Una misa preciosa en Santa Teresita para despedir a don Roberto Servitje Sendra, cofundador del Grupo Bimbo.
Dos mil millones de dólares, su inversión en México a comienzo del gobierno de Claudia Sheinbaum hasta el 2028, para incrementar la capacidad productiva y tecnológica de nuestro país. Don Roberto fue padre de Roberto Servitje, esposo de mi querida amiga Aimée Labarrere, ambos mecenas de las artes. Empresario católico, entendido de la doctrina social de la iglesia, Don Roberto se fue a los 97 años, sus hijos lo despidieron entre música sublime, terminando con Nabucco de Verdi. El Obispo de la Ciudad de México, que lo conoció bien, ofició con pompa correspondiente. Aimée guapísima, abracé a Roberto, me sentí muy cerca de la Virgen. Alina Johnson, nombre de la esposa del nuevo embajador de Estados Unidos en México, así se llamaba mi mamá, Alina Johnson de Menocal. Claro, ambas cubanas. Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos llegó a México, Mercedes Sánchez Navarro y Carlos Slim cenaron con él y los Embajadores Johnson en la Embajada. Parece que Rubio le juró a su padre en la cama de muerte, que haría lo imposible por acabar con las dictaduras comunistas en Venezuela y en Cuba, ojalá lo haga antes de que sea demasiado tarde. Antes de que la isla se hunda en el Caribe.
Comida aquí en honor de Betsabée Romero, la mesa divina decorada en verde, toda, con centro de frutas verdes y flores verdes. Llegaron personajes de la cultura, Felipe Leal, Deborah Holtz, Abelardo Marcondes, Marcela Lambert, Armando Colina, Carlos Peimbert, Lorena Alvarado, José Manuel Springer, Santiago Espinosa de los Monteros, Mariana Braun y aplaudieron a Joel, quien cantó después, en pijamas. En el Museo Tamayo, la muestra Futuros Arcaicos, de arte moderno y contemporáneo, curada por la nueva directora Andrea Torreblanca. Me gustó mucho, especialmente las obras de Gunther Gerzso, Henry Moore, y Wolfgang Tillmans. Y otra comida de amigas en casa, con Ninfa Sada, Rocío Gonzalez, Malena Sordo, Ana Luisa Landucci y la Beba Quijano. Después caminé más de una hora a la casa del padre de Deborah Holtz, Ignacio Holtz, Art Nouveau en su esplendor, de hecho es la casa Art Nouveau más grande del mundo, inaugurada en 1989. Las banquetas alrededor de la mansión, igual, con diseño de listones curvos, típicos del estilo. Se entra por la esquina de Monte Ararat y Sierra Gorda, en Lomas de Chapultepec, homenaje a los arquitos del art nouveau en Europa, Héctor Guimard y Victor Horta.
Jorge González Camarena en Bellas Artes, muralista, no lo conocía, como homenaje a la memoria del artista jalisciense a 45 años de su muerte. Dibujos, pinturas, esculturas, fotografías y documentos, todos teniendo que ver con el movimiento muralista mexicano. Su propio estilo, el realismo mágico de la escuela mexicana, incorpora elementos iconográficos de la cultura mesoamericana. Muy interesante exhibición que recomiendo.
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