Hungría, el país más triste de la historia

Dentro de la Iglesia de Matías en Budapest, Siglo XI, gótica; aquí fue coronado Francisco José  de Austria como rey húngaro en 1867

La historia de Hungría ha sido siempre la de una tierra ocupada (dedicado a István Dzurek)

– Es el país más triste del mundo – me decía István Dzurek, o Stephen – porque la historia de Hungría ha sido siempre la de una tierra ocupada.

– En el siglo 13 nos invadieron los mongoles y en el 14 los tártaros. En los siglos 15 y 16 los turcos y en los siglos 17 y 18 fuimos controlados por los Habsburgo – Quedé atónita ante el rigor de las palabras de este joven guapo de modales tan correctos. Sí, miré los bulevares magníficos pero en realidad fue Stephen, por su cultura, quien obtuvo todo mi interés.

– Y durante la Primera Guerra Mundial llegaron los alemanes, más tarde seguimos con ellos, de su lado, en la Segunda Guerra. – continuó Stephen –perdimos y quedamos subyugados por la Unión Soviética… 

Yo llegaba sola a Budapest, a un hotel de 4 estrellas sin la menor gracia. Me ascendieron de cuarto y aunque más grande el baño estaba integrado a la habitación, sin puerta. Es decir, de la ducha salía directo al frio para vestirme en esos primeros días de enero. “Quiero al mejor guía que puedan conseguir para mañana a las 10:00 a.m.”, pedí. Y al día siguiente conocí a Stephen.

Stephen Dzurek, personaje sensible, patriota

Él se había casado hace 20 meses, “ella me propuso matrimonio, quería vestirse de blanco y hacer una fiesta”. Y luego “estuvimos en Cancún de luna de miel”. Stephen estaba contratado para hablar en inglés pero también sabía español. Un personaje gentil, especial.

La historia de Hungría (Magyarország), país de Europa Central, es compleja. Celtas, romanos, hunos, eslavos, germanos y ávaros (nómadas de Eurasia)  pasaron por el territorio hasta que el gran príncipe Árpád  fundó Hungría en el siglo IX d. C. Su bisnieto Esteban I  accedió al trono en el 1000 y convirtió el país al cristianismo. Bela IV (1235 - 1270) "segundo fundador de la nación", después de la casi destrucción completa de su país por la tatárjárás (invasión tártara)  logró construir más de 100 castillos con murallas gruesas para defender el reino, fortaleció el poder real y fundó la ciudad de Buda sobre una colina. El Reino de Hungría llegó a ser uno de los centros culturales del mundo occidental. 

Un castillo sobre una colina, fortaleza en Obuda, cons-
trucción ordenada por el Rey Bela IV

– ¿ Antes de las guerras, no era Hungría joya del Imperio?

–  Sí, en 1867 fuimos autónomos, parte constituyente de la Doble Monarquía Austria y Hungría, pero antes los Habsburgo cobraban el 40% en impuestos a nuestros granjeros y nos impusieron el idioma alemán. Algo mejoramos después de las Revueltas de 1848 y 1849.

– Hubieron muchas revoluciones europeas en 1848…

–  La revolución en Hungría fue diferente, una guerra por la independencia húngara del Imperio austríaco, somos muy nacionalistas.

Paseábamos en la camioneta de la agencia de Stephen por el gran bulevar Erzsebet, via central de la ciudad que conecta los dos puentes del Danubio, el Margaret al norte, construido por el ingeniero de La Tour Eiffel (Émile Nouguier) y el Petöfi al sur. Vimos el Grand Hotel Royal, antiguo, lujoso y famoso donde se reunía la alta sociedad europea del siglo XIX. Necesitó de una inversión de 100 millones de Euros para salir del abandono, hoy es el Corintia Hotel Budapest.

Puede Margarita que conecta Buda y Pest cruzando
el Danubio, 1972 - 1876

Llegamos a la plaza Oktogon en Pest, el cruce más ocupado de la Ciudad, llamado Benito Mussolini entre 1936 y 1945, después 7 de noviembre en conmemoración de la Revolución Rusa, la insurrección armada en Petrogrado el 7 de noviembre de 1917.

– Así que primero el fascismo y después el comunismo.

– Mejor te muestro la Avenida Andrassy, las casas y palacios neo-renacentistas de cada lado,  aquí vivieron aristócratas, banqueros, propietarios de tierra y familias históricas. 

Plaza de los Héroes con el Monumento del Milenio

– ¡Que lindas fachadas! ¿Dónde está la Ópera Nacional? 

Nos bajamos en el Parque de la Ciudad y caminamos a La Plaza de los Héroes. 

Al centro está el Memorial del Milenio, construido en 1896, con estatuas de los 7 fundadores del país magiar. A la derecha de la plaza está el Kuntshalle Budapest y a la izquierda el Museo de Bellas Artes. 

– ¿Recuerdas a Imre Nagy? – preguntó Stepehen

– Soy Licenciada en Historia – contesté. – Lo ejecutaron los comunistas en 1958. 

–Fue Primer Ministro cuando murió Stalin y quiso relajar y reorientar la política y economía de Hungría, devolvió las granjas a los agricultores. El Ejército Rojo entró en Budapest con sus tanques en 1956. Nagy se refugió en esa casa – y Stephen apuntó a la que fue Embajada de Yugoslavia en la avenida Andrassy, donde funciona la actual embajada de Serbia. – Lo traicionaron ahí, lo mandaron a Rumania, fue procesado en juicio secreto, condenado y ejecutado. 

Embajada de Serbia en Andrassy

–Sí. Nagy fue muy popular, “un comunista que no olvida al hombre”, pero ganaron los malos.

–No hablemos de política en este carro – advierte Stephen cuando volvimos al coche. 

Pasamos por la Basílica de San Esteban, neoclásica, que junto con el Parlamento de Budapest son los edificios más altos de la ciudad. 

–En la capilla está la mano momificada del rey San Esteban I, reliquia más importante del catolicismo húngaro. 

El Parlamento de estilo gótico está junto al río Danubio, construido entre 1884 y 1904 con interior de mármol y oro. Su tamaño me impacta. Ahí despacha el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán; sus críticos lo consideran xenófobo, autocrático y de extrema derecha. “Es un peligro para Europa”, se afirma.

Foto que tomé del Parlamento de Budapest, construido entre 1884 y 1902, en un día frío de enero

– En la época en que se construyó el Parlamento nuestro país era tres veces mayor que ahora – apunta mi guía. Después condujo por la calle más vieja de Buda, la Fö, que desde la Edad Media sube por la colina del Castillo y ofrece una vista incomparable del río.

Llegamos al distrito del Castillo, todo era gris y blancuzco, confuso como la niebla. En la iglesia de San Matías sentí una luz extraña que me alegró. Estoy feliz por primera vez en Budapest, en esta iglesia neogótica y hermosa del año 1015, dedicada a la Virgen María patrona de Hungría.

– ¿Por quién votaste, Stephan? – pregunté.

– Por ninguno de los dos, ni el conservadurismo nacionalista ni el socialismo; todos sabemos lo que hizo el comunismo.

– Pero no habías nacido.

– Los abuelos lo vivieron, después de la II Guerra se llevaron a nuestros hombres y mujeres a la URSS, a trabajar en las minas y en la industria del acero; regresaron como zombis.

La Casa del Terror donde ejecutaban y torturaban
primero los nazis y luego los soviéticos

Stephen me mostró la Casa del Terror, parecía una nave enorme en la Avenida Andrassy. “Estas eran las instalaciones de la Gestapo y después del AVH, —similar a la KGB soviética- con el mismísimo personal.”

–¿Solo cambiaron de nombre?

– El oficio era igual: la tortura, el terror. Todo se repite.

Fra Angélico, Escenas de las vidas de los padres tempranos
Tempera sobre madera de álamo, ca. 1420-1430

Eran las 2 de la tarde, invité a Stephen a comer. “No puedo”, me dijo, “pero mañana sí”. Yo me pasé la tarde en el Museo Nacional de Bellas Artes viendo arte europeo de todos los periodos. Me meto dentro del cuadro llevada por la emoción de quien lo creó ¡y si no es arte contemporáneo mi fantasía es mucho más intrincada! ¿Que pretende el beato Fra Angélico de la Roma cuatrocentista que pensemos nosotros medio siglo más tarde?

El Castillo de Budapest, estilo tardogótico, siglo XIV, con la estatua del rey San Esteban I 

Al día siguiente fuimos al pueblo de Szentendre (San Andrés), cerca de Budapest y conocido por la cantidad de museos y galerías de arte contemporáneo, iglesias, el monumento a la peste negra (también en Budapest tiene un lugar prominente), artesanías, tiendas de souvenirs y la fábrica de mazapanes con un café al lado donde comimos pasteles deliciosos. Construido sobre ruinas romanas a lo largo de un arroyo, la pequeña ciudad, con las calles de piedra y callejuelas que suben y bajan, es hogar de autores, poetas, musicos y actores. Fue una gran experiencia ver las obras de Lajos Vajda (1908 – 1941), el artista más importante e influyente de la vanguardia húngara quien vivió y trabajó en Szentendre. Murió joven de tuberculosis por lo que sus obras trasmiten, especialmente las abstracciones últimas, un gran sentido de la mortalidad. 

De la serie "Over Nothingness" de Lajos Vajda, pintura carbón, 1940

Stephen no comió conmigo como había prometido. Me dijo que en su agencia no permitían que fuera a un restaurante con el cliente. Además, “mi esposa está cocinando en casa”.  Llamó a la esposa con la intención de invitarme. 

– No se puede – dijo un poco apenado, – Mi suegra estará ahi, ella es de origen campesino y no entendería  que yo llegue con una dama tan guapa como tú.

El pueblo de San Andrés a la orilla de un río, aquí han vivido los artistas húngaros desde el siglo XX.