El otro se fracturó el hueso del fémur, yo nací un 18 de febrero

Le encantan las plantas, por eso es jardinero

Simón Peña nació en el Estado de Michoacán, yo le digo Simonete. Un 18 de febrero al igual que Joel mi marido, Juan Beckmann y Georgina Menocal mi prima, todos Acuario, cariñosos, alegres y divertidos. Simonete, se levantaba a las 4 de la mañana para trabajar en las milpas, desde los 8 años hasta los 17. Vivía con sus padres. De ahí, y por falta de dinero, tuvo que venir al Estado de México. Ya después llegaron todos, primero sus hermanos. A Huixquilucan. Eran 10, los mayores Jorge, Arturo, Germán y José Luis. 

–Yo soy de los intermedios.– cuenta Simón, trepado en una escalera muy alta, cortando la enredadera de la entrada a Casa Alpes. Clack, clack, clack… Él es muy delgado, bajito, tiene como una cojera. Muchas arrugas en su cara y ojos llenos de alegría y chispas. 

Tuvo una caída de un andamio cuando era carpintero; el sueldo era muy poco, no alcanzaba. Pagó él la cuenta, los costos del hospital, no tenía seguro. Dice que había una altura de dos metros. 

–Estábamos en el andamio, aplanando, se rompió la tabla y nos caímos, éramos dos–, luego añade: –a mí lo único es que se me movió la cintura. Ahí tuve que pagar el costo de la cintura, se me desvió. –¿Qué le pasó al otro? –El otro se fracturó el hueso del fémur.

Entonces Simonete consiguió un trabajo de jardinero, que es lo que le gusta. 

–Como yo vengo del campo, me encantan, me encantan las plantas–. 

–¿Usted sabe de plantas?– pregunté 

–Sí, de la mayoría de las plantas, tuve que estudiar un poco, para las vitaminas, la fumigación, aprender un poquito más de las plantas.– contestó. Y seguimos hablando. 

– ¿Dónde estudió? – Tomé cursos allá en Xochimilco, cada curso era de dos mil, tres mil pesos, duraron dos secciones de tres horas nada más.

–¿Cuántos años tiene de jardinero? 

–Casi tengo 25 . 

–¡Wow! Ya sabe muchísimo! Muchas gracias mi Simonete. 

–Sí. 

Simón Peña es una persona muy preciosa, callado, educado, gana $500 pesos cada vez que viene, todos los miércoles. Sus compañeros de trabajo lo aprecian. Tuvo una infancia feliz, recuerda cuando iba a jugar al Río Bravo, en una orilla de Michoacán, con sus primos y amigos. 

– Íbamos a nadar y hacer presas, tapábamos para que el agua se estancara y pudiéramos nadar. 

– ¡Ah qué padre! 

– En el campo andábamos entre las milpas y hacíamos casas con el zacate, nos metíamos adentro, jugábamos todos, quince primos y hermanos, éramos diez 

– ¿Usted el más cercano a quién? 

– A mi hermano el más chico y mi hermana, Juan y Angélica 

– Querido Simonete, ¿tiene hijos, alguno jardinero? 

– Sí, el más grande, Emanuel. 

– ¿Cómo ve mi jardín? 

– Tiene Buganvilia, Arrayán, árboles Ficus, Aguacate, Níspero, Floripondio, Palmeras, Hortensias, Naranjas y hierbas de olor.