Esther y Hugo cumplen 70 años de casados, rodeados de hijos, nietos y bisnietos

Toda la familia participó en el evento, para no olvidar.

Para mí y para Joel ha sido muy importante la cercanía con Esther Pliego y Hugo Salinas, como siempre he insistido los amigos son importantes, pero la familia aún más. En este caso hablo de primos que se adoran, y de familia, Hugo y Joel. El papá de Hugo, Hugo Salinas Rocha, y Joel Rocha Garza, mi suegro, eran primos y amigos inseparables. Joel Rocha Rivero, mi marido, conocía a Hugo Salinas Price desde joven, pero entonces Hugo ya estaba casado y trabajaba, así que Joel jugaba con Richi, el hermano menor de los hombres Salinas Price. Un día hace 25 años Hugo y Joel se vieron en un evento del MAP, Museo de Arte Popular, ahí retomaron el gran cariño y la amistad, a partir de entonces no se han dejado de ver. Hemos convivido con Esther y Hugo en el Mar de Cortés, en Acapulco y en esta Ciudad de México. Mucho nos han visitado en casa Alpes, a pesar de las escaleras como pirámide que hay que subir, y nosotros a ellos en el Pedregal, la primera residencia que compraron los Salinas, la de siempre, con un jardín divino del que se ocupa Esther todos los días. De pronto Esther y Hugo cumplen 70 años de casados, ¡setenta! De aquel viaje de luna de miel por toda Europa, de seis meses, en un cochecito Fiat 1100 que pudieron comprar con el regalo de bodas de Hugo Salinas Rocha. 





El miércoles 16 de octubre pasado, en el Salón Altto, San Ángel, los hijos, nietos y bisnietos de Esther y Hugo, además de sus amigos de infancia y juventud en Monterrey, de otros antiguos y más recientes de Acapulco y Ciudad de México, nos reunimos para celebrar con ellos. Fue una convivencia muy emotiva, compartimos puntadas y detalles especiales que acostumbran los Salinas Price. Quiero contarles en voz viva de Esther Pliego el significado de esta fiesta. Para este importante aniversario quise que toda la familia participara, para que la guarden como un bonito recuerdo y no se les olvide, los bisnietos más chiquitos no lo recordarán, pero los más grandecitos sí. 





La familia de Esther y Hugo es numerosa: 6 hijos (de los cuales perdieron a 3 mujeres), 18 nietos y 28 bisnietos, casi 29 por el que viene en camino. A pesar de la diferencia de edad de 30 años entre el mayor y el menor de los nietos, todos ellos se quieren mucho, y son verdaderos amigos entre sí, dice Esther y añade: La idea es que los bisnietos se conozcan, se lleven y se quieran de igual manera. 




Una familia de fe, creyente, pudimos ver en Misa, antes del festejo, a dos nietos y un bisnieto de apenas 7 años leyendo dos epístolas y el salmo responsorial. Todos los bisnietos, a partir de los 4 años, hicieron peticiones. Yo diría que se trata de una familia excepcional, educada, de buenas personas que aspiran a hacer el bien. Ya con mariposas en el estómago, muy sensible, vi cómo Esther y Hugo entraban a la celebración, dentro de una valla en alto formada por espadas de oro, plata y gemas que portaban los nietos, Cadetes de Santiago. Las espadas fueron regalos de Hugo para fomentar entre los primos valores de integridad, solidaridad, respeto y honor. 


Ella, con sus ojos color del mar, lucía un Kaftán verde esmeralda que confeccionó Horacio, de Acapulco, experto en kaftanes. Y esmeraldas, regalos de Hugo a través de los años. Él, guapo y alto a sus 92 años, vestido en saco sport inglés y suéter a cuadros, caminó con ella del brazo a la mesa de honor, muy emocionado, donde los esperaban Ricardo y María Laura, Esther y Alfonso, Memo y Lilia, sus hijos. Hermosas las flores, anémonas, ranúnculos, rosas inglesas, helleborus, phalenopsis, aquillea, lysiantus, banksias, otras rosas y hortensias. Entonces entraron en pista los bisnietos, con pequeña canción y baile, ellas con las coronas de brillantes, rubíes y zafiros del día de su bautizo, regalo de los bisabuelos, porque para nosotros son como verdaderas princesas, sonríe Esther. 



Fue una tarde maravillosa de amor, hijos, nietos, bisnietos y amigos cercanos. Son 70 años de casados y de haber fundado 3 generaciones de mujeres, hombres, muchachas, muchachos, niños y niñas, a veces rubios y de ojos claros como Nani, otras de pelo castaño oscuro y ojos negros como Papá Hugo. Hugo a sus 92 años es muy niñero, los más chiquitos, los que apenas empiezan a hablar, lo buscan. Le cuentan que tienen un Papa Hugo en su cuarto, su foto, a la que todas las noches le dan un beso. Nico de apenas dos años se sienta en su regazo a conversar y gozar con el bisabuelo. Federico, otro bisnieto, hizo el árbol de los recuerdos en Legos, ideado por él mismo, con fotografías de familia, un hermoso detalle que apreciamos mucho. Por fin Esther, orgullosa y feliz.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

De rojo se fue, llena de amor y de bondad, Amelia Martínez Rivera, 1939 - 2024

80 años de Juan Francisco Beckmann Vidal en Tequila, Jalisco, dedicado a Juan Beckmann y Doris Legorreta de Beckmann

Lluiz Simoes llega a México con proyectos interesantes