Aimée Servitje, pasión por el conocimiento de Arte Contemporáneo

El paisaje natural para instalaciones de los grandes Fue un gran finale, “en el desierto donde aparecen los milagros”, como una vez dijo Robert Erwin . No llegué porque el sol no pudo esperar. Me estremecí cuando Paloma Porraz lo describió: Logró que al amanecer en una serie de ventanas se reflejaran sobre malla los cuadrados de luz, de un lado negro y del otro blanco. En los marcos de las ventanas se hacían unos matices azules, sentí una emoción muy espiritual al pasear por esos corredores. La contemplación, la meditación, el silencio, la entrega a la naturaleza y a la belleza de los elementos. La Gracia. Arquitectura, escultura y paisajismo. Arte. Magia, poesía, vuelo del alma. Dios. Yo que había leído tanto sobre esta instalación específica, yo que sueño con la luz, el panorama y la historia. Yo, en la última oportunidad porque ya teníamos todas y todos que regresar a México; yo, yo me quedé dormida. Fue un “fin” de arte en el desierto, o más bien, tres día...