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La Habana II. Contradicciones en mi tierra, lo bueno y lo malo Fiesta, mar y arte, mejor no se puede

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Feliz en mi tierra, infeliz también. Feliz por el mar, las nubes y palmas, sistema de salud que funciona, me consta por un amigo extranjero a quien atendieron de emergencia, rápido, en el hospital Ortopédico Docente Fructuoso Rodríguez. No pidieron ni documentos ni dinero. Infeliz por La Habana que se derrumba y los mosquitos que han enfermado a casi todos mis conocidos: Chikunguña, oropuche, sika o dengue por ahí. Fiebre alta y muchos dolores, no se puede ni caminar, no hay fuerza en las manos, como si tuvieses artrosis de un anciano , Detergente siempre, hasta en la cara, orejas y dedos de los pies. Apagones a cualquier hora, de 12 y 16 horas, a veces tres días seguidos, salgo a caminar en la oscuridad, brisa, noche y gente preciosa. Gasolina tampoco hay, se consigue a sobreprecio. Así las cosas. Y sin embargo…fiesta el segundo día de mi llegada en la Embajada de Noruega , como si nada. Mucha gente contenta en la isla tropical. El Embajador es coleccionista de arte contemporáne...

Los gatos le cuentan de su día a la preciosa Estelita

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Tequila, chocolates y píldoras en el avión, fiesta en la Embajada británica  1. Estela , una mujer preciosa con 20 gatos , se me olvidan los nombres. Vive en Ecatepec , calle arriba, hace 4 horas al trabajo de ida, y 4 de vuelta, cuando llega a casa las mascotas le dan la bienvenida, coro de miau, miau. Recientemente perdió a su hijo de 36 años, un dolor demasiado profundo, inexplicable. Luego a su madre. Estoy sola, no puedo más. Le digo que hay que seguir, siquiera por los gatos. Dice que tiene a los dos recién nacidos, que en el cuarto del hijo va a hacer espacio para todos.  Estela tiene el pelo corto, color amarillo como un pollo, ojos grandes cafés, labios carnosos. Es querida. Vive en Ecatepec, como ya mencioné, 4 horas para llegar a su trabajo en Las Lomas de Chapultepec. Entra a las 9 a.m., aunque siempre llega un poco tarde. Una locura la fila para el autobús de Auditorio al Caballito de Reforma , 4 horas de regreso a casa, la reciben en la puerta sin pavimento, po...

Betsabée Romero con su mamá en el St Regis

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  Betsabée Romero con su mamá en el St Regis  Palestina Libre en el Tamayo  Los días de muertos en la Ciudad de México son especiales. Pensamos en los que se fueron antes, con cariño, con amor, los extrañamos, quisiéramos volverlos a ver, yo, por lo pronto a mi abuela , a Teo y Carlos mis hermanos, a Mami y Papi (aunque estos últimos partieron enojados conmigo). El 1 y 2 de noviembre México está de fiesta, los muertos viven, sonríen, nos esperan, celebran con pan dulce de huesitos y tequila, con flores anaranjadas, con papel picado, velas, palmatorias, catrinas (recuerdo de José Guadalupe Posada y Diego Rivera ), los altares tan personales en las casas que una vez habitaron. No, no fui al cementerio, desde hace tanto, tanto. Ahí están mis padres y Teo. Carlos no, él se quedó en un río de Costa Rica. No estés triste, Nina , tus muertos, y Anita , la nana adorada que hace poco marchó, regresaron esos días para convivir, compartir, recordar y querer.  Así lo vio ...