Ilia y DeWitt admirados, sorprendidos y enamorados

Yo ya había visto el Peacock Room en Londres De los días maravillosos en el desierto de Durango pasé a otros, igualmente hermosos, en Washington, capital del país del norte. Una ciudad llena de plantas, flores, árboles, monumentos y museos. Primavera plena, nuevos comienzos. Mi hermana Ilia , mujer elegante, alivianada, inteligente, generosa y suertuda. Quien iba a decir, cuando fui al DC hace cuatro años al cumpleaños de Ilia, que iba a regresar para su boda. Hasta marché con el hijo del novio. Él, DeWitt , también hombre de bien, WASP (White, Anglo-Saxon & Protestant) -aunque no estoy segura de su religión-, retirado de los negocios y con casas en varias ciudades de los Estados Unidos. Lo importante es lo feliz que los vi y sentí. Enamorados, admirados, sorprendidos. Con ganas de cantar, bailar, reír y comerse al mundo. La noche de mi arribo nos reunimos en el patio de “Mi casita”, que da a un bosque. Ilia había llegado aquí después de su divorcio del padre de los tres...