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El Dogo y el Patriarca murieron de la Peste, Pierre Huyghe en Colección Pinault

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  Max Ernst y Cocteau con Peggy Guggenheim y yo con mi amiga Serena  Último día en Venecia. Me fijo en todo, miro. Linda Venecia, tus puentes preciosos, entramos en la tienda de los típicos papeles marble, pintura jaspeada caleidoscópica a pequeña escala en azul, púrpura, verde y toques de naranja. Compré una libreta y tarjetas. Taiyana, desatada, andaba comprando blusas y joyas de cristal Murano. Un señor por ahí con ramos de flores. Entramos en la Chiesa San Vidal a ver los violines antiquísimos en exhibición; pasamos por pared que decía Israel Genocida, Fuck Sionism, Palestina libre; luego la Chiesa Santa María del Rosario, que se celebra el 7 de octubre, día en que nací, por eso me llamo Alina Carlota Rosario de Lourdes. Ahora a la exhibición de Pierre Huyghe “Liminal”, obras nuevas y otras de los últimos 10 años de la Colección Pinault. Entre ficción y no-ficción, humanos y no-humanos ¿qué es real? Video de una coreana-animal atrapada dentro y fuera de sí misma. Una roca negra

Esther y Hugo cumplen 70 años de casados, rodeados de hijos, nietos y bisnietos

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Toda la familia participó en el evento, para no olvidar. Para mí y para Joel ha sido muy importante la cercanía con Esther Pliego y Hugo Salinas , como siempre he insistido los amigos son importantes, pero la familia aún más. En este caso hablo de primos que se adoran, y de familia, Hugo y Joel. El papá de Hugo, Hugo Salinas Rocha , y Joel Rocha Garza , mi suegro, eran primos y amigos inseparables. Joel Rocha Rivero, mi marido, conocía a Hugo Salinas Price desde joven, pero entonces Hugo ya estaba casado y trabajaba, así que Joel jugaba con Richi, el hermano menor de los hombres Salinas Price. Un día hace 25 años Hugo y Joel se vieron en un evento del MAP, Museo de Arte Popular, ahí retomaron el gran cariño y la amistad, a partir de entonces no se han dejado de ver. Hemos convivido con Esther y Hugo en el Mar de Cortés, en Acapulco y en esta Ciudad de México. Mucho nos han visitado en casa Alpes, a pesar de las escaleras como pirámide que hay que subir, y nosotros a ellos en el Pedreg

Venecia II, en Giardini pabellones de Germania y Australia

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Foreigners Everywhere, ese sentimiento de que no cabes en ningún lado  Temprano a las 10:00 a.m. estábamos en la Farmacia Italo-inglesa que consiguió Chris mi yerno. Pude dejar pagadas las píldoras de la locura que recogería a las 7 de la noche. Con Tai seguimos al Arsenal caminando, entramos por “AMEX patrocinador”, luego a Giardini , palacio de exposiciones construido en 1894-1895, con fachada neoclásica. Antes comimos en el restaurante de siempre, de la bienales anteriores, en el restaurante de Arsenale, la pasta estaba vomitiva. Yo no la comí pero Tai dejó el plato vacío. Nos gustó el Pabellón de Germania con su artista Yael Bartana , impresionantes los videos del futuro, como unos Ovnis. Y lo que quedó después de la III Guerra Mundial. Subías unas escaleras a ver los cuartos que dejaron los últimos humanos. Guerra, los europeos piensan en Guerra, tienen a Putin por ahí. El Pabellón de Australia ganó el Premio León de Oro al mejor pabellón de la Bienal de Venecia, con homenaje