La Calle G fénix y metamorfosis, dedicado a Conchita Mendoza Menocal la favorita de Papaluis


Papaluis pensaba que mami era demasiado malcriada 

La Calle G de mis recuerdos, la gran escalera de barandales de madera oscura con el vitral atrás lleno de luz y color, el rojo principal. Papi se tiraba por ahí y gritaba ¡Whoops! La colección de platos que vestían las paredes del comedor arriba de los paneles de madera, cuando regresé 24 años después los volví a ver en el museo de la Capitanía. Las comidas familiares de los domingos, el chef Santiago, la terraza de boiserie y la puerta con las iniciales LM en bronce de oro, casa premio de arquitectura, casa donde nació mi papá Luis Menocal, casa de mis padrinos y abuelos, casa a donde siempre regreso cuando viajo a Cuba. Me siento bien ahí, en la Avenida de los Presidentes. 


Todas las fotos donde aparece la casa en color naranjo claro fueron tomadas en 1982 cuando regresé a Cuba, después de 24 de años de exilio

La última vez que visité estaba en total ruina, el techo verde hundido, los ladrillos carcomidos, palos salidos por todos lados; solo quedaba el vitral orgulloso sobre la escalera, ella guerrera. La pérgola abandonada, tantos recuerdos, tantas veces que había vuelto y se veía animada, contenta. No, en 2019 la Calle G estaba agotada, me rindo, dijo. ¿Qué van a hacer? pregunté al cuidador. Nada, no hay dinero. Dolor, como si fuera un crimen, un cuchillo, la dejarán morir sola. Casa de Protocolo del Gobierno de La Habana, Cuba quedaba atrás rodeada de mar con las casas del Vedado, la Calle B y la Calle G intervenidas, la del Country Club rentada a quién sabe quién, la de Ciego de Avila abandonada a la Revolución y a Digna la negra maléfica. Esto escribí en La libreta de los errores y también: la Calle G del abuelo Menocal, Papa Luis. 

Un velador amable nos abrió la puerta hacia las escaleras de mármol

Las iniciales de mi papá, LM

La calle G en el número 504, resulta que ahora restaurada, fénix de una era de gran esplendor arquitectónico y del Vedado. Construido el palacete habanero en 1921 cuando papi tenía cuatro años y el pelo hasta debajo de las orejas con cerquillo (fleco). Siempre pensé que era obra de los arquitectos Morales, tíos y abuelo de mi primo Juan Luis. Aquí en el reporte de Proyecto Espacios dice que fue obra del arquitecto Herminio Lauderman Martínez. La techumbre inclinada, hermosísima de teja verde de cerámica vidriada. Todo lo demás de primer mundo, lujoso: carpintería, yesería, losas sevillanas, luminaria, elementos decorativos, jardines. Factoría Espacios restauró la Calle G al esplendor del siglo pasado, a cuando Maty Mendoza mi prima tuvo su baile de quinceañera y yo miraba desde los balcones del cuarto de las niñas. 


Metamorfosis hacia lo que era, arquitectura ecléctica de palacios del Vedado de los veintes, siglo XX. Elementos decorativos integrados, tratamiento de superficie en la madera, paredes y techos; recuperación de la cerámica sevillana, yesería, mármol. Entonces Papa Luis Menocal enfureció, de cualquier forma no quería a Mami, hubiera preferido a Cecile Macia, heredera de fortuna de ganado. Esto de La libreta de los errores, refiere a cuando mi abuelo Menocal supo que papi quería casarse con mami. No la quería, pensaba que era engreída y malcriada. Ah, pero fueron muy felices mis padres, ella rezaba para que nunca se separaran, para que murieran juntos. Así fue un 4 de abril de 1982. 


Nuevo mobiliario que hizo especialmente para la casa Proyectos Espacios en la Habana, Cuba

Mi abuelo se llamaba Luis Narciso Menocal Fernández de Castro, de origen Mambí, español y dominicano, nacido en Matanzas, Cuba en 1882. Ganadero, dueño de Yariguá en Manatí finca de ganado Criollo. En el Havana Yacht Club lo recuerdo: Adentro en el bar todos los hombres gritaban y fumaban tabacos después del almuerzo. Ahí estaba mi abuelo (Papaluis Menocal) calvo y gordo con anteojos redondos; él nos regalaba billetes de cinco pesos (eran dólares) cada vez que nos veía. Nosotros pensábamos que era tremendo millonario.

Carlos mi hermano en 1982 parado frente a la Pergola en donde a veces comíamos paella

Comentarios

  1. Mi queridísima Nina. Cuando estuvimos en La Habana visitamos la casa de tu abuelo hecha una ruina completa. Solo los muros se salvaban de la destrucción y el mural. Tu nostalgia era enorme. Sin embargo, ahora que veo la restauración me alegro contigo que se haya encontrado nuevamente el espíritu de esa casa...que fue la tuya. Y algo de tu actual casa tiene reminiscencias de la arquitectura de tu hogar habanero.
    Gracias por la enorme nostalgia y amor que encierra tu texto.
    Tere Ponce Torres.

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  2. Gracias!!! Espectacular relato e imágenes si me permites la comparto con alguna amiga y sirve mucho para entender lo que nos puede pasar! Te envío un abrazo con cariño

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  3. Que padre Nina!!!!

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  4. Tío Pedro siempre decía que la casa de los Menocal (PapaLuis) era la casa con mejor distribución que él conocía.

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  5. Me encantan tus crónicas, querida. Tiene que ser un libro!

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  6. Me encanta como escribes. Tenemos pendiente nuestra comida

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  7. Qué bonitos y nostálgicos recuerdos Nina <3

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  8. Padrisimo tu blog! Que bruto! Que casa!! Que bien escribes!! Yo he hecho muchisimos años de volunteer work en New Orleans respecto a architectural conservation. Quise ser arquitecta pero Papi me dijo que no podia porque soy muy mala en las matematicas, y tenia razon, en aquella epoca se necesitaba. Para mi, el que restauren bien una casa es casi casi como si salvaran la vida de una persona. Bueno, claro, es una exageracion, pero me duele muchisimo que se deterioren o las tiren, asi que me da un gusto inmenso que hayan salvado tu casa por tantas razones. es que los edificios son una parte importante de las historias de los lugares, y, cuando se pierden, pierdes parte de esa importante parte sus historias.

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  9. Que hermosos recuerdos Nina

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  10. Ellba Ramos Cárdenas28 de mayo de 2021, 9:50 p.m.

    Nina que historias tan interesantes

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  11. Gustavo Ramírez Wiella28 de mayo de 2021, 9:50 p.m.

    Hermosa casa!

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  12. Qué hermosa casa y qué lindos recuerdos. Abrazo enorme querida Nina.

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