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Mostrando las entradas de 2020

Que nadie te toque en los días del cólera, dedicado a la memoria de Armando Manzanero, nuestro más grande compositor

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Verano de amor en las olas y el espanto del mar  Días de pavor, casi todo el mundo tiene Covid; la mayoría sobrevive, otros no. Una epidemia que en parte ha unido a los países, seres humanos, espíritus, esperanzas, amores. Todos con máscaras, todos sensibles, todos mirando para que nadie nos toque. Luego el sistema inmune nos salva, impide que el virus ataque. Ponte a trabajar, Nina, eso es lo importante. Haz algo que sirva, positivo, mejor. Quizás el Look of the Day nos anime a todos, quizás un sueño se cumpla pronto, quizás el año traiga lo que más quieres. Una casita en el sol de Lisboa.    Aquí todos estamos sanos. Es raro pero cierto. Carolina sube y baja de aviones todas las semanas persiguiendo reportajes, ella está siempre expuesta. Emilio va al trabajo diario, estuvo al lado de hermosa mujer que tiene Covid, tomó de su vino y no se contagió. Emilia entrega pavos por la Ciudad, yo camino en los parques de la primera, segunda y tercera de Chapultepec. Será aire libre, pero cua

Días de frío, bosque, frondas de flores, hojarasca de tristeza…dedicado a los doctores caídos por COVID

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  Por los que lloro conmovida y les ofrezco mi corazón  Días de frío, días de bosque. Tanto que agradecer a la vida tener la floresta y sus frondas de flores apenas a dos cuadras, pasando la casa de Paola Garduño, voy a la derecha, bajo y oigo el graznido de muchos gansos. A través de la malla veo la barranca, casi hasta abajo está un palacio abandonado con su lago; es la una vez Guardesa , ahora está sola, con el revoloteo y gritos de aves. Quedan pocas flores que aguantaron la helada, se parecen a las Margaritas pero se llaman Gigantones. Abundan ramas con frutos como bolitas rojas. Navidad, brazos de Navidad. En el mercado se venden por gajos, cada uno en 50 pesos; yo con suerte tengo dos arreglos enormes en la entrada de mi casa, tan hermosos, tan hermosos, que casi no los creo. Por las aceras del bosque la arboleda forma sombrilla que me protegen, hay otra amarilla con botones en sus dedos. Me quiere alcanzar, mira hacia la calle. El cielo color cerúleo intenso detrás del árbol qu

Los Tercerunquinto y Pía Camil en el Tamayo, dedicado a Taiyana Pimentel

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Jorge Castañeda creyó en Taiyana y en mi, mandamos destrozar Centro Cultura de México en Miami Los Terceros (Tercerunquinto) así como Pía Camil se estrenaron en mi galería de la Colonia Roma. Hace muchos, muchos años, muestras en Zona Maco cuando estaba en el edificio de la Juárez, enfrente al café La Habana donde el Ché y Fidel conspiraban contra la isla donde nací. Ahora en la Expo del Tamayo, Otros Mundos.  Instalación PIA CAMIL en la nina menocal, Fería Maco, 2006 En cuanto al Café La Habana menciono que no todas sus personalidades fueron perversas. Noooo. Desde su fundación en los años 1950, reunión de Octavio Paz y Gabo; igual el poeta chileno Roberto Bolaño y el mexicano Mario Santiago Papaquiaron fundaron movimiento infrarrealista a finales de los setenta. El Café Quito de las novelas de Bolaño mismo Café La Habana, sus personajes comían quesadillas de 60 cm de largo llamadas Los Machetes . Vamos, vamos, próxima reunión con mi grupo Cubamex (Aimée, Aleida, Bea, Geo, Isabel y E

¡Es un día…Ma-ra-vi-lloso! Look of the Day, no pasa nada, dedicado a Mookiena

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Coquí me extrañó, regresé a la Plaza Luis Cabrera de mis amores  De pronto me encuentro en mi ciudad. Se acabó este año aterrador y entraremos en otro que trae la esperanza de la vacuna.  Ojalá que empecemos por los pobres. De Londres solo traje una vasijas miniaturas de cerámica del Tate ¡Los colores! están preciosas. Recuerdos maravillosos, felicidad. ¿Dónde está mi perro? Al grito cuando llegué, Tachito saltaba y hablaba también. Coqui y todos los que trabajamos juntos en Alpes me habían extrañado. Me dieron la bienvenida con la consigna ¿Es un día…? ¡Ma-ra-vi-lloso! respuesta   al unísono.  Tomando mate y caminando se quitó un poco el jet lag , aunque el regreso es rudo. Fui al salón para el Look of the Day , no lo he dejado durante toda la pandemia para pretender que todo está bien, no pasa nada. Los cactus de mis aceras son hermosos, son hermoso; faroles de noche. El domingo fui a comer con Mookie a la querida Roma de mis amores; Roma de la galería y los artistas. Todo en orden

Londres 4 dedicado a Alina Rocha Menocal y sus tres hombres, Chris, Teo y Andrés

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La industrial, revolución violenta; pelea fatal de Pavos Reales: belleza y decadencia irrefrenables  No olvidaré esa ciudad que antes no comprendía. Llegaba a ver a Alina, Chris y los nietos pero prefería invitarlos a París donde yo me sentía en casa. Londres me parecía lo contrario de “compacta” en el sentido de una capital con espacios distantes al centro. El City of London es de una milla cuadrada por lo que también se conoce como Square Mile (2.6 km2), 32 distritos componen el resto de la ciudad. En París la Île de la Cité es todo: “cabeza, corazón y médula” como apuntó un canónigo y cruzado francés en el año 1190, con 22 km2 es la décima parte de Londres.  Esta vez me pareció toda poderosa, sí, ma-ra-vi-llosa. Los parques con sus cafecitos y canchas de tenis, lagos, palomas, patos y ardillas, construcciones medievales o en memoria de grandes eventos. Los jardines, árboles antiguos, gigantes. Todo tiene historia, todo cuenta algo, todo es fantástico y real al mismo tiempo. Era es

Londres 3, del Wobbly Bridge al Tate al Athenaeum de Dickens y Darwin, dedicado a Verónica Anaya

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El tío Leo invitó a Serena Russell mi roommate, nieta del Duke of Marlborough  Después de ver el Hanged Man de Bruce Newman en el Tate Modern (ahorcado con erección) estuve un rato en la terraza de miembros mirando hacia el Millenium Bridge de Norman Foster. Cruza el río Támesis desde la catedral St. Paul’s hasta el museo tantos recuerdos. Irónico que sea un puente colgante; tiene 20 años abierto al público. Wobbly bridge como le dicen, se meneaba antes de ser bien amarrado. Sexo y muerte entrelazados.  Pato Pequín en el Min Jiang, en el Royal Garden Hotel de Kensington: vino blanco, era la última cena antes del “lockdown” de a cien libras por persona. Con las amigas de Alina y Chris ambas gringas, una con brillantón en dedo. Hablaron de elecciones, yo observé. Cuarenta minutos a la casa con luna majestuosa y viento frío en la cara. Riquísimo clima. Luces rojas de los automóviles que se manejan al revés, volante en la derecha; verdes de los semáforos. Picar el botón que dice “Wait”