Leandro, Freddy y El Che en Bolivia
Ernesto Guevara, sonriendo aunque muerto, a los 39 años en la escuela del poblado La Higuera, Bolivia
El día que me quieras, Parte I
Nada es fortuito, estoy convencida de que las múltiples
casualidades y misterios están ligados a una energía tan rectora como
desconocida. En noviembre del año pasado voy al Tamayo a la exhibición de
Eduardo Costa, cuando veo las cartas a su amigo y también artista argentino
Leandro Katz. Recordé la exhibición de hace 25 años en la galería nina menocal, con temas, uno de las ruinas
mayas a través del tiempo y dos, de la captura del Che Guevara en Bolivia.
También en noviembre mi hermana quien vive en Washington
llegó a México con el primer novio desde su divorcio. ¡Era boliviano! A partir
de entonces empecé a escribir blogs –inesperadamente- relacionados con arte
contemporáneo, vivencias personales y locura por todo lo latinoamericano.
Bolivia me ha agarrado arbitrariamente. Es
cuando recibo un e-mail de Leandro Katz: Nina querida, ¿te das
cuenta que estamos mostrando obras que comenzaron a exhibirse contigo? La
instalación en el MUAC quedó impresionante! Ojalá puedas venir hoy a la
apertura, a las 12 es la charla con las curadoras… Será una alegría volver a
vernos.
El tráfico de esta Ciudad de México impidió que llegara a
tiempo. ¿Dónde está la sala de Leandro Katz?, pregunto sofocada sin dar los
Buenos Días en la plaza de entrada, al fondo a la
izquierda, ahí están todos, me dijo uno. Vi a Leandro desde las puertas de cristal. Corrí hacia allá, Nina te quiero presentar a…dijo Patsy Sloane, pero ya Leandro
me abrazaba y gritaba mi nombre, lo repetía incrédulo. Igual yo, rejuvenecida en
el instante, tocada por el rayo.
Hoy vamos a la sala de Bolivia, a El día que me quieras,
fotografías de horror y sangre –me asusté mucho- de la muerte del Che que se
convirtieron en ensayo documental. “Sí, es
muy fuerte el Che muerto con los ojos abiertos, parece que te mira y sonríe,
esta es la que genera toda la investigación”, dice el artista. Cuando
compró la foto a UPI Reuters, ésta no tenía autor. “Empecé a jalar un hilo de
tela desconocida”.
- No es la famosa que conoce el mundo entero.
- No, esa es el Che
vivo, retrato que hizo Alberto Korda; ésta es la del Che muerto que identifico
yo.
Conocí a Leandro de 55 años, guapo,
elegante y culto; a los 80 lo encuentro más cálido, tranquilo, con sentido del
humor. Escucha y luego goza sus propios comentarios estructurados que hace con
cadencia, voz suave, lírica. Sus temas de conversación siguen siendo
brillantes, de inclinación literaria e investigativa.
-Un interés muy puntual me tiene que agarrar, imagínate
hacer esos proyectos de nueve instalaciones, hay una cantidad de investigación
mucho antes de que existiera Google, yo me tenía que ir a hemerotecas de pueblo
a encontrar la respuesta.
La foto del Che muerto y todas las demás
de ese 9 de octubre de 1967 que se exhiben en el MUAC hacen una escena de crimen
espeluznante, “ nadie sabía, me pasé casi dos años preguntando,
escribiendo a la Reuters que ya estaba disuelta. Al final alguien me dice ¿por
qué no llamas a los periódicos de Bolivia? Bueno, aquí hay un editor mayor que
te va a poder ayudar, hablo con un señor, ‘sí, esa foto la sacó Freddy Alborta’ y me da un número telefónico”.
- Y yo desde Nueva York llamo a Freddiy Alborta, una
persona modesta, que me dice sí señor, fui yo…
Enseguida Katz se monta en un avión a Bolivia, conoce a
Freddy, “me mostró todas las fotografías que tenía, y es ahí que le digo yo me vuelvo con un equipo de
filmación y hacemos el ensayo documental”.
Cinco nombres: Tania, Haydée, Laura, Marta, Tamara |
El documental se concentra en la entrevista que hace al
boliviano Freddy Alborta, mientras que las instalaciones de fotografías parten
de la investigación histórica y periodística adicional.
-Es ahí donde salen los personajes femeninos, las cinco
Tanias y las distintas
situaciones donde todos los guerrilleros se fotografían como propaganda, igual
las fotos trofeos cuando los capturan y de sus muertes. Yo quería saber más y
más.
Ahora ya en mi casa conversando tranquilos, porque es
mejor con la barriga llena. Lo había invitado a comer en la Colonia Roma,
Tostadas de Atún, Pulpo a la brasa, Huachinango a la Talla con salsas verde y
roja. Estábamos en la
terraza frente al jardín y la joven jacaranda en su primera floración. El clima
perfecto y un día perfecto. Katz se levanta, saca otro cigarro.
-Te vas a morir.
-Eso dice mi hija - El vive solo en Buenos Aires y le da
claustrofobia estar en el “Fin del mundo”. Por eso va seguido a Los Ángeles a
verla, al yerno guitarrista y a los nietos.
-El Che está en esa guerra de guerrillas en medio de
páramos inhóspitos en Bolivia, pensando que toda lo que escucha en radios
portátiles es desinformación; es
decir está en su campaña negando la realidad y cada vez más metiéndose en una
encerrona.
“Por eso muchos escritores lo consideran una especie de
calvario, se encierra en dos valles con su gente y los van matando de
a poco, no hay manera de
salir y viene la CIA que trasmite la orden de fusilar a Guevara …¿entiendes? Es
una situación muy trágica.”
Pienso que indeed, muy
trágica, los gringos metidos en los asuntos de Bolivia que se adueñaron del
país, entre otras cosas para aniquilar al Che y sus guerrilleros tal como lo
había planeado Fidel –porque el Che era pro-China mientras que el gobierno
cubano 100% dependiente de la Unión Soviética.
Por otro lado jamás he sido partidaria del Che quien a
pesar del romance que lo cubre era un asesino, tal como Lenin y Trotski en otro
tiempo y continente. Los
tres hicieron juicios sumarios ilegales y fusilaron a quienes pudieron a raíz
de las Revoluciones de Rusia 1918 y de Cuba 1959. Guardemos proporción en
cuanto a los muertos pues Cuba es una islita en el Caribe y el Imperio ruso el
país más grande del mundo.
De cualquier forma estoy horrorizada con las fotografías
del Che, Tania, la única mujer que tenía varias identidades y sus compañeros
del ELN -las que viví,
entendí, sentí y vi en las instalaciones del proyecto El día que me quieras en el MUAC. Un espectáculo dantesco de sangre y arte. Tan es arte perfecto que junto con el montaje rompe el corazón del más duro espectador.
-¿Cuándo exhibiste el documental por primera vez?
- En el Museo del Barrio simultáneamente con el Proyecto
Catherwood.
- ¡Catherwood! Y yo no exhibí las imágenes del Che.
- No, en 1993 vos exhibiste Catherwood en tu galería de
México y exhibiste la fotografía del Che Guevara disfrazado para cruzar la
frontera.
-¿Nada más una del Che?
-Todavía no tenía el documental hecho, me llevó cuatro
años reunir el dinero para terminarlo. Lo comienzo en ‘93 y lo estreno en Cuba
en ‘97.
-¡¿Dónde?!
- En el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano gana un
Premio Coral.
- ¿Y después?
- Premios en Milán, Chile, en montón de lados.
- ¿Es autoría tuya o junto con Freddy Alborta?
- Mía sola. Freddy es el personaje central de mi
entrevista. –Me doy cuenta de que Katz es narcisista.
- ¿Y Freddy?
- Falleció hace unos años, él apreciaba mucho el hecho de
que aunque había permanecido como autor anónimo durante todas las décadas,
finalmente se sabe quién es el autor.
En la casa de al lado hay una jauría de seis perros y
cada vez que uno aúlla, aúllan todos. Nos toca el concierto canino desafinado.
Ladran los perros y Leandro fuma.
No oímos ni el tráfico ni otro ruido que molestara, solo
los perros. “…Me encanta la ciudad de México, la encuentro bellísima”, dijo finalmente el
artista argentino.
Curadoras: Amanda de la Garza y Cecilia Rabossi con Katz
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Freddy Alborta, el fotógrafo boliviano tomó las imágenes finales del cuerpo de Che Guevara, con los ojos abiertos, 1967
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Las Tanias, integra la guerrilla del grupo del comandante Joaquín en 1964, muere en la emboiscada de Bado del Yeso, 1967 |
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