini -fallecido hace apenas un año-, era dueño de la empresa avícola TRASGO; a los 9 años se mudó a la Ciudad de México con su madre y hermanos. Hizo diplomados en Christie’s Londres y Nueva York, trabajó con Soumy Slim y con Juan Antonio Pérez Simón y terminó carrera de Literatura en la Iberoamericana. Desde siempre las obras de arte y los libros han formado su alma. 

En 2009 Lou regresó a Torreón con su hija en brazos y casada con Antonio González Karg, director del diario El Siglo de Torreón que había sido fundado por su abuelo Antonio de Juambeiz Bracho en 1922. Son muy felices en ese joven estado histórico y hacen una gran familia con los hijos de ambos, Antonio Diego (26) Felipe (Lippi,19) y Carolina (Bubu, 11), quien esta vez me prestó su habitación.

Greta Shelley, el tio Carlos Müggenburg y Lou Villegas

Mi amiga Lou Villegas, quien por su edad podría ser mi hija, es una persona fuera de serie. Supo forjar su propio camino y convertirse en la pelirroja radiante que encanta a todos con su luz. En Torreón se ha dedicado a promover la cultura con éxito. El mes de abril pasado invitó al  tenor español Plácido Domingo; el concierto en la Plaza Mayor reunió a 30,000 personas que gozaron la gran gala. 

Juntas en las ferias del Armory Show, Art Basel, la Bienal de La Habana y las exhibiciones en el Museo Amparo, en aquella ocasión le dije “nos vamos en guagua”, “¿Quééé?” me contestó Lou, y luego le encantó el viaje a Puebla en ETN.

Lou Villegas y Antonio González Karg en la terraza de su casa en Torreón