Quetzalcóatl, luz y vida, pintado por niños mexicanos y británicos


El campesino purépecha se asustó y avisó a todos 

La Beba, una amiga muy inteligente que se pone al tú por tú con el profesor de Geopolítica. Siempre de buenas, sonriente, no se ve como mujer complicada, más bien segura de sí misma. Auténtica. Cariñosa con sus amigas, nos presta la famosa biblioteca de su casa para reunirnos todos los martes. Convocó a las amigas para que fuéramos a la exhibición de su nieto Pedro Reséndiz en una galería de Polanco. Se basó en dibujos de niños Latinoamericanos e ingleses, que viven en Londres, de 8 a 12 años. Reinterpretan la mitología prehispánica, la historia de Quetzalcóatl, deidad de Vida, Luz, Maíz y de Tezcatlipoca, Dios de la Oscuridad. Los niños dibujaron a cada Dios y Pedro seleccionó 80 dibujos para sacar su propia obra. La pregunta que el artista hizo a los niños: ¿cómo se imaginan a Quetzalcóatl si regresara hoy en día? Pues como mujer o con orejas de pantera, contestaron. También hay un dinosaurio que se llama Quetzalcóatl. Los niños se soltaron. Me llamaron la atención las pinturas pop y esculturas como de trapo. Técnicas mixtas, cemento, acrílico, estos “diosxs” vistos por ojos inocentes, llevados al arte contemporáneo. ¡Felicidades Beba y Pedro! 

 




Dicen que no hay dinero en la 4T para la cultura. Pues con dinero y sin dinero la cultura siempre sobrevive. El Neovolcánico en el MAM (Museo de Arte Moderno) es de las mejores exhibiciones que he visto en mucho tiempo. Los volcanes, el Paricutín, la creación de El Pedregal en nuestra ciudad. Me demoré mucho mirando cada obra. Mi alma volaba, se metía ahí en el volcán más joven del mundo, como se le llamó. 



 

Un día de junio de 1943 el campesino purépecha Dionisio Pulido, cerca del pueblo Parangaricutiro en Michoacán, se asustó. La tierra empezó a temblar. Se abrió y salió humo espeso como vapor, volaron piedras por aquí y por allá. Era un volcán en evolución, nacía. 



Los artistas se apresuraron a verlo y captarlo, a sentirlo y pintarlo. Fuerza de la naturaleza y de los procesos creativos. Pero me estoy adelantando. Dionisio, dije que muy asustado, corrió al pueblo a avisar a todo el mundo. El poblado Paricutín quedó enterrado para siempre en la lava. Ahí cerca del cráter del volcán. Y del otro pueblo, San Juan Parangaricutiro, solo se salvó parte de la iglesia, la torre izquierda del frente, el ábside y el altar. Los habitantes desalojados de estos pueblos hicieron una caminata y llegaron a la ex hacienda de los Conejos, cerca de Uruapan, donde construyeron el poblado de Nuevo San Juan Parangaricutiro. Todo esto sucedió. 

 


Los artistas José Clemente Orozco (1883 – 1949), José María Velasco (1840 -1912), Gerardo Murillo Dr. Atl (1875 – 1964), Diego Rivera (1886 – 1957), Carlos Orozco Romero (1896 – 1984), Joaquín Clausell (1866 – 1935), David Alfaro Siqueiros (1896 – 1974), Victor Agustín Casasola (1874 – 1938), Manuel Álvarez Bravo (1902 -2002), Alice Rahon (1904 – 1984), Jorge González Camarena (1908 – 1980), Armando Salas Portugal (1916 – 1995), Luis Nishizawa (1918 – 2014) y los contemporáneos y más jóvenes Germán Venegas (1959), Marianna Dellekamp (1968), Sofía Echeverri (1971), Adela Goldbard (1979), Tania Ximena (1985) y Circe Iracema (1987) son los que podemos ver en la exhibición del MAM. El más conocido por sus volcanes es Dr. Atl quien a los seis días de la erupción en tierras purépechas se fue para allá. Regresó en los años 1945, 1947 y 1948. Pensaba que pintar in situ haría vibrar a sus telas. Estudió y escribió sobre el nacimiento y desarrollo de un volcán, El Paricutín. Para él era Montaña viva, su pasión. Lo sentía y se lo hacía sentir a quienes miraran sus obras, naturaleza ígnea interpretada. Claro que Atl no registró daños materiales, ni comunidades desplazadas, para él el volcán era solo sublime, parte de su vida y trabajo. De cualquier forma, un grandísimo placer ver esta exhibición, Felicidades con mayúsculas a Natalia Pollack, directora del museo y a Daniel Garza Usabiaga curador de la muestra.


   

Comentarios

  1. Nina como siempre tu escrito es ameno y erudito !! Se desliza suavemente en compañía del café de la mañana!!

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