Arturo Cuenca, mi mentor, fundador de la galería nina menocal, dedicado a su memoria.

La mejor langosta de mi vida en el Internacional de mi infancia, 13 dólares Cuenqui mi amor, te conocí en enero de 1989 a través de Fichú Menocal mi prima. Cuatro horas después de encontrarnos ya éramos cómplices. Vi tu performance en El Castillo de la Fuerza, baile filosófico, creo, en el que planteabas tu reflexión sobre la condición humana en relación a la política. Me hechizaste. También me quisiste mucho así como yo y todos en mi casa, a ti. Carolina hoy se reía con tus ocurrencias, eras loquísimo. “Si eres virgen a los 14 años es antihigiénico”, le anotaste. A mi me convenciste de que eras genio. Y sí, Art-Ciencia, Art-Cuenca, sí que lo eras. Bailamos y bailamos ese enero antes de que yo tomara el avión a México. Pocos meses después ya estabas aquí exhibiendo en el Auditorio Nacional y en la Galería de Arte Mexicano (GAM), fuiste pionero de arte contemporáneo en esta ciudad azteca. Eras gozador y muy divertido. En 1989, poco después de tu llegada, Joel y yo fui...