Viaje inolvidable al mar, un noble en el Caribe me embruja, dedicado a Waldo Collazo, amigo querido de Eusebio


Dale un beso en la frente de mi parte, “no subir esto a internet, la gente burla de mí…”

 

De la noche a la mañana acepto la invitación, las oportunidades se dan una vez, se aprovechan o no. Empaco rápido en una maleta chica de mano. Gorra y sombrero para protección contra el sol. Adelante. Llego a la cita. Saludo a mi anfitrión en su oficina, su sonrisa me ofrece confort. Subimos muchas escaleras, en la azotea espera el helicóptero. Caray, no había trepado a uno desde épocas de la campaña del candidato único Miguel de la Madrid en 1982, no, perdón, abordamos Joel y yo en Palm Beach para tomar otro avión que nos llevó a República Dominicana, pero es otra historia. Ahora la Ciudad de México es tan grande como el Valle, colinas, montes y pinos verdes, mapa y cartografía. Llegamos a Toluca y de ahí en jet XA-AZT al grandioso aeropuerto de Acapulco, vacío. Nos recoge una camioneta blanca con aire acondicionado y a la casa Shangri La en Las Brisas, todo en hora y media. Recibe Esther. Un jardín precioso, palmera reflejada en piscina y mar, montaña y cielo.

 

Por las calles del fraccionamiento flores amarillas Copa de oro, planta trepadora que viene de Brasil. También se llama ¡Jazmín de Cuba! Palma licuala; rojas del árbol Tabachín o Framboyán que mide entre 6 y 10 metros de altura, se parece a la Jacarandá pero la hojita es un poco mayor. Viene de Madagascar donde la especie está en peligro de extinción. Mangos aún verdes caen pesados de sus hojas. Palma majestuoso sobre cielo azul. Agaves de Tequila y rotonda con Crotos. Mientras yo voy a caminar a la playa de Ribera Diamante, Esther a su Jardín Botánico. Después me reúno con ella y con Liliana Melo, juntas vamos mirando las especias y familias de plantas. La escultura del pulpo excepcional.


 

Los días de sol y cielo claro, el mar tranquilo con olas suficientes para el Pura Vida 3, un Hood 32 que está pegado al agua y con Hugo de skipper, day sailer sin camarote. ¡Qué tarde tan hermosa para recordar, con gaviota paseando en la bahía! Atardecer sobre montaña, largas conversaciones y opiniones, vinos que gozamos y la comida japonesa en restaurante de lujo. No quería irme pero supe que podía regresar. ¡Gracias Esther y Hugo!!!

 

¿Eusebio? ¿Dónde estás? Veo por primera vez al colibrí que revolotea por las ramas. Las aceras de mi barrio son hermosas, son hermosas. ¿Cómo llegaste hasta acá querido Eusebio? ¿No caminas por las piedras de tu ciudad de mar? Dale un beso en la frente de mi parte pediste a Waldo, cuando ella regrese a su tierra. Ay, Historiador, ¿por qué te fuiste?. Sigue las huellas en la historia del país donde naciste. Ah! Entonces no te has ido, solo tu cuerpo. No. En La Habana Vieja todos lo conocen, vestido en color caqui. Caminando, caminante. Caballero de cantos, hidalgo de guijarros. Eres seductor y carismático. Cuando hablas todos hacemos silencio. De memoria recitas memorias de Cuba y de México. Las mujeres te observamos con recelo. Si me miras a los ojos pienso que soy la única.



Esther perdió a Julieta en estos días y yo a ti. Volveremos a encontrarnos. Los medios del mundo te reconocen como Salvador de La Habana. La ciudad por donde anduvieron Von Humboldt y Hemingway cumplió 500 años. El que vende cebollas pasó a tu lado, lo saludas, la negra vestida en rojo y lunares blancos, Oye Eusebio mi hijo no quiere estudiar. ¿Cómo se llama? pregunta el alcalde. Dile a René que se presente en mi oficina, quiero hablar con él. Resolviendo. Hay sábanas blancas colgando en los balcones de La Habana Vieja. En tu honor Eusebio, para no olvidar.

 

Eusebio Leal, regidor de la ciudad, restaurador de La Habana Vieja en los ochenta y noventa, amigo desde hace treinta años, mito y figura. Dos veces rescataste la farmacia de mi abuelo Papaonso, Doctor Teodoro y de mi bisabuelo Manuel, en Obispo y Aguiar. La Droguería Johnson. Pusiste las imágenes de ambos fundadores en la entrada ¡Gracias! Eusebio Leal, burgomaestre de la ciudad, restaurador de La Habana Vieja en los ochenta y noventa, amigo cercano desde hace treinta años ¡Gracias Eusebio! Otra vez hiciste un homenaje histórico a mi trabajo con los artistas visuales de Cuba. Me señalaste como promotora primera y principal del arte contemporáneo cubano. ¡Gracias Eusebio! Me recibiste con mis grupos de coleccionistas y guiaste las visitas por La Habana Vieja ¡Gracias Eusebio! Mentor, líder, cubano, Señor, amor del pueblo. Padre de Carlos Manuel quien te cuidó hasta el final. Cuantas veces te vi con él comiendo en Iván y Justo.

 

Eusebio Leal, historiador de La Habana


Brillaste como católico comprometido, tuviste fe en la otra vida, tu luz fue lejana a las ideologías del país, oíste a los otros, hablaste como los ángeles y los cubanos te quisimos
. Nos rescataste con tu talento. Todo sabías de memoria. Alguna vez quise grabarte, qué pena que no fue así. Tantos amigos pensaron en mí al oír de tu partida. Te recordaban. Las Oficinas del Historiador iban cambiando de calles según las reconstruías; sabías quienes eran todas las familias del centro histórico, cuando llegué con Manolo Arango le hablaste de su linaje cubano. Clarividente, orgulloso de tu ascendencia española y colonial aunque naciste pobre en tu ciudad. Cuando encontraste a Obama lo sedujiste. Así al Príncipe Carlos de la Gran Bretaña y a Felipe VI Rey de España. Pero te daba igual que fueran ellos o Nina Menocal.

 

Mereciste las órdenes de Isabel la Católica y la orden de Carlos III de España, fuiste diputado a la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) de Cuba, presidente de Honor de la Unión Nacional de Historiadores de la isla, titular de la Comisión de Monumentos de La Habana, integrante de la sociedad Smithsonian de Estados Unidos y de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas. Señor de las calles de piedra. Noble habanero, padre de los cubanos y bayameses. Recuerdo tu amistad con el cura, mi primo por parte doble Monseñor Carlos Manuel de Céspedes y García Menocal. Decías: dile al cura que te enseñe como comportarte.



Siete hijos tiene Carolina, viene desde Tlapa hasta Acapulco, seis horas caminando. Compra cositas en el Centro y las lleva a las playas de Diamante. No hay nadie, mucho para venir; cortamos pierna, pues. Siete hijos, no hay dinero, no subir esto a internet, la gente burla de mí. Gracias Carolina, suerte, le digo. ¿Quién los mantiene? Yo persona, no subir, la gente burla. Francisco, Pancho, no ha vendido nada frente a ruta Mayan Palace, na’más un raspado de 25 pesitos. Es de allá de la montaña. Al ratito si Dios quiere baja la gente, 300, 500 necesito, puro pies caminando de Puerto Marqués. Félix corriendo olas pesca lisas y cuatetes para comer; Polo coleccionando almejas para hacer collares.

 

Romántico de la Revolución, titán de la memoria histórica y del acomodo social. Porque no hubo edificio sin gente ni personas sin techo. Escuelas para oficios, hospitales, hoteles, restaurantes, paladares, monumentos, esculturas, conciertos, exhibiciones de arte, pura vida en La Habana Vieja con música, colores, ritmo, bailes, son. Así era Eusebio, pisando fuerte, avanzando. Recibía a todos, absolutamente a todos, luminarias y vecinos, extranjeros y ciudadanos pobres. Caminaba con quien lo pedía, hablaba como erudito. Cantaba himnos a su ciudad. Nos iluminaba y conmovía.



Yo nací en La Habana y en el Cementerio Colón quiero finalizar. Nunca he conocido a nadie como Eusebio, quizás a Carlos Manuel mi primo, el cura. Ambos fidelistas, algún defecto habían de tener. Ambos creyentes, con fe en que volverían a verse y sí, ahora se saludan mientras cantan los pájaros. Se consuelan, duermen y despiertan en copas de palmas reales.


Con la pandemia no sé cuando regrese a mi isla. Anhelo seguir las huellas de la vida, quiero cantar, bailar, sentir. Soy cubana, promotora de las artes y cultura de mi primera patria.

 

A un viejo caballero:

 

Se fueron los recuerdos, se acabaron

Las costumbres magníficas, y tú

Vas y vuelves, oscuro, en otro tiempo,

Tu sombrero de paja entre la luz

 

Pero tú sigues siendo lo que fuiste… (Eliseo Diego)



Comentarios

  1. Querida Nina,Me encanta lo que escribes!  Es precioso lo que describes y te reflejas maravillosamente. Un placer leerte en medio de la pandemia!

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  2. Ninita. Grs por este envio...momentos inolvidables...!
    Bs.

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  3. Nini adorada, que hermosa sendibilidad, que homenaje a tu gran amigo. Pensé mucho en ti cuando leí la nota de su partida y recordé el inolvidable viaje a la Habana contigo y el haber tenido el privilegio de conocer a una leyenda, Eusebio Leal.
    Te abrazo con todo mi cariño
    Te extraño y te quiero mucho

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  4. Sábanas blancas como la bella canción, en los balcones de La Habana Vieja en saludo a Eusebio

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  5. Nina, que lindo homenaje!!! Un besoteeeee

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  6. ¡Precioso NINA! precioso.

    Un Fuerte abrazo,

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  7. Must have been a great trip both for the fun of it and the art and culture.When did you go or are you there now?

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  8. Concepción Olavarrieta6 de agosto de 2020, 2:09 p.m.

    Querida Nina:
    Eres una bendecida.
    ¡Qué recuerdos y vivencias tan hermosas!
    Me encantan tu narrativa y cómo honras a tus amigos, las fotos de ellos en tu adorada Habana y el orgullo que sientes por ser cubana.
    Un abrazo,

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  9. Espero andes bien, nosotros hemos estado, por las Bahamas, ahora en PB, y el Lunes a los Hamptons, en cuarentena por todos lados, y cuidándonos.

    Cuidate, un abrazo

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  10. Espléndidos textos Nina, ¿Cuándo sale el libro?

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  11. Estimada Niña tus escritos con un estilo narrativo tan singular qué nos llevan desde las banquetas de tu barrio hasta tu mar tan querido de Acapulco y a tus orígenes de tan añorada Cuba ; qué nos une en su poder de seducción y belleza

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  12. Nina vengo leyendo esta última entrada tuya. Me encantó, simplemente me encantó. Conoces gente muy valiosa para la cultura. Abrazos desde Cuernavaca.

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  13. Nina querida
    Me encanta lo que escribes y como lo escribes.
    Eres GRANDE !!
    Te quiero mucho
    Enorme abrazo cargado de tanto cariño

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  14. Es un disfrute leerte Nina querida, me transportas, quisiera conocer Cuba pero contigo de compañía y guia !! Sería un privilegio

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