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Mostrando las entradas de marzo, 2019

Hungría, el país más triste de la historia

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Dentro de la Iglesia de Matías en Budapest, Siglo XI, gótica; aquí fue coronado Francisco José  de Austria como rey húngaro en 1867 La historia de Hungría ha sido siempre la de una tierra ocupada (dedicado a István Dzurek) – Es el país más triste del mundo – me decía István Dzurek, o Stephen – porque la historia de Hungría ha sido siempre la de una tierra ocupada. – En el siglo 13 nos invadieron los mongoles y en el 14 los tártaros. En los siglos 15 y 16 los turcos y en los siglos 17 y 18 fuimos controlados por los Habsburgo – Quedé atónita ante el rigor de las palabras de este joven guapo de modales tan correctos. Sí, miré los bulevares magníficos pero en realidad fue Stephen, por su cultura, quien obtuvo todo mi interés. – Y durante la Primera Guerra Mundial llegaron los alemanes, más tarde seguimos con ellos, de su lado, en la Segunda Guerra. – continuó Stephen –perdimos y quedamos subyugados por la Unión Soviética…  Yo llegaba sola a Budapest, a un hotel de 4 estrel

Recuerdos de principios de año en el frío: Berlín-Austria-Praga (dedicado a Alina Rocha Menocal)

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    Los primos Rossbach en Kitzbühel, Austria, enero 2019 …el frío, la soledad, la angustia y la añoranza iban a ser mi primer encuentro del año 2019 De Berlin viajé a las montañas en Austria, a un chalet precioso en la ciudad medieval de  Kitzbühel . Alina y Chris y la hermana de este último,  Signe  Rossbach, iban a esquiar con sus hijos en esta estación que es la cuna del esquí alpino moderno. Los grandes de la historia del deporte son de Kitzbühel:  Toni Sailer  (1935 – 2009) conocido como der   Blitz von Kitz  y  Anderl Molterer  (1931- ) su sombra y amigo, quienes fueron invencibles en los años cincuenta. ¿Cómo iba a saber yo que por dejar a Alina en Austria y seguir sola a Praga y después Budapest, el frío, la soledad, la angustia y la desesperanza iban a ser mi primer encuentro del año 2019? El chalet de Kitzbühle Dije que no iba a esquiar porque a mi edad no quería romperme la pierna. Sentada en la mesa de desayuno de nuestro fabuloso chalet me puse a b