El Alto, Ciudad Poderosa, Parte II


Si los Aimara pueden, nosotros también


Chaletssuizos’ con decoraciones “cholo” componen el Cholet símbolo de la nueva arquitectura y opulencia del grupo étnico Aimara, éste habita la meseta andina del lago Titicaca desde épocas precolombinas

Norteamérica. ¿Y nosotros? Muchos latinoamericanos no conocemos la historia y raíces de nuestros países. No sabemos de lo que somos capaces de conquistar. Si los Aimaras pueden, nosotros también, pienso. Me gustaría que cuando terminen de leer este blog les venga algo de la fascinación que me embarga por El Alto a partir de las fotografías de los ‘pre-cholets’ de Pablo López Luz. La arquitectura particular de la segunda ciudad más grande de Bolivia y una de las más altas del mundo a 4,150 m s.n.m, “es un ejemplo de empoderamiento y orgullo indígena, sobre todo porque los que viven ahí fundan su ciudad con reglas propias y tienen los recursos para demostrar su fuerza”, afirma el artista.  Es una entidad política independiente desde 1985.
Me interesa la serie ‘pre-cholets’ de Pablo LL expuesta en el Museo del Chopo. Esta se refiere a la arquitectura en El Alto, iniciada hace poco más de tres décadas cuando inmigra el “cholo””-palabra peyorativa que quiere decir persona de rasgos indígenas/mestizos-, a poblar un suburbio de La Paz. Lo que nadie se esperaba es que este lugar originalmente de pobres iba a crecer en forma extraordinaria hasta convertirse en los últimos 10 años en poderosa burguesía Aimara, dedicada al comercio y las minas. El Alto es una joya “nueva” y joven de América Latina, la clase económica más poderosa del mundo andino...
Cholet viene de “chalet” y “cholo”. Son palacios con hasta siete niveles que funcionan de varias cosas a la vez. En la planta baja los depósitos, en el primer piso locales para tiendas, siguen los salones de bailes “decorados como casinos llenos de colores y luces fluorescentes”, dice ahora Jaime Aparicio, mi único amigo y conocido boliviano. “En el cuarto piso están las viviendas para alquilar y en el quinto o sexto para los hijos; hasta arriba se monta la corona, la casa del dueño”.
Risas.
­– Jaime, estoy interesada en Bolivia, en El Alto, quiero preguntarte sobre el empoderamiento Aimara, -lo llamo por teléfono esta mañana. Estaba haciendo su desayuno en Washington, donde vive y  trabaja en organizaciones de derechos humanos. Fue Embajador de Bolivia en Estados Unidos.
– De ahí vienen todos esos edificios en colores naranja, verde, azul y
amarillo, con molduras de yeso, formas de cisnes y símbolos Transformers en las fachadas. Los ha sacado la BBC de Londres, son muy interesantes.
Mamani
– No, nooo. Esta serie mía es de los de pre-cholets y puede contribuir a la narrativa fotográfica, -dice Pablo López Luz en México. Se refiere a los primeros que se construyeron hace 15 o 20 años; menos estrambóticos, más bajos y con símbolos prehispánicos en las paredes y la cruz andina.  Parece que el auge de la gran arquitectura andina o Cholet-Mamami es un tema editorial y de imágenes de los últimos tres años.
–Sin embargo no creo que los Cholets sean realmente conocidos en el mundo -intervengo yo.
–No, se conocen muy poco, un par de libros con fotografías y el reportaje en la televisión londinense, -afirma el Embajador J Aparicio.
–¿Me pueden contar sobre el famoso Freddy Mamani? –Yo.
– Sí, - Pablo LL está entusiasmado, -era albañil aimara de la pequeña comunidad de Catavi, no estudió arquitectura. Se llama Freddie Mamani. De repente empieza a construir y lleva la batuta de la arquitectura Cholet con hasta 90 edificios en El Alto.
–Mamani es producto de la nueva burguesía en la ciudad altiplánica levantada en ladrillo desnudo, de clima seco y duro; Mamani ha desarrollado la arquitectura comercial y residencial. – Embajador.
–Dios mío. –Yo.
–Más que Dios mío. Es insondable. Sus castillos se levantan sin planos ni renders, salen de la mente barroca, nunca imaginada, contemporánea. El  apellido Mamani quiere decir que eres de una casta baja sin acceso a la educación, es una segunda inyección de energía al empoderamiento directo indígena ante el ninguneo de las élites blancas. –Pablo LL



Fotografías de “Pre-Cholets” de Pablo López Luz, los primeros que hizo Freddie Mamani hace 15 años, Museo del Chopo, Ciudad de México


“Busco darle identidad a mi ciudad recuperando elementos de nuestra cultura originaria”, Freddie Mamani. En efecto es el creador del estilo independiente, sin referentes más que rendir tributo al lenguaje y a la belleza andina.
–¿Se revaloriza la cultura originaria en El Alto con el Presidente Evo? –Yo.
– Bolivia tiene un Presidente indígena que ha podido romper con la historia del indio siempre relegado. Aquí el indígena tiene fuerza, – Pablo LL.
– No, Evo Morales no es de El Alto ni habla los idiomas indígenas. Su Formación han sido los sindicatos y los cocaleros, movimiento de izquierda socialista. El Alto tiene muchos años de gestación y el gobierno anterior ayudó determinantemente cuando se descentralizó el país en municipios, – el Embajador.
 –Y se distribuyeron los recursos en cada municipio. – yo.
–Lo que sí ha traído Evo es una identificación a la gente muy positiva, la autoestima, que sepan que son casi la mayoría en el país y que pueden llegar a donde quieran llegar.
–Valorarnos a nosotros mismos es el mandato de los latinoamericanos todos –yo.
– Sí. El color de la piel no es más un impedimento para participar en la política ni para ser Presidente, –el embajador, – Ahora la alcaldesa es una líder indígena de oposición a Evo Morales.
–Es una mujer muy popular que ha erradicado la corrupción vinculada a la gente de Morales, controlaban permisos para mercados, licencias de comercialización y de construcción, – añade el Embajador –Le han querido quemar la alcaldía pero ella ha logrado imponerse.
–¿Quién?
–Se llama Soledad, no olvides su nombre.
A pesar de nuestras ciudades caóticas y alucinantes, de los problemas serios de infraestructura y crecimiento desordenado, de gobiernos corruptos e impunes, pienso. Como los Aimaras, los latinoamericanos podemos derrotar atavismos y prejuicios históricos sufridos por ser hombres y mujeres indígenas/mestizos.
Porque Cholo somos todos, como Soledad, mujer aimara y política.
Lo último que digo: me encantan los pre-cholets y los cholets, los primeros y los últimos más exagerados, más llevados a  la explosión del kitsch (de cualquier forma me parecen iguales) y me encanta tener un amigo boliviano, el Embajador Aparicio.

Mi amigo boliviano Embajador Jaime Aparicio

Pre-cholet de 5 pisos, la casa del dueño encima, como símbolo de status social

De los primeros chalets /cholos de Freddie Mamani

Monte Huayna Potosí, El Alto, Bolivia






Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

80 años de Juan Francisco Beckmann Vidal en Tequila, Jalisco, dedicado a Juan Beckmann y Doris Legorreta de Beckmann

Lupe Peñafiel nos reunió en su casa llena de arte

Gracias a las amigas y los amigos que me acompañan siempre: hay que vivir bonito